El Señor me muestra muchos juicios que vienen a la tierra. Estoy trayendo muchos juicios a la tierra. Los juicios de las naciones de los que habla Mi Palabra son los juicios que estoy trayendo a la tierra, porque estoy cortando con la espada lo que no Me pertenece. Así que agárrense fuerte de los asientos, porque voy a sacudir todas las cosas… Y cuando digo todas las cosas, ¡son TODAS! ¡Voy a sacudir TODOS los cimientos! ¡Voy a sacudir cielo, mar y tierra, y nada va a quedar sin sacudir, porque así lo dice Mi Palabra! Y hay gente dentro de Mi iglesia que no Me cree que lo que dije se va a cumplir, y no están preparados para lo que va a venir. ¡No están preparados para los juicios que vienen, hijos míos! Prepárense como un soldado que se prepara para ir a la guerra, porque así van a ser los tiempos que vienen, porque lo que están pasando ahora no es nada a comparación de lo que va a venir, porque van a ser maltratados, van a ser escupidos, van a ser perseguidos, van a ser castigados. Van a ser mártires por amor a Mi nombre, y pocos están preparados y parados como una columna fuerte en mí.
¿Saben cuántos? Los puedo contar. Los tengo en Mi puño cerrado. Así de pocos son. Son un racimo de uvas en una vid entera. Esos son los Míos, los 300 Gedeones que van a ir a la batalla final. ¿Tomaron conciencia de lo que se viene? dice el Señor, porque me muestra que agarra con la mano al mundo y lo sacude, y se caen todos los frutos del árbol que están podridos. Veo agua, inundaciones, agua que se pone roja, granizo, hasta fuego que cae del cielo, terremotos, huracanes y los volcanes que van a seguir, porque Mi ira se está levantando sobre la tierra. Pero aún no es el fin del mundo, porque el Evangelio no ha sido predicado hasta los confines de la tierra. Muchos leen Mateo 24, pero no Me creen. No lo creen que van a tener que pasar aflicciones. Y el que persevere hasta el fin, ese será salvo. ¡Hasta el fin! Así que utilicen de nuevo ese poder de decidir que tienen y decidan ahora hasta donde quieren seguir. ¿Realmente quieren seguir hasta el fin? Entonces deberán ayunar, entonces deberán padecer hambre, deberán parecer frío, deberán padecer persecución, porque está prometido en Mi Palabra. Pero aún no lo realizaron, que la Palabra es viva y real y que se está cumpliendo, que estamos en los dolores de parto y la mujer está empezando a sufrir, y como la mujer empieza de poco a mucho y de lento a rápido, así van a ser las contracciones de la tierra hasta que nazca un nuevo bebé espiritual.
Y por todo ese proceso de los nueve meses ustedes van a pasar. Si están anclados en mí, van a ser victoriosos. Pero si son tibios, livianos, suaves, el diablo simplemente tiene que soplar y ustedes se caen. Se caen como una hoja que ya estaba suelta del árbol y estaba a punto de caerse, porque se secó. Así va a hacer Satanás cuando yo le permita soplar sobre la tierra y van a caer todas las hojas que están secas, porque no estaban ancladas en mí, porque no se estaban alimentando de Mi savia verdadera. ¿Y saben cuántos adentro de los templos están comiendo pan podrido? ¿Saben cuántos de Mis hijos no tienen agua para tomar? dice el Señor, y habla de agua espiritual. ¿Saben cuántos pastores están poniendo una mordaza a Mis discípulos? Los bebés se van a morir por los juicios que vienen a la tierra, por el pecado de los padres.
Y Yo estoy hablando, dando sueños y visiones y profecías. Y Yo estoy revelando las escrituras más que nunca, porque hay cosas de las escrituras que estaban selladas para este tiempo y ahora se están abriendo esos sellos para que finalmente sea revelado lo que significan las profecías. Y Mis hijos prefieren estar sentados en una banca del templo, cantando y alabando, y se van a sus casas y siguen fumando, y se van a sus casas y siguen fornicando y adulterando, y no solo adulterando con su mujer, adulterando contra Mi Palabra, sin tomar conciencia que Yo tengo la tierra agarrada en Mi mano y que estoy a punto de sacudirla como un sonajero. Así va a sonar, dice el Señor.
Y el Señor otra vez me muestra un gran terremoto mundial que va a venir, que ya me mostró antes. ¡Voy a rajar la tierra! ¡La voy a rajar! porque así tiene que ser para que se despierte el que estaba dormido, para que finalmente la iglesia abra sus ojos y despierten de este adormecimiento espiritual donde ellos mismos quisieron entrar, porque el diablo solamente hace su trabajo de llevarse las almas al infierno, pero cada uno tiene el poder de decidir a dónde quiere ir. Y muchos no quieren seguirme porque no quieren cargar su cruz, porque dicen que no tienen que sufrir. Qué tristeza la mía de ver cuántos miles y miles van a caer de estos cristianos que están ahí sentados, dice el Señor, y utiliza la palabra cristianos porque así se hacen llamar ellos, cuando Yo dije claramente que los voy a vomitar de Mi boca, porque Mi boca no puede resistir nada impuro. Nada que no esté absolutamente puro y perfecto puedo comer. Alguien que tenga una manchita en sus vestiduras no lo puedo permitir. Mi Espíritu lo rechaza. Por eso la persona que está contaminada no puede entrar en mí, no puede habitar en mí, porque Mi Espíritu no soporta nada que está manchado.
