Esta mañana le pregunté al Señor qué quería que haga, cómo quería que lo sirva, y muy claramente pude sentir que el Espíritu me invitaba a ser un vivo para ustedes, para ministrarlos. Así que aquí estamos, en obediencia. Sé que son distintas horas en los distintos países. Gracias por estar aquí congregados en el Espíritu, juntos. Gracias a Dios por darnos los recursos, poquito a poco, para poder estar juntos, ministrando en el nombre del Señor Jesús.
Dios es el que abre puertas y el que cierra puertas, así que a ti se te ha abierto esta puerta para estar hoy aquí conmigo, congregados en el nombre de Jesús, en el mismo espíritu.
Vamos a orar juntos antes de iniciar con lo que el Señor quiera mostrar, ya sea palabra de profecía, palabra de ciencia, palabras de sabiduría, sanidades, milagros, lo que Dios quiera hacer. Nos ponemos a su disposición para que Él haga y deshaga, para que sea Él liberando, para que sea Él sanando, para que sea el Espíritu de Dios repartiendo los dones que quiera repartir, para que sea el Señor hablando a quien quiere hablar. No me pidan a mí lo que necesitan, pídanle a la Fuente, al Único que puede darles lo que necesitan, y ese es Jesús Nazareno, Cristo Jesús, el Hijo de Dios.
Oro por ustedes regularmente, más que nada en una forma grupal, en una forma por todos a la vez, digamos, ya que son tantos, pero regularmente trato de incluirlos en mis oraciones y de pedir por ustedes, de que sea el mismo Espíritu de Dios dándoles lo que necesitan, contestándoles sus preguntas, guiándolos, bendiciéndolos, respondiéndoles, sanándolos. Sé que hay mucha necesidad, y estoy consciente de eso, pero he visto cómo rinde mucho más, digamos, que el Espíritu trabaje en masas, haciendo estos vivos, más allá de que a veces se puede tener alguna charla personal con algunos de ustedes.
Así es como el Señor me ha llamado a trabajar. No estoy aquí por mi iniciativa, es Dios el que me ha mandado a estar en esta plataforma, para llevar los frutos de la manera que Él quiso. No es mi deseo personal estar acá, como ustedes se pueden imaginar, es bastante complicado estar expuesto públicamente, pero es necesario obedecer a Dios, dice la Palabra.
Así que acá estamos, intentando ser de bendición de la manera que se puede en estos días con muchos cambios en mi vida, respondiendo muchas oraciones mías y de mi familia. Así que muy ajetreada, pero igualmente tratando de estar acá, porque primero hay que fijar nuestros ojos en las cosas del Reino de los cielos y en su justicia, y lo demás Dios lo añade a su tiempo.
Padre santo celestial, venimos delante de Ti, primero para bendecirte, para glorificar tu nombre, para darte gracias por todo lo que haces, por cómo se mueve tu Espíritu en todos tus hijos, por cómo se mueve tu Espíritu en tu iglesia santa, en este tiempo donde estás sacudiendo todas las cosas, cumpliendo la palabra que dijiste, que ibas a sacudir todo.
Te damos gracias, igualmente, Señor, porque entendemos que este sacudón es para despertar a los tuyos primeramente, y para que te conozcan y para que vengan a Ti de rodillas los perdidos, aquellos que necesitan escuchar de tu Evangelio de salvación, aquellos que necesitan una oportunidad. En esta hora honramos tu nombre santo. Eres grande, poderoso, salvador de los cautivos, amigo de los que te necesitan, amigo de los pobres, de las viudas, de los huérfanos, Padre de los necesitados. Tú, que nos creaste con tus manos, a cada uno de nosotros tal como somos, con todas las características que nos diste, con todos los dones que nos diste, con todos los talentos que nos diste.
Dios mío, Tú sabes las necesidades de tus hijos. Que en esta hora sea tu Espíritu Santo moviéndose en las aguas de la gente que se está conectando en este vivo. Bendice a cada uno que esté escuchando o mirando este vivo, en vivo o después de este vivo. Unge a cada uno de mis hermanos y hermanas que están mirando este video en este momento con aceite del Espíritu Santo, que enciendas el fuego en ellos, que en esta hora todas las cadenas sean rotas en el nombre de Jesús.
Te pido, Padre, que en esta hora sea tu Espíritu repartiendo regalos espirituales en mis hermanos y hermanas, que respondas a sus oraciones, que repartas las palabras para ellos, que respondas las preguntas, que sanes el alma, que sanes el cuerpo en el nombre de Jesús.
Te alabamos, Señor Jesús, al Hijo de Dios, al que se entregó por nosotros con muerte terrible de cruz, al Cordero sin pecado que fue inmolado por causa de nuestras rebeliones. A Él debemos la honra, la alabanza, la gloria. En Él tenemos que poner los ojos, en ningún hombre, en ninguna mujer. A Él miren en este momento, ante quien nos humillamos en esta hora, reconociendo que somos vasos creados por su mano, hijos suyos.
Él es el Rey de reyes, Él es el Señor de señores, Él es el que va a venir, estamos esperando. Él es el que sana, Él es libertad, Él es el que llama, Él es el que constituye, Él es el que rompe cadenas. Al Hijo de Dios, al que está sentado al lado del Dios Padre todopoderoso, a Él bendecimos, en Él ponemos nuestra esperanza, a Él solo admiramos, y a ningún hombre, a ninguna mujer.
Él es nuestro ejemplo, las pisadas de Él son las que tenemos que seguir. Reconocemos tu poderío, Señor. En estas dos horas, te entregamos nuestros corazones completos a ti, Señor Jesús, para que hagas lo que quieras en estos minutos que vamos a estar juntos. En tu Espíritu Santo, Señor amado, quita las espinas de estos corazones, Señor, que están mirando en este momento. Renuévalos, sana a los que están aquí. Quita todo lo que no tiene que estar.
Levanten sus manos santas, como dice la Palabra, y alabemos a Dios, porque Dios se mueve en medio de la alabanza, de la adoración. Mientras oraba al Señor en lenguas del Espíritu Santo, veo cómo se abren los cielos, porque la alabanza tiene poder. Canten a mí, hijos, alábenme, adórenme, me dice el Señor. No es tiempo perdido adorarme. Dediquen los primeros minutos de su día para adorarme, para alabarme, para elevar cánticos de amor a mí, para agradecerme por el Espíritu Santo.
El Señor, en esta hora, me está mandando ángeles a sus casas, mientras yo estoy alabando en lenguas por causa de este cántico. ¿Cuántos alaban a Dios en este momento? ¿Cuántos se regocijan por su presencia? Siento el fuego del Espíritu Santo en esta hora, que me envuelve.
El Espíritu Santo me está mostrando en esta hora que a algunos de ustedes les da vergüenza alabar a Dios. Pero, dice Dios, si ustedes sueltan esa alabanza, por más que les dé vergüenza, esté quien esté, canten como canten, Yo voy a romper las paredes de roca de sus corazones, porque se sienten atados y oprimidos al no poder cantar, al no poder alabar a Dios. Hay una traba que no les permite alabarlo. ¿Entienden lo que digo?
