Amada iglesia del Señor Jesucristo, soy Noelia, en mi canal «Noelia Ama a Jesús» y hoy vengo a entregarles un mensaje profético que vengo recibiendo durante estos días, desde el 31 de octubre del 2019, con motivo de las elecciones pasadas en Argentina. Para entender mejor este mensaje, les recomiendo escuchar el mensaje profético recibido anterior a este, que está en mi canal y que se llama «Dios llama a interceder urgentemente por Argentina», publicado el 6 de octubre del 2019. Los dejo con el mensaje, esperando que los lleven delante del Señor en oración y tal vez en ayuno, para encontrar su confirmación y su guía. Los bendigo en el nombre de Jesús. Amén.
Arrepentimiento. Yo soy Cristo Jesús, yo soy el Redentor, soy el Salvador. Yo soy el que llama al arrepentimiento y también el que perdona. Yo soy el que coloca reyes y también el que los destrona. Hijita, yo he puesto mis palabras en tu boca para que las hables a las naciones. He sido yo el que te ha mostrado lo que ha de venir. Cuando yo levante a la Argentina, va a ser una reina entre las naciones, va a ser una Argentina de oro. Pero antes de eso, viene tribulación, angustia a los argentinos, falta de pan, incertidumbre, pobreza, desesperación. Yo voy a atribular a los argentinos que no quisieron escuchar mi voz cuando yo los llamé al arrepentimiento. Yo hablé a la Argentina, les mostré a los argentinos lo que quería hacer, mi voluntad buena y agradable, mis pensamientos de bienestar para mi Argentina amada. Pero también les di la opción de elegir, y los llamé a clamar, más no me escucharon, no entendieron mi voz. Mandé varias trompetas para llamarlos a interceder para la Argentina, pero taparon sus oídos, fueron rebeldes a mi voz. Yo quería hacerles bien, pero no me supieron escuchar, no me supieron entender, no me quisieron escuchar cuando los llamé a clamar en el altar. Las oraciones no fueron suficientes, dice el Señor. Las oraciones fueron débiles, solo un pequeño ejército escuchó mi voz, sólo unos pocos hombres atendieron mi llamado y levantaron clamor. Los argentinos son confiados, se apagaron, se quedaron dormidos. «Líbranos», decían, pero no lloraban, no clamaban, no se postraban. Lo decían superficialmente, habiendo yo mostrado cuál era mi voluntad para esta nación. No vieron necesario tener que orar, tener que ayunar y ahora los entregué en manos de la serpiente, para que los envuelva, para que los apriete como una boa cuando ahoga su presa. Ahora van a ver lo que hago en Argentina, dice el Señor.
Mi mano la va a quebrar, está completamente dividida; es un país dividido y un reino dividido contra sí mismo no puede permanecer. Yo quería sanarla y no encontré quien levante vallado. Yo quería sanar a la Argentina, pero los hombres eligieron otro camino. Los mismos argentinos colocaron a la serpiente en el mando, así como cuando mi pueblo me pidió un rey, el mismo que luego lo llevó a la opresión, así será con los argentinos, el pan que eligieron será el mismo que comerán. Yo soy Dios, yo aún soy el rey soberano que gobierna entre las naciones, ustedes no entienden mis caminos, mis pensamientos no son como los suyos, mi corazón no es igual al de ustedes, yo soy total, yo soy leal, yo escucho al que clama, yo hago justicia al agraviado, yo estoy con los quebrantados, yo soy menesteroso con el que sufre y yo pagaré. Pero ahora viene el mal sobre Argentina, se acerca la tormenta, se acerca el aluvión, y con esas aguas voy a limpiarla, para que se acuerden de mí, para que la iglesia despierte y escuche mi voz, y cuando termine de barrer esta tierra, voy a pasar el aceite de restauración y los graneros van a llenarse de trigo otra vez. Mis tiempos no son sus tiempos, y los que ustedes no entienden, deben preguntármelo a mí, al perfecto Creador. Amén. La palabra de Dios dice en el libro de Ezequiel, capítulo 22, versículo 30: «Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado, y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé».
Primera de Samuel, capítulo 8, del versículo 10 al 18: «Y refirió Samuel todas las palabras de Jehová al pueblo que le había pedido rey. Dijo pues: Así hará el rey que reinará sobre vosotros. Tomará vuestros hijos, y los pondrá en sus carros, y en su gente de a caballo, para que corran delante de su carro. Y nombrará para sí, jefes de miles y jefes de cincuentenas; los pondrá a sí mismo a que aren sus campos, y sieguen sus mieses, y a que hagan sus armas de guerra y los pertrechos de sus carros. Tomará también a vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras, y amasadoras. Asimismo, tomará lo mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas, y de vuestros olivares, y los dará a sus siervos. Diezmará vuestro grano y vuestras viñas para dar a sus oficiales y a sus siervos. Tomará vuestros siervos y vuestras siervas, vuestros mejores jóvenes y vuestros asnos, y con ellos hará sus obras. Diezmará también vuestros rebaños, y seréis sus siervos. Y clamaréis aquel día a causa de vuestro rey que os habréis elegido; más Jehová no os responderá en aquel día». Amén.