Limpien sus vestiduras y agárrense fuerte, porque voy a sacudir todas las cosas, aún las cosas que pensaban que no iba a sacudir, eso voy a sacudir, dice el Señor Jesús. Entiéndanlo. Entiéndalo que van a pasar por la prueba de fuego, que van a entrar en el horno de fuego, así como entraron los tres hebreos al horno de fuego de Nabucodonosor. Así voy a probar Mi iglesia, y la voy a refinar como se refina la plata y esto que estoy diciendo quiero que vayan y lo repartan, ¡QUE LA IGLESIA VA A PASAR POR TRIBULACIÓN!, que la iglesia va a ser probada, siete veces refinada, como se refina la plata. Y ahí realmente va a saltar quienes son los 300 Gedeones. Ahí realmente voy a ver quiénes son los que sueltan el equipaje, quiénes largan todo para ir en el camino livianos, sin ningún peso extra, sin nada que los ate, libres, absolutamente libres de cualquier compromiso, únicamente comprometidos por mí, casados conmigo en espíritu y en verdad.
Hijos Míos, lo que estoy hablando es real. [aplauso fuerte] ¡Despierten! porque así como aplaudo, así voy a hacer en frente de la cara de muchos que se dicen ser Míos, pero están dormidos. ¡Así les voy a hacer! [aplauso fuerte] en frente de la cara. Y van a decir: «¿Qué estuve haciendo? ¿Qué estuve haciendo? ¡Tengo que prepararme! ¡Tengo que prepararme! ¡Viene la tribulación! ¿Qué está pasando en el mundo? ¡Era cierto! ¡Era cierto!» Y para muchos ya va a ser tarde, porque no supieron ayunar, no supieron resistir el dolor, no supieron sufrir los maltratos, no supieron resistir la persecución, no supieron pasar hambre, no supieron pasar frío. No, no, no, querían todo cómodo, querían la comodidad, querían la comodidad de esta vida, los placeres de este mundo, el calorcito de la casa, la ropa abrigada y tal vez lujosa, querían que la comida esté perfecta, no se conformaban con un pedazo de pan.
Lo crean o no, así va a ser, y así está siendo. De hecho, si ustedes abren sus ojos de verdad y empiezan a mirar a su alrededor, a todo lo que estoy haciendo en el mundo, que estoy tocando nación por nación, que voy nación por nación, se van a dar cuenta de que Mi mano ya se está moviendo y agitando las aguas. Lamentablemente, lo crean o no, el tren los va a pasar por arriba, el tren sigue igual, dice el Señor.
Y el Señor nos insta a que estudiemos todo lo que tiene que ver con la tribulación en la Palabra. Escucho la palabra tribulación, sólo escucho la palabra tribulación. Estudien en Mi Palabra, estudien todas las veces que esa palabra aparece en la Biblia y fíjense que dije de Mi iglesia y la tribulación. No se engañen a ustedes mismos y pregúnteme a mí directamente: ¿Qué es lo que estoy por hacer? ¿Cuándo lo voy a hacer? ¿Y hasta cuándo lo voy a hacer? ¿Y hasta dónde los voy a llevar a los míos? ¿Hasta dónde los voy a llevar? Porque verdaderamente los voy a probar, uno por uno, uno por uno, van a ser probados, para ver qué camino toman. ¿Saben por qué? Porque todo se tiene que manifestar, todas las caras se tienen que mostrar, todas las caretas se van a caer. Por eso voy a sacudir todas las cosas, por eso voy a sacudir cada hombre, para que realmente muestre quién es él, de qué lado está.
Ya no van a haber más tibios, todo se va a ir manifestando. Lo blanco se va a emblanquecer más y lo oscuro se va a ennegrecer más. Y así se van a manifestar los dos reinos en la tierra y va a ser una batalla campal, nunca antes vista en la historia de la tierra. Ahora les pregunto: ¿Están ustedes preparados para lo que ha de venir? ¿Han orado lo suficiente? ¿Han fortalecido su espíritu a través de los ayunos? me insiste el Señor. ¡Ciertamente no! responde Jesús. Ciertamente no.
Así que esta es una exhortación para que se despierten en Ní, para que estudien y abran los ojos a Mi Palabra y miren lo que estoy haciendo y lo que voy a hacer y observen a su alrededor, dice el Señor, porque muchos de nosotros tendemos a centrarnos en la congregación y nada más, no miramos al mundo, no miramos lo que pasa al mundo, no miramos lo que acontece afuera, si las profecías se cumplen o no. Y el Señor nos exhorta ahora a que salgamos de esa cajita de cristal y empecemos a salir a la calle y ver lo que pasa afuera y hacer activos con la sociedad. Y el Señor sonríe y vuelve a repetir que a pesar de todo esto y de toda esta palabra y de todo lo que Él dice, que igualmente debemos permanecer gozosos, alegres y alabándole, adorándolo. Yo hoy puse Mi Palabra como fuego consumidor en cada corazón que la escuchó, y ahora se van a ir a sus casas y ese carboncito, que es un pedazo de Mi carbón que tengo en Mi pecho, tan sólo un pedacito de Mi palabra que he colocado adentro de cada uno de ustedes hoy, les va a quemar el espíritu y no se van a poder olvidar del día de hoy, porque Mi Palabra no vuelve vacía y hace lo que Yo quiero y hoy he depositado Mi logos adentro de ustedes. Amén.