Mientras yo estoy cantando en el Espíritu, veo a algunos de ustedes que quisieran alabarlo de la misma manera, pero no pueden porque sienten un bloqueo, me está mostrando el Espíritu Santo. Dice el Señor: Tienen que utilizar su libre albedrío para cantar igual. De esta manera se hace la guerra a las trabas, a los bloqueos que el enemigo ha colocado en ustedes para que no alaben de esta manera a Dios. Lo que pasa es que la alabanza tiene mucho poder, vuelvo a insistir.
Entonces, el enemigo no quiere que ustedes alaben a Dios, ni en el idioma terrenal ni en el idioma celestial, es decir, ni en español, en nuestro caso, ni en lenguas del Espíritu Santo. Tienen que entender que esta es una táctica del enemigo, porque cuando ustedes cantan, alaban a Dios, y más todavía en lenguas, hay cadenas que se rompen, hay gente que se sana, hay ángeles que Dios pone a trabajar cuando ustedes cantan. Esto es lo que me está mostrando el Espíritu Santo en este momento. Amén.
Vamos a levantar los brazos y vamos a dedicar este momento a alabar al Señor. Yo no soy cantante, nunca aprendí a cantar, de hecho, se debe notar, pero lo único que mi corazón desea es alabar a Dios, y no me da vergüenza alabarlo delante de todo el mundo, porque el que se avergüence de mí, dijo Jesús, Yo también me voy a avergonzar delante de mi Padre.
[Marcos 8:38, RVR1960] Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.
Este es el versículo que el Espíritu Santo me traía recién. Esa vergüenza es una traba para que ustedes alaben a Dios, es un espíritu que no quiere que ustedes operen en el poder de la alabanza. Entonces, levantemos las manos, y Señor, te pido en esta hora que todo aquel que no haya recibido o activado el don de lenguas, en este momento, que se active con el poderoso nombre de Jesús. Suelto toda lengua que esté atada en esta hora, la desato en el nombre de Jesucristo. Coloco fuego del Espíritu Santo en toda lengua que está mirando este video, ahora o después del vivo. Lenguas de fuego, en esta hora, son soltadas. Las lenguas no se hablan solas, tienen que abrir la boca y hablarlas.
Padre majestuoso, Todopoderoso, Omnipresente, Omnisciente, todo lo sabes, todo lo sientes. Tú eres grande, Tú eres santo, Tú eres glorioso. La honra solo te corresponde a ti, porque eres el Rey más grande. Gracias por la comida, por los bienes materiales, Señor, por la ropa, por los dispositivos para poder aún estar conectados. Gracias por nuestros hijos, esposos, padres. Gracias por todo lo que nos das, porque toda buena cosa viene de ti, del Padre de las luces.
Que se rompan las cadenas en esta hora que no permiten alabar al Señor, Roca viva, digno de alabar en frente de todo el mundo. No tenemos vergüenza de alabarte. Llamamos tu Presencia en esta hora, invocamos tu Santo nombre, Jesús Nazareno, el Cristo, el Mesías. Tu Palabra dice (Mateo 18:20): «Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».
Mueve entre nosotros. Te agradamos por esta alabanza. Para alabarlo todos en esta hora juntos, levanten sus manos. No es tiempo perdido; alabar a Dios es lo primero que hay que hacer. Más que pedir, es alabar a Dios y darle gracias por sus dones, por su misericordia, por su piedad, por estar con nosotros. Lo veo al Señor Jesús contento, y me dice: «Levanten las manos, mi pueblo santo, reconozcan quién Soy, reconozcan que tengo el Cetro eterno de este mundo. Estoy moviendo entre mi pueblo, entre los que me están alabando».
Veo ángeles en esta hora, mientras yo canto, que están derramando jarras de aceite del Espíritu Santo sobre los que están alabando junto conmigo. Creador del universo y de la tierra, la alabanza sea entre tu pueblo.
Te pedimos, juntos en esta hora, que unjas a todo adorador, a todo aquel que desea alabarte, a todo aquel que quiere adorarte en espíritu y en verdad. En este tiempo oscuro, levanta esas luces y adoración, levanta estos adoradores en espíritu y en verdad, que van a iluminar a la iglesia que está sumida en la oscuridad. Dales poder para que, a través de esa alabanza, así como los espíritus inmundos huían cuando David tocaba el arpa, te pido que hagas lo mismo a través de estos adoradores que estoy viendo, que estás levantando en esta hora, que van a adorarte con un poder preparado para este siglo, mucho mayor que todo lo que se ha visto en esta hora.
Levanta a todo aquel que toca instrumentos en tu nombre, a todo aquel que utiliza su garganta para alabarte, a todo aquel que danza a Ti, porque la danza también tiene poder. La danza a Dios, la alabanza a través de la danza, también trae liberación y sanidad, también rompe cadenas y provoca que el Señor mande ángeles a ungir a su pueblo, cuando su gente danza con una danza santa.
Veo ángeles que están alrededor del trono, alabando a Dios, giran, danzando al unísono, coordinados entre ellos, realizando cánticos, alabanzas y danzas al mismo tiempo a Dios. Dios las disfruta desde su trono. El Señor me dice que le agrada también cuando sus hijos alaban, cantando, bailando, alabándolo con todo nuestro corazón. Me trae el Espíritu a David, cuando bailaba con desparpajo, sin vergüenza, y algunos lo miraban con corazones endurecidos y pensaban que él era ridículo por alabar a Dios, o muy atrevido, que estaba haciendo algo malo. Pero el Señor, en realidad, lo miraba desde su trono, alegre, y estaba contento por la alabanza de David, y de eso es lo que me muestra el Espíritu.
Dice el Señor que algunos de ustedes tienen el deseo de danzar para Él, pero no lo hacen. Dejen de pensar si lo tienen que hacer o no. Yo estoy esperando tu alabanza, estoy esperando tu danza santa, estoy esperando tu cántico. Estoy esperando exactamente a los David que se levanten para adorarme sin vergüenza, porque Yo soy lo primero, Yo soy lo último, Yo me muevo en medio de las alabanzas.
Lo veo al Señor Jesús en medio de los grupos que danzan para Dios, moviéndose a través del poder de la danza. Te pido, Dios mío, que nos unas en una sola intención, en un solo espíritu en esta hora, con unicidad del espíritu, para amarte, para esperar de Ti lo que tengas para darnos.
Los que siguen mis redes sociales habrán visto que estoy publicando, mientras Dios me lo permite, una palabra diaria para el pueblo de Dios, que me da el Espíritu Santo. Y en una de esas palabras, el Señor mandó a que lo alabemos también. Él está demandando la alabanza de su pueblo. No podemos permitir que, porque estemos en tiempos de pandemia, en tiempos de cuarentena, en tiempos de oscuridad, el diablo apague nuestra alabanza al Señor.
