Traducciónes: inglés
En estos días, el Señor me ha estado haciendo sentir que quiere entregar un mensaje a su pueblo acerca de los eventos que están por ocurrir, y ahora siento al Espíritu Santo comenzando a trabajar y trayendo palabra de profecía de parte de Dios.
Veo un enorme ejército de ángeles montados en caballos, formados en fila y listos para bajar a la tierra. Es un ejército celestial que el Señor ha preparado para el tiempo que viene. El Señor da una copa a cada uno, y ellos bajan a la tierra, uno por uno: primero el número uno, luego el dos, después el tres, y así sucesivamente.
Veo el mapa de la tierra desplegándose ante mis ojos y esas copas derramándose en diferentes partes del mundo.
Voy a derramar mis copas sobre la tierra, dice el Señor.
Noelia: A la orden del Señor, cada una de esas copas empieza a derramarse en el año, mes y día para los que estaba preparada.
Sigo viendo cómo los caballos bajan a la tierra, uno a uno, y los ángeles derraman sus copas sobre distintos lugares. Veo a un ángel derramando de su copa sobre un lago, y todo lo que hay en él empieza a pudrirse. Luego, el ángel va a otro lugar y sigue derramando de su copa sobre las aguas de allí, y esas aguas se contaminan.
¿Saben por qué? Por el pecado del hombre, que aumenta cada día sobre la tierra, dice el Señor. De la misma manera, Yo mando mi ángel en un caballo, con una copa, para que derrame contaminación sobre las aguas.
Noelia: Al terminar su obra, el ángel vuelve al trono de Dios y dice: «Señor Padre, ya hice mi trabajo. Ya está completado», y deja la copa vacía en el cielo. Después, el segundo ángel de la fila baja a la tierra y derrama de su copa sobre los campos y los árboles, y el Señor dice que fuego será derramado sobre la vegetación. Este ángel también derrama fuego sobre algunas comunidades pobladas.
¿Saben por qué?, pregunta el Señor. Por el pecado del hombre es que estoy derramando estos juicios sobre la tierra. Pero sepan que mi corazón se adolece. Mi corazón no está contento por estas cosas, pero Yo peso en la balanza y no dejo pasar la injusticia. Por eso voy a mandar estos ángeles de mi ejército celestial para que cada uno derrame su copa.
Noelia: Veo que cuando el segundo ángel derrama su copa, el fuego llega a estos lugares.
Arde, arde, arde el fuego donde el pecado ha sido derramado, dice el Señor. A partir de este año, el fuego va a ser despertado en diferentes partes del mundo. Ustedes lo van a ver y se van a acordar de esta profecía, donde Yo decía que iban a acontecer fuegos forestales y fuegos en algunas ciudades. Ustedes van a ver esto y se van a acordar de esta palabra, que quedará grabada en sus mentes, y me van a alabar cuando se cumpla, porque voy a ser Yo el que habrá hablado.
Noelia: Veo un tercer ángel que va a venir sobre la tierra a partir de este año, trayendo en su copa juicio de espada, y escucho la palabra «armamento».
Yo mismo mando que las naciones se vayan preparando para conflictos bélicos, dice Dios Padre.
Noelia: Veo que la espada empieza a circular sobre la tierra, y el Señor me recuerda el versículo de Mateo 24 que dice que nación se levantará contra nación. Veo al Padre colocando su mano debajo de los cimientos de la tierra y empezando a sacudirla, y esto significa que Él va a sacudir a las naciones para que se levanten unas contra otras.
Veo una espada suelta que se mueve sobre las naciones. El Señor entrega a ciertos líderes de las naciones una espada simbólica.
La hora se va acercando en que nación se levanta contra otra nación, dice el Señor. Ustedes no teman y prepárense para estas cosas que están a punto de acontecer. Ustedes ya vieron cómo mi mano se ha movido en el 2018 y ha hecho maravillas sobre las naciones, y van a ver esto duplicado en el 2019, dice el Padre.
Noelia: Veo una olla al fuego, y la temperatura del agua en esa olla sube cada vez más. Veo la mano de Dios moviéndose sobre las naciones y provocando revueltas, terremotos, inundaciones. Veo cataratas de agua corriendo, socavones en la tierra y lava de los volcanes derramándose sobre la tierra.