Dios está demandando en esta hora la alabanza de sus hijos. Siempre hay una forma de hacer lo que Dios nos pide. No tenemos excusa: podemos cantar, alabarlo en nuestra casa, tenemos las redes, tenemos las conexiones para juntarnos, congregarnos virtualmente con otros hermanos y cantar al Señor cánticos de amor hacia Él, de guerra espiritual. Tomen conciencia del poder que tienen la palabra, el canto, la alabanza, y no se dejen apagar por el enemigo.
Me muestra el Espíritu de Dios que algunos de ustedes tocan un instrumento. Especialmente veo guitarras; lo primero que vi son guitarras, y algunos las han dejado a un lado en esta cuarentena. Empezaron alabando a Dios con la guitarra, pero después la dejaron a un costado. Dice Dios: están dejando un arma espiritual guardada en el cajón.
Cuando ustedes guardan un instrumento musical que están utilizando para alabar a Dios, es lo mismo que si guardaran un arma en el espíritu, con la cual atacamos al enemigo. Algunos están dejando de alabar en este tiempo de aislamiento. Otros dejaron de tocar el teclado, guardaron las panderetas. ¿Acaso Yo no habito en sus casas para que dejen de alabarme? ¿Acaso tienen que estar en un lugar específico? ¿O acaso mi Espíritu no lo abarca todo? Eso escucho de parte del Espíritu de Dios.
Algunos de ustedes están desanimados porque están dejando de alabarme, porque ya no recibo desde mi Trono sus cánticos de amor como lo hacían antes. Algunos de ustedes cantaban para el Señor y ahora casi no lo están haciendo, y su órgano que utilizan para el canto está perdiendo entrenamiento. Están esperando volver a congregarse en un templo para volver a cantar. El Espíritu me está revelando que no se dejen atrapar en esta trampa del enemigo, porque no solamente están dejando al Señor sin su alabanza, sino que está perdiendo entrenamiento la voz. ¿Por qué, cuando están en una congregación, están dispuestos a alabarme, pero cuando están en un lugar adonde nadie los ve, adonde los humanos no los ven, no me quieren alabar?
¿Para quiénes están cantando? ¿Están cantando para los hombres, por eso cantan cuando están con gente, pero no cuando están solos? El Señor nos está exhortando en esta hora. Yo creo que esta palabra ha llegado como un puñal a varios de ustedes, pero tomemos conciencia de que algunos de ustedes estaban cantando, tocando teclados, instrumentos, danzando para el Señor en el templo, pero en realidad no era 100% para el Señor, sino para los hombres.
Escudriñen en su corazón en esta hora y pregúntense si esta palabra no es para ustedes, porque, si nosotros amamos a Dios, vamos a tener ganas de alabarlo en todo momento, en todo lugar, y especialmente cuando estamos solos con Él. Porque la alabanza no es para la gente, no es para el hombre, es para Dios. Así que, a todo aquel que le quepa esta palabra, lo invito a que se arrepienta de haber entregado este sacrificio de alabanza a los hombres y no al Señor.
Los invito a que se arrepientan de haber dejado de alabar a Dios en estos días que no están yendo a congregarse en los templos. ¿O acaso no saben que los ángeles están ahí al lado de ustedes cuando ustedes danzan en sus casas? ¿Acaso no saben que cuando ustedes cantan estando solos, están Conmigo, y están los ángeles anotando lo que ustedes cantan? Veo gente que sí está alabando al Señor solos en sus casas en estos días de aislamiento, y el Señor manda ángeles a que estén ahí con ellos, que están anotando lo que ellos están cantando, porque hay algunos de ustedes que, cuando cantan a solas al Señor, están orando en canto a Dios.
En lugar de cantar una canción que ya se saben de algún artista conocido o algún salmo o algún cántico espiritual que ya se conoce en la iglesia del Señor, hay algunos de ustedes que cantan orando. ¿Cuántos oran cantando al Señor? Para todos los que oran cantando al Señor en sus casas o donde estén solos, el Señor manda ángeles para que no estén solos, porque la alabanza atrae la presencia de Dios.
Creo que algunos están aprendiendo algo nuevo en esta hora. No sabían, o no se imaginaban, o no les dijeron, o no recibieron la inspiración de que ustedes pueden orar, pero cantando al Señor. No hace falta saberse una canción de memoria para poder cantar a Dios. A Él también le agrada. Es una forma de oración.
[1 Corintios 14:15, RVR1960] «¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento»
Esas son las cosas que Dios hace en medio de la tribulación. Cuando todo parece caerse a nuestro alrededor, es cuando Dios más se glorifica.
[1 Corintios 14:2, RVR1960] «Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios»
Cuando cantamos en lenguas también, entonces tenemos que orar con el entendimiento y orar con el Espíritu, cantar con el entendimiento y cantar con el Espíritu. Y cuando cantamos en lenguas, cantamos a Dios, no a los hombres, a menos que ese cántico en lengua sea interpretado por alguien que tenga el don de interpretación de lenguas y esa interpretación sea una palabra profética para el pueblo de Dios, que también puede venir en canto.
No reduzcan la alabanza. Y Dios me muestra que, en este periodo, desde que esta pandemia del COVID-19 surgió, al principio la alabanza estaba fuerte, pero ahora ha disminuido porque muchos están aprendiendo a resistir este aislamiento. Sé que está distinto en los distintos países del mundo el tipo de cuarentena o aislamiento, o algunos, no sé si ya han salido o no hay cuarentena. Sé que está distinto el estadio del aislamiento, pero Dios me está mostrando en esta hora que al principio les resultaba fácil estar en cuarentena a muchos de ustedes porque se dedicaron a buscar a Dios, a alabarlo, a estar con Él, a aprovechar para reforzar su relación con el Señor en este aislamiento.
Pero con el paso del tiempo, en estos cuatro meses de cuarentena o aislamiento que estamos teniendo, la fuerza de algunos de ustedes está decayendo, me muestra el Espíritu de Dios. Me dice el Espíritu de Dios que nos está enseñando a resistir, porque no es lo mismo pasar por una prueba que es corta que resistir una prueba larga. Dentro de esta prueba larga, de este sacudón, una de las cosas que el Señor está haciendo es enseñarle al pueblo de Dios a alabarlo.
El Espíritu dice que, en estos últimos meses de cuarentena, la alabanza cayó, no está al mismo nivel que al principio de la cuarentena. Se están dejando adormecer, están esperando a congregarse de nuevo, y eso no le agrada al Señor. ¿Por qué están esperando para alabarme? ¿Por qué quieren estar en una condición especial para alabarme?
[Hechos 16:24-26, RVR1960] « El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo. 25 Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. 26 Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.»
Pablo y Silas estaban presos, dice acá, que les aseguraron los pies con un cepo y los metieron en el calabozo de más adentro de la cárcel, y ellos, ¿qué hicieron? Empezaron a cantar himnos a Dios. Ese tipo de fe es el que Dios está esperando de parte de su iglesia en estos días. Nosotros estamos en una especie de encarcelamiento, por decirlo de alguna manera, aislados, separados, y no estamos alabando al Señor cuando nos está diciendo la Biblia que Pablo y Silas, estando en una cárcel en un estado peor al que estamos nosotros ahora, alabaron a Dios cantando himnos.
Este es el versículo que el Espíritu Santo me estaba trayendo para darme a entender que, cuanto más fuerte es la prueba, más tenemos que alabar a Dios, porque es fácil alabar a Dios cuando estamos bien, pero el amor verdadero al Señor se muestra en las tribulaciones, en las pruebas. Y dice aquí que, cuando ellos cantaban, vino un terremoto, y los cimientos de la cárcel se sacudían, y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. ¿Entienden el poder de la alabanza? Dios responde cuando nosotros cantamos los himnos a Él.
Cada vez que Dios me dice: «Dile a mi pueblo que me alabe, que me cante, que me dancen, que me adore», yo (Noelia) veo cómo el Señor manda a los ángeles del cielo a trabajar a favor de la persona que lo está alabando. ¿Cuántos quieren que las cadenas se rompan? ¿Cuántos quieren recibir sanidad? ¿Cuántos quieren recibir algo del cielo? Entonces, alaben al Señor. Esto es lo que está diciendo Dios hoy en este vivo.
Este es un mensaje hoy para el pueblo de Dios. No cierren sus bocas. El diablo les está poniendo un bozal, haciéndoles pensar que no sirve de nada alabar a Dios cuando están solos en sus casas. Abran los ojos, me dice el Espíritu Santo de Dios. Tomen de nuevo la guitarra, el instrumento que sea que toquen, que han dejado en una esquina, y muevan los dedos para alabar al Señor a través de los instrumentos.
El Espíritu me dice: «Muchos me están pidiendo milagros en este tiempo, muchos me piden cosas, muchos me piden bendiciones, muchos me piden pan, muchos me piden sanidad; aún algunos de ustedes están pidiendo que se tranquilice el ambiente en sus casas, el ambiente familiar por causa del encierro, pero sin darse cuenta de que ustedes mismos tienen un arma espiritual que es la alabanza».
No quiero que haya oidores olvidadizos; quiero que escuchen esta palabra y que la pongan por obra. Ustedes hayan tomado conciencia de que tienen un arma espiritual a disposición para ser utilizada en toda hora, en todo momento, en todo lugar, y un elemento que Dios nos ha dado que provoca que las cosas se muevan en el espíritu.
Veo a algunos de sus hogares que están tristes, que hay tristeza, pero dice el Señor: «En ese momento, cuando se sienten solos, cuando se sienten aburridos, cuando se sienten tristes, deprimidos porque el enemigo está aprovechando para meter espíritus de depresión en muchas casas por causa del encierro, más tienen que levantar las manos santas y adorarme más aún. Tienen que levantar los brazos sin vergüenza y cantarme. No necesitamos ser cantantes profesionales para poder alabar a Dios con nuestras voces. No necesitamos ser bailarines profesionales para poder alabar a Dios con danza. Es por el Espíritu Santo».
Coloquen música en sus casas, alabanzas conocidas también, y síganlas, canten junto con los cantantes, que suenen. No hace falta tampoco saber tocar un instrumento. Dios quiere que lo amemos, eso quiere Dios, y que demostremos ese amor y que le demostremos que confiamos en Él, que cantamos igual por más que estemos pasando por un momento difícil. Dios está esperando que sus hijos levanten las manos, reconociendo que Él está sentado en el trono, amándolo, adorándolo, entregándole nuestro cántico, nuestra oración, nuestro amor, nuestras gracias, de todo corazón. El Padre está esperando la alabanza de sus hijos.
Yo te pido, Dios, en esta hora, que rompas todo bloqueo que tengan mis hermanos, mis hermanas, que está impidiendo que te alaben, Señor. Todo bloqueo demoníaco que ellos tengan, en el nombre de Jesús, se ha quebrado en esta hora. Todo altar a las alabanzas al enemigo, que están en las casas de mis hermanos, quizás que han quedado desde el pasado, de cuando no eran convertidos, los quebramos en el nombre de Jesús. Porque veo que algunos de ustedes alquilan casas, y los que alquilan casas, en algunas de esas casas me muestra el Espíritu Santo que antes allí habitaban gentes que no eran hijos de Dios y escuchaban música mundana, y cantaban música mundana, incluyendo malas palabras, sensualidad, maldiciones en esta música y ese tipo de cosas.
Por esta causa se habían levantado altares a Satanás en el espíritu. Porque, así como los hijos de Dios alaban a Dios con cánticos, con danza, con estas expresiones, también los hijos del diablo alaban a Satanás con cantos, con danza y con este tipo de expresiones. Y cuando nosotros alabamos al Señor, el Espíritu me está revelando en esta hora que se levantan altares en el lugar donde esto se practica, ya sea altares al Señor o altares a Satanás.
Entonces, el Espíritu me está revelando que cuando una persona, un hijo de Dios, alquila una casa donde vivían personas mundanas que escuchaban música del mundo, música que está hecha para el diablo, sabiéndolo o sin saberlo, se levantan altares a Satanás en el espíritu en esa casa. Entonces, ahora, en esta hora, juntos los vamos a romper en el nombre de Jesús. Sea quebrada toda palabra que se haya cantado a Satanás, sabiendo o sin saber, en el nombre de Jesús. Las desactivo, esas palabras.
Le quito el poder a todo canto del mundo que haya provocado maldiciones en las casas o en las vidas de mis hermanos, en el nombre de Jesús. Y a aquellos de ustedes que estén escuchando aún música del mundo, las invito en esta hora a abandonar esa práctica, porque ustedes están abriendo una puerta al enemigo a través de esta práctica. Porque nuestra garganta, nuestra lengua, nuestra boca, nuestro cuerpo, están hechos para alabar a Dios. La creación alaba a Dios, ¡cuánto más los hijos de Dios!
Algunos de ustedes no se han limpiado 100% de esta práctica, me dice el Espíritu Santo en esta hora. Veo CDs con música, con música del mundo, que algunos de ustedes tienen. Llega la hora de tirarlos a la basura, llega la hora de limpiarnos en esa área. ¿Hasta cuándo vas a alabar al enemigo y a las cosas del mundo que él te ofrece, en lugar de alabarme a mí? ¿Hasta cuándo vas a permitir que las aguas de tus alabanzas se contaminen?
Algunos de ustedes, parte del tiempo escuchan alabanzas a Dios y la otra parte del tiempo escuchan alabanzas al diablo. Y no estoy hablando de canciones explícitamente satánicas; estoy hablando de música del mundo, cuyas letras hablan de cosas que tienen que ver con el reino de las tinieblas: música sensual, música que tiene maldiciones y malas palabras en sus letras, música que invita a pecar, música que adora las malas prácticas, los malos hábitos, como fumar, drogarse, tomar, salir a las discotecas. Hasta hay canciones mundanas que están hechas como una adoración a la comida.
Me dice el Espíritu: cuando ustedes escuchan música, es como si estuvieran comiendo lo que están escuchando. Si ustedes escuchan un reguetón, por ejemplo, donde las letras hablan de la sensualidad de los cuerpos desnudos, esa práctica provoca que se abra una puerta para que entren espíritus de sensualidad en ustedes. El Espíritu Santo me lo está revelando en esta hora, y después algunos de ustedes tienen sueños de ataques sexuales, sueños de íncubos o súcubos, sueños de tentaciones sexuales, sueños donde los hombres ven mujeres semidesnudas que los invitan a tener relaciones con ellas, también las mujeres.
Me dice el Señor que hay puertas abiertas y que a algunos de ustedes les está pasando eso porque han entrado espíritus de sensualidad a sus vidas a través de la música mundana que invita a la sensualidad. Hay mucha iglesia que tiene sus aguas de alabanza sucias. Por un lado, escuchan música hecha para Dios, y con el otro oído escuchan música hecha para el diablo. Pero ellos dicen: «No es nada, es solamente música, me voy a distraer un ratito, voy a escuchar alguna canción famosa que me guste, que no es una alabanza para el Señor, pero me aburre escuchar alabanzas todo el día». Eso piensan algunos de ustedes: «No pasa nada, es inocente».
Sin saber que en el espíritu le están abriendo una gran puerta a Satanás y están levantando altares al enemigo en sus casas, después sus hijos tienen problemas sensuales, problemas de masturbación, problemas de que quieren estar de novios todo el tiempo. La tentación aumenta, y no entienden por qué, porque ustedes oran, van a la iglesia, cuando pueden congregarse, se congregan virtualmente. Ahora que no pueden ir a la iglesia, no entienden por qué la sensualidad y las tentaciones sexuales están creciendo en sus sueños, en sus casas, en sus esposos, en las esposas, en los hijos. ¿Por qué pasan estas cosas raras? ¿Por qué el Señor no me libera de estos espíritus y de estos sueños, si no estoy pecando?, dicen algunos de ustedes. Y resulta que una de las puertas abiertas era la música.
Dice el Espíritu: cuando ustedes escuchan música mundana, en especial esta música que habla de inmundicias, música sensual, música que invita a practicar vicios, música carnal, es tan fácil como si fueran a una puerta y directamente la abrieran con sus manos para que entre el diablo en sus casas. Es así de directo. Yo estoy hablando de la música que está hecha para el mundo, de la música que no está hecha para el Señor.
Dice Dios que mucha de la música, si no la mayoría del mundo, está hecha por gente que adora a Lucifer. Son luciferinos. Ellos hacen rituales en los CDs que están a punto de lanzar. Anteriormente, cuando se usaban las cintas de casete, esta gente, los que tienen mucha fama y aun los que están recién creciendo, hacen pactos con el diablo, y maldicen y hechizan, ponen hechizos en lo que vayan a vender. Antes eran los casetes de cinta. Ellos, así como nosotros oramos sobre las cosas para bendecirlas, maldicen. Maldicen los casetes, maldicen los CDs, maldicen la música que se lanza virtualmente, los maldicen y les lanzan un hechizo para que, cuando esa música suene y la voz del cantante empiece a cantar, el diablo lance a sus demonios.
Y estos espíritus van a las casas donde esta música está sonando y meten en la gente que lo escucha demonios de sensualidad, demonios de lujuria, demonios de divorcios, demonios de engaños, demonios de tabaco, de drogas, de alcohol, de dependencia, de contiendas, de competencia, de celos y más. Así como cuando nosotros alabamos a Dios, al principio dije que yo veía que, cuando yo estaba cantando a Dios en lenguas y también en español, yo veía cómo Dios manda a sus ángeles a trabajar a favor nuestro.
De la misma manera, dice el Espíritu Santo, cuando una música de esta gente encubiertamente luciferina suena en algún lugar, es como una alabanza al diablo, y cuando él lo escucha, manda a sus demonios a trabajar en ese lugar donde está sonando esa música.
Muchos cantantes de los que son más famosos, la mayoría de esos, son luciferinos, adoran a Lucifer. No escucho el nombre Satanás, escucho el nombre Lucifer, y ellos reciben la inspiración de parte de Lucifer. Este mueve sus dedos y hace magia con esta música, que hechiza a nuestros hijos. Por eso, muchas veces, los niños y los jóvenes no pueden dejar de escuchar música mundana, porque esta música lanza hechizos sobre los que están escuchando.
Así que tienen que arrepentirse de estar en doble ánimo, de estar en dos aguas. Un momento quieren escuchar música para Dios, pero al otro se aburren y quieren escuchar música mundana. Después se hacen preguntas: ¿Por qué les pasan cosas malas? ¿Por qué el Señor no los libera? ¿Por qué no los sana? ¿Por qué su casa siente que no está limpia como otras casas? Una de las razones es por causa de esta música maldita, que es la música de estos cantantes famosos.
El diablo les da a las canciones, él los inspira, y les voy a contar un testimonio. Cuando yo hacía poco que me había convertido al Señor, tuve un sueño, y en el sueño escuché una canción muy bonita, muy pegadiza. Era una canción que yo estaba cantando en el sueño, era de esas canciones que las escuchas y después no te las puedes sacar de la cabeza. Así era la canción. Y escucho al diablo que me dice: «Si me adoras, yo te voy a dar canciones para que tengas fama, y con esta canción te van a conocer todos». Y yo escuchaba la canción. Era una canción de esas que escuchas y sabes que va a ser un hit. Y en el sueño yo le dije que no, que nunca lo iba a adorar a él (todo en el espíritu, no hablando con la boca). En ese mismo momento me desperté, cuando le dije que no, y me olvidé automáticamente de la canción que él me había dado.
Esto lo cuento. Esto fue más o menos al año y medio de haberme convertido, cuando yo había descubierto que podía cantar al Señor en lenguas, alabarlo a través de las lenguas, y estaba aprendiendo sobre eso. Y el diablo me quiso tentar con este sueño. Pero lo que quiero remarcar es que, de la misma manera —y lo que el Espíritu me está diciendo ahora—, es que el enemigo le entrega estas canciones que son súper pegadizas, súper famosas, que no te las puedes sacar de la cabeza. Las escuchas una vez en la calle y como que se repite y se repite en tu cabeza. Si no las reprendes, esas canciones son las que le da el enemigo a sus artistas. Porque Dios tiene sus adoradores, y el diablo también tiene sus adoradores.
Debemos orar sobre todo lo que hemos escuchado, quebrantando toda maldición que se haya desparramado sobre nosotros a través de la música. El diablo también puede ponernos música mundana en los sueños. Muy posiblemente te pase, porque tengas que dejar de escuchar música mundana si lo estás haciendo, y, si no, arrepentirte de haberlo hecho antes y pedirle al Señor que te libere de todos los espíritus que hayan ingresado por causa de esta música mundana.
Jorge dice: «Un pastor me maldijo, ¿y ahora qué hago?». Cortar esa maldición en el nombre de Jesús, y puedes orar diciendo: «En el nombre de Jesucristo, toda palabra de maldición que haya sido hablada contra mí y contra mi familia, contra mis bienes, queda en este momento cancelada. Corto toda maldición que tal persona haya lanzado sobre mi vida, o sobre mi familia, o sobre mis cosas, porque la Palabra de Dios tiene poder».
Yo no sabía de qué tema quería el Señor hablar hoy, y cuando empezamos el video, el Espíritu solo empieza a hablar de lo que Dios quiere.
Muchos de ustedes se tienen que arrepentir de no alabar a Dios nunca. Algunos de ustedes nunca alaban a Dios, y se están secando por dentro. El espíritu de ustedes se va secando cuando no alaban nunca a Dios. Es como un árbol que no tiene agua. Tomen conciencia de esto y empiecen a alabar a Dios de alguna manera. Hay muchas formas de alabar al Señor, pero si ustedes no lo alaban nunca, son como un árbol que se va secando, porque la alabanza alimenta el espíritu, la alabanza renueva nuestros espíritus.
Dios me muestra que está levantando nuevos grupos de alabanza, gente joven que va a alabar a Dios en verdad, y no por rédito, no por dinero, no por vanagloria, no por fama. Estoy asqueado de los cantantes cristianos que están esperando a terminar su recital para cobrar su sueldo (te pedimos perdón, Señor, por esta gente que no entiende que toda buena dádiva viene de ti, Señor, del Padre de las luces). Se están llenando los bolsillos, diciendo que cantan para mí, pero están cantando para los hombres, esperando el pago por las canciones que cantan.
Ciertamente, yo sé que hay hijos míos que, cuando escuchan estas canciones famosas cristianas (estoy hablando de los cantantes cristianos famosos), hay hijos míos que, cuando escuchan estas canciones, realmente me están alabando con su corazón. Ellos no están pecando cuando escuchan estas canciones, porque me están amando y me están alabando a través de escuchar algunas canciones cristianas famosas. En ellos no está el pecado, porque la intención de sus corazones es alabarme a través de canciones que se pueden aprender.
Dios me hace entender que eso está bien, no hay un problema con eso. El problema está en los que utilizan el don que Dios les ha dado para cantar a Él, para hacerse ricos. Algunos de ellos ya se olvidaron de lo que es amar a Dios a través de la alabanza. Como dije antes, solamente están esperando que termine el recital para que les den el dinero obtenido de esa paga, de esa presentación, de esa performance. Empiezan adorando, empiezan alabándome de verdad, pero se desvían y terminan cantándole a Mamón. Las alabanzas que una vez fueron mías, ellos en sus corazones terminan alabando a Mamón.
Yo quiero alabanzas honestas, quiero honestidad, quiero sinceridad en el canto, quiero pureza en las letras. Yo también inspiro a los míos y les doy himnos espirituales para que, cuando sean hablados o cantados, el poder de esas palabras provoque sanidades, milagros y liberación entre los que los escuchan, y eso no se puede comprar con dinero. El Espíritu Santo me está haciendo entender que no está mal, no es un pecado, ofrendar a la persona que hace alabanzas para que sean escuchadas entre el pueblo de Dios.
Me habla de los levitas del Señor y dice que estos son sostenidos por mí, de manera que no está mal sostener —y estamos hablando económicamente— a estas personas que se dedican a esto para mí. Pero llega un punto donde estos alabadores que empezaron bien se corrompen por las riquezas, y ahí es el punto donde está mal, donde entran en el pecado.
Ustedes, hijos míos, tengan discernimiento para elegir lo que van a escuchar. Elijan aguas cristalinas, aguas puras, alabanzas de corazón y himnos espirituales, puros a través de mi Espíritu Santo. Y muchos de ustedes se están preguntando: ¿y cómo hago para elegirlas? Dios responde que es a través del Espíritu Santo que vive en ustedes y que les va a hacer entender cuál es la música que le agrada a Dios que escuchen y cuáles no.
Hay algo que quiero dejar claro: una cosa es el estado espiritual del cantante para con Dios, del que alaba a Dios, o del cantante cristiano famoso o lo que sea; y otra cosa es el estado espiritual nuestro como individuos, nuestra intención de nuestro corazón para con Dios. Que un cantante cristiano que cante al Señor se haya corrompido, que quiera y desee el dinero más que alabar a Dios, o que haya perdido el deseo de alabarlo en la codicia del dinero, no quiere decir que nosotros no podemos escuchar esa canción. Si nuestro corazón, nuestra intención, es escucharla para alabarlo a Él, si yo escucho una canción de un cantante cristiano y la alabanza, las letras, no están sucias, si nuestra intención es escuchar esa canción porque queremos alabar al Señor a través de esa canción, Dios no nos juzga a nosotros. Él va a juzgar a ese cantante por las intenciones de su corazón.
¿Cuál es la clave para responder a las preguntas que ustedes están haciendo ahora? Preguntándole al Espíritu Santo cuál es la música que a Dios le agrada que escuchen.
[Romanos 2:16, RVR1960] «en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio»
[Eclesiastés 12:14, RVR1960] «Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.»
Esto lo leo porque Dios ve las intenciones de nuestros corazones, de cada uno de nosotros. El Espíritu me está mostrando que algunos de ustedes tienen hijos alabadores, hijos pequeños, niños que tienen deseos de aprender a tocar instrumentos, de aprender a danzar para el Señor, pero algunos de ustedes están conscientes y otros no. Es la responsabilidad de los padres orar para que Dios les muestre cuáles son los dones que tienen sus hijos, el propósito, y cuáles de ellos están llamados a alabar a Dios a través de la música, del canto, de los instrumentos, de la danza. Aquellos de ustedes que tengan hijos (específicamente niños) que tienen deseos de aprender a alabar al Señor, ustedes son los que tienen que darles ruedas.
Los padres son los que no quieren ver que los niños respondan al llamado a alabar a Dios. No se hagan los ciegos, fíjense y pídanme los recursos que necesitan para que sus hijos aprendan a tocar instrumentos, para que sus hijos aprendan a danzar, para que sus hijos aprendan a cantar. Los papás no se han dado cuenta de que estos niños están llamados a ser alabadores de Dios y no los han ayudado, apoyado, no les han dado la oportunidad o no han encontrado la forma de que estos niños desarrollen estos dones que Dios les dio. Es su tarea instruirlos.
Entonces, les hago esta invitación de que se fijen en sus casas y pregunten al Señor si sus niños son unos de estos alabadores de los últimos días que el Señor está levantando en este tiempo. No se dejen engañar, no se dejen frustrar por este tiempo donde muchos de nosotros permanecemos en aislamiento, sino que igualmente busquen la forma de que estos niños sean instruidos para que puedan desarrollar este don de alabanza. Por más que estén encerrados, oren a Dios y Él les va a mostrar la manera.
La manera en que estos niños pueden empezar a desarrollar estos dones que Dios les dio. Veo niños tomando clases de instrumentos, y Dios me dice que no está mal tomar clases para desarrollar los dones que el Señor les dio. Lo mismo ocurre con las clases de danza: no está mal tomar clases de danza si las danzas son para Dios, porque así como el que toca el teclado tiene que aprender a manejar sus dedos, el que baila para Dios tiene que aprender a manejar su cuerpo, a tener control sobre sus miembros, a aprender cómo tener equilibrio, cómo desarrollar la fuerza, la elasticidad y muchas otras cosas. Así como el que cuida de sus flautas para alabar al Señor, del mismo modo el bailarín tiene que aprender a cuidar su cuerpo, que es el instrumento que Dios le dio para alabarlo.
Hay muchas niñas chiquitas que danzan en sus casas. ¿Cuántos de ustedes tienen hijas que danzan en sus casas? Veo niñas bailando en sus casas, expresándose libremente. Dios les pide a los padres que deben colocar las manos sobre sus hijas y ungirlas con fe, con aceite de alabanza, con aceite de adoración, y que oren regularmente por ellas, para que la unción crezca, aumente y no disminuya, porque el diablo va a querer que esa unción para danzar disminuya, pero yo quiero que aumente.
Veo niños, pero en su mayoría son niñas. Veo que han sido ungidos para danzar para el Señor, pero hay diferentes niveles de unción. Veo medidores y algunos medidores tienen más aceite que otros; hay distintos niveles de unción. Los papás de estas niñas que danzan en sus casas, que tienen el deseo de danzar, algunas veo con panderetas, otras veo con faldas, moviendo las faldas, alabando a Dios.
Dios dice que los papás hagan imposición de manos sobre sus hijas orando, para que esa unción crezca y no disminuya. Deben hacer guerra espiritual, porque el enemigo quiere que estos niños no puedan danzar para Dios, provocando algún accidente en el cuerpo, alguna torcedura en los tobillos y alguna enfermedad física que les impida bailar, colocándoles vergüenza para que no se animen a alabar a Dios en público a través de la danza y demás tácticas del enemigo.
Si ustedes son unos de los padres que tienen estos niños que danzan y que siempre se están moviendo, que están haciendo actividad física en sus casas, que tienen un cuerpo para alabar a Dios y danzar para Él, deben incentivarlos, hacerles un espacio en la casa para alabar a Dios.
Dice el Espíritu Santo que si ustedes tienen un niño que tiene ganas de bailar, que está todo el día bailando, moviéndose y adorando al Señor, alabando al Señor, traten de hacerles un espacio en sus casas, un lugarcito. Porque dice el Espíritu que algunos de ustedes tienen hijos que quieren aprender a tocar un instrumento y dedican tiempo para eso, dedican dinero para eso, invierten en eso, les compran el instrumento, les pagan las clases y demás, pero algunos, cuando se trata de la danza, no lo toman tan en serio. Entonces, ni siquiera el niño tiene un lugar donde expresar esa alabanza a Dios, donde adorar a Dios, ni siquiera en sus propias casas.
Algunos de ellos, me muestra el Espíritu Santo, que hay padres que les dicen: «Quédate quieto porque estás bailando todos los días, porque te mueves todo el día». Lo que hacen con eso es apagar el fuego de la alabanza que Dios colocó en esos niños. Hay que tener cuidado con eso, no menosprecien el poder de la danza a Dios.
[2 Samuel 6:5, RVR1960] «David y toda la casa de Israel danzaban delante de Jehová con toda clase de instrumentos de madera de haya; con arpas, salterios, panderos, flautas y címbalos.»
El Espíritu me estaba diciendo que muchos de ustedes, no sé si muchos, pero algunos hermanos, menosprecian el poder de la danza.
[2 Samuel 6:14-15, RVR1960] «David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová; y estaba David vestido con un efod de lino. 15 Así David y toda la casa de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta.»
¿Cuánto más tenemos que danzar nosotros con todas nuestras fuerzas a Dios? Algunos de ustedes creen que está bien tomar clases de instrumentos para que después esos instrumentos sean tocados en el nombre del Señor, pero no creen que está bien aprender a bailar, tomar clases de danza para después utilizar el cuerpo para alabar a Dios. Dios no tiene un problema con que tomemos clases de danza, porque es para aprender a utilizar nuestro instrumento, que es nuestro cuerpo, para alabar a Dios. A veces el Espíritu toma a un hijo de Dios y esa persona danza sin haber tomado clases de danza, y es una alabanza al Señor en el espíritu genuina, que se refleja en el cuerpo.
A veces el Espíritu veo que envuelve a la persona cuando está en la alabanza, y la persona empieza a dar saltitos o alabar a Dios, a danzar, a mover su cuerpo, porque es una danza inspirada por el Espíritu Santo, y está muy bien.
Dios nos inspira de distintas maneras para alabarlo a Él. Veo a los israelitas bailando juntos, con danzas grupales, más que nada en círculo. Los veo; no conozco de las danzas de Israel antiguas, pero los veo bailando en círculos, y ellos armaban esa danza, que son como coreografías, para poder bailar en grupo. Obviamente tienen que ponerse de acuerdo y hacer movimientos sincronizados, a menos que venga el Espíritu Santo sobre varias personas al mismo tiempo, y también danzar a Dios.
De la misma manera, me dice el Espíritu Santo, en que los israelitas armaban coreografías en grupo y se ponían de acuerdo para danzar a Dios, y Dios recibía esas alabanzas, de la misma manera hoy Él inspira a su gente, a gente que está especialmente llamada para este tipo de alabanza, y las inspira por el Espíritu Santo. Él nos inspira a realizar coreografías hechas para Dios, tanto individuales como grupales.
El Espíritu me muestra que, cuando estas coreografías son presentadas, donde sea que son presentadas, si están inspiradas por el Espíritu Santo de Dios y hechas para Dios, del corazón, no estamos hablando de una coreografía que supuestamente está hecha para Dios, pero en realidad está hecha para los hombres o para vanagloriarse, ¿verdad? Dios me dice: si la coreografía está inspirada por el Espíritu Santo, hecha desde el corazón de amor de mi hijo o hija que la hizo, y si es para mí, cuando estos bailarines realizan esta coreografía que está santificada por Dios, esta danza tiene poder sobre todo aquel que la presencia. Y cuando los bailarines bailan, y es una coreografía armada, no es espontánea, vienen ángeles durante la coreografía y sanan a las personas, las ungen con aceite del Espíritu Santo, cortan cadenas de ataduras, las liberan, les hablan los ángeles al oído.
Lo que pasa es que el enemigo no quiere que su pueblo realice estas coreografías para Dios, porque cuando un grupo de personas se pone de acuerdo en un mismo espíritu para danzar para Él con alabanza a través de la danza, esto tiene tanto poder como el canto en el espíritu, la alabanza cantando. Entonces, los espíritus inmundos que están en el ambiente huyen, porque esta danza está santificada, porque es para Dios, y es como un fuego que los quema.
Dios quiere que en este tiempo todas estas barreras de falsa religiosidad, donde la danza se ha desprestigiado muchísimo, sean rotas. Pero Dios se está levantando adoradores que van a bailar, que van a alabar a Dios de una manera distinta, y los van a llamar locos, ridículos y hasta endemoniados, porque muchos que están en una doctrina equivocada con respecto a la danza no van a entender este nuevo movimiento que Dios, a través de su Espíritu Santo, va a hacer en la alabanza de su pueblo. Van a ser Davids, y se van a burlar de ellos, así como se burlaron de David, así como Mical se enojó contra David y le cayó mal la danza. Así va a suceder en estos últimos días, cuando Yo levante estos grupos de adoradores que van a ser una sorpresa para muchos, porque van a presentar la alabanza de una manera distinta, pero va a ser un nuevo movimiento que Yo estoy haciendo entre mi pueblo.
Muchos de estos son los niños, estos que Yo veía bailando en sus casas. Son ellos, no los opriman, dejen que se expresen, oren por ellos para que sea el Espíritu Santo dirigiéndolos.
[2 Samuel 6:16, RVR1960] «Cuando el arca de Jehová llegó a la ciudad de David, aconteció que Mical hija de Saúl miró desde una ventana, y vio al rey David que saltaba y danzaba delante de Jehová; y le menospreció en su corazón.»
Dios está diciendo en este tiempo que lo mismo va a pasar en estos últimos días, a medida que Dios levante estos adoradores genuinos que van a tener desparpajo (capacidad de una persona para actuar con seguridad y confianza en sí misma), que no van a tener vergüenza, que van a saltar y danzar a Dios, así como hizo David y su gente mientras transportaban el arca con júbilo, con gozo, con alegría. Muchos que tienen el corazón endurecido no van a recibir esta alabanza, y los van a menospreciar en sus corazones, así como hizo Mical con mi siervo David. Cuídense de que no sean ustedes. ¿Por qué no preguntan a mi Espíritu si lo que están viendo viene de Mi parte o no? Yo soy un Señor diverso y me manifiesto entre mi pueblo de distintas maneras, y me gustan los distintos colores, los olores, y hay alabanzas que elevan a mi Trono distintos tipos de perfume.
Yo quiero que llegue a mis narices distintos tipos de perfumes, distintos tipos de inspiraciones, distintos tipos de manifestaciones de mi Espíritu Santo, distintas operaciones de la alabanza. No quiero que llegue un solo tipo de perfume, no me encasillen, no me encierren, no me pongan límites. Quiten los cercos de su mente que les han colocado a los hombres, mintiéndoles que Yo no puedo hacer cosas nuevas entre mi pueblo. Arrepiéntanse de haber creído en estos límites que les ha impuesto el hombre, porque Yo hago lo que quiero, como quiero y donde quiero, conforme a la multiforme gracia de Dios.
Dice el Espíritu Santo que lo alabemos en familia. Veo familias enteras alabando juntas, aunque no estén reunidas en una congregación, en un templo. Eso sale de los corazones que verdaderamente, genuinamente aman a Dios y lo alaban en cualquier momento, en cualquier lugar. Sin importar que no estén en una iglesia, no esperan a ir a una iglesia, un templo y escuchar que alguien canta en el púlpito para alabarlo. Lo alaban en sus casas. Eso Dios lo ama, y los exhorta a que lo hagan, para que lo hagamos aquí: alabémoslo en familia.
Me dice el Espíritu Santo que algunos de ustedes esperaban que este vivo se trate de otros temas, quizás que reparta palabra para ustedes, sanidades, milagros o profecía, y no entienden que hoy les he dado una clave para su sanidad. Hoy les he dado una clave para el milagro que están esperando, hoy les he dado una clave para su libertad. No saben el valor que tiene esta palabra sobre la alabanza que hemos recibido hoy. Algunos de ustedes aún no entraron en conciencia del valor que tiene la palabra que el Señor entregó hoy.
Dice Dios que confíen en Él y obedezcan a lo que Él ha dicho hoy, que van a ver los frutos que el Espíritu Santo va a traer a través de la alabanza de diferentes maneras. En este momento veo muchas coronas en las cabezas de ustedes, veo coronas, y el Espíritu me muestra que, así como David tenía colocada en el espíritu una corona por ser rey, muchos de ustedes tienen colocadas una corona. De la misma manera que el rey David danzaba y saltaba para Dios sin vergüenza, con toda su fuerza, así quiero que ustedes dancen para Mí, porque ustedes también tienen puesta la corona como reyes y reinas.
El Espíritu me sigue diciendo que algunos, para alabar a Dios, retomen, porque ese deseo es Dios quien lo colocó en sus corazones. Por eso nunca se lo pudieron sacar de sus corazones. Si aún tienen ganas y se quedaron con las ganas de aprender a tocar un instrumento, aprender a cantar, escribir canciones, aprender a bailar, háganlo, porque hoy es el tiempo.
Yo te pido en esta hora que bendigas a todos los que vieron este vivo, y a los que lo van a ver después, cuando quede en mi canal. Tuya es la gloria, gloria a Ti. Tuya es la honra. Te pido que rompas toda cadena que impide la alabanza genuina hacia Ti. En esta hora, todo el que mira, en el nombre de Jesús, doy gracias por todo lo que hemos visto, por todo lo que hiciste, por todo lo que explicaste, por todo lo que nos revelaste. Te doy gracias por todo lo que nos hablaste a través de tus palabras. Gracias porque muchas esposas han caído en esta noche, en el nombre de Jesús.
Dice Dios que algunos de ustedes van a tener una lucha interna con esta palabra que hoy lancé, pero pregúntenme a mí. Estudien la palabra que les dejé, lo que hoy he hablado a través de mi Espíritu Santo, para encontrar que es cierto lo que se ha dicho, para encontrar confirmación, para encontrar apoyo bíblico en lo que el Señor ha hablado hoy.
Pídanme revelación a mí, y Yo les voy a revelar, porque algunos aún tienen preguntas en sus corazones de lo que se puede hacer, de lo que no, de lo que es lícito, de lo que no es lícito, de lo que es pecado, de lo que no es pecado. Para eso les he dado de mi Espíritu, para que beban, para que cuando lo tomen de mi Espíritu, sean saciados y sean respondidas las preguntas de sus corazones. No se menosprecien, porque algunos de ustedes piensan que las canciones que escriben, las alabanzas a Dios, no valen nada, pero están pensando en términos de hombres y no para Dios. Están pensando que los hombres van a rechazar ese sacrificio para Él, pero no es para los hombres, es para Dios, y Él no lo rechaza.
Así que los que tienen ganas de escribir canciones, poemas, adelante, dice el Espíritu. No se dejen oprimir por el enemigo, ni aun por sus hermanos. No se dejen frenar por sus hermanos. Obedezcan al Espíritu Santo.
Dios mío, te doy muchas gracias, Señor, por todo lo que has hecho en esta noche. Te bendigo, tu nombre, y te alabo, Señor. Gracias por todo lo que vas a hacer referido a la alabanza en tu pueblo, Señor, a la adoración, por todas las cosas nuevas que vas a traer, por las nuevas formas de alabarte, por lo que está pasando, por la importancia de la alabanza.
Te pido, Dios mío, que así como inspiras a los que cantan a tu nombre con canciones que vienen del cielo, que lo mismo inspires a los que danzan a tu nombre con danzas espirituales que sean una bendición para tu pueblo. Te pido que todas las danzas, las canciones, los poemas y toda expresión de alabanza que tengas preparado en el cielo para realizar bajen en este momento, mientras oramos juntos en el nombre de Jesús.