Voy a seguir moviendo mi mano sobre la tierra, dice el Señor, y cada vez con mayor velocidad. Voy a mover mi mano más y más para agitar todas las cosas. ¿Saben por qué? Porque voy a provocar que el hombre tome una decisión. Voy a provocar que los corazones que están apagados se enciendan por mí y por mi Hijo amado.
Por lo tanto, tú que estás tibio, caliéntate en mí. Tú que no estabas leyendo mi Palabra, sumérgete en las Escrituras. Come de mi Palabra santa, ahora más que nunca, porque voy a hacer cosas en la tierra que nunca viste.
Voy a traer eventos en lugares impensados. Voy a provocar cosas inusuales. Los científicos quieren saber lo que ha de venir sobre la tierra antes de que acontezca, pero Yo los voy a sorprender, para que vean que es por mi poder y no por su ciencia.
Por eso, tú que todavía no tomaste una decisión, que estás en el medio entre la luz y la oscuridad, dice el Señor, ponte a cuentas conmigo, porque Yo te estoy dando otra oportunidad. Te estoy avisando de todas estas cosas antes de que sucedan, para que estés preparado y creas cuando pasen.
Las copas que voy a derramar sobre la tierra serán cada vez más grandes, y antes de que Yo derrame cada una de ellas voy a hablarle a mis profetas. Voy a advertirles a través de mis vasos que estas cosas están a punto de acontecer, porque Yo aún uso bocas que proclaman mis cosas, que abren la garganta y la boca gritando a los cuatro vientos sin miedo. Aquel que se entrega a mí, Yo lo tomo para mí y lo utilizo para glorificarme en él.
Noelia: El Señor me muestra que Él va a levantar a más gente para esta obra. Veo personas durmiendo en el espíritu y el Señor los despierta. Esos son hombres y mujeres que van a profetizar para Dios, nuevos vasos que el Señor va a levantar.
Son vasos poderosos, dice el Señor, vasos no dudosos, vasos entregados que van a renunciar a sus vidas por mí, para que Yo los utilice, para que Yo me glorifique a través de sus bocas. Cuando saquen la lengua, fuego va a salir y va a consumir al pecador. Cuando profeticen, agua va a correr de su boca como un río que limpie a la persona que reciba la profecía.
¿Confían en mí? ¿Cuántos de ustedes confían en mí y creen lo que estoy diciendo? ¿Creen ustedes que voy a levantar estos nuevos vasos? ¿Lo creen? Porque detesto la incredulidad, dice el Padre.
Yo los voy a levantar, y ustedes van a ver una legión de profetas, una compañía nueva que se levanta sin miedo, una compañía de los últimos días. Traigo un ejército de bocas cantantes que van a proclamar mis cosas, unos de una manera y otros de otra, dice el Señor, y ustedes van a ver unciones que no se veían. Ustedes van a ver mantos que serán colocados sobre las espaldas de mis siervos y siervas, y ellos van a hacer la obra de una forma inusual, porque Yo utilizo mi creatividad para sorprender al hombre.
Noelia: Veo que estas personas van a hacer milagros. Van a colocar las manos sobre personas y ellas van a sentir el poder de Dios. Escucho las palabras «milagros», «sanidades» y «restauración».
Mientras derramo mi juicio sobre la tierra, dice el Señor, mi iglesia me va a conocer. Mi iglesia va a conocer que Yo soy un Dios de poder y que Yo avivo mi obra en medio de los tiempos.
[Habacuc 3:2] Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer; en la ira acuérdate de la misericordia.
Yo voy a traer un avivamiento nunca antes visto, dice el Señor, y de la misma manera en que los juicios se van a levantar y la temperatura va a subir cada vez más, así también mi iglesia se va a levantar. El avivamiento que traigo va a ser correspondiente a los juicios.
Cuanto mayores y más frecuentes sean mis juicios, dice el Señor, tanto mayores serán mis avivamientos en la iglesia y las unciones que derramo sobre mi pueblo, y tanto más poderosos serán mis siervos. Tendrán menos miedo y más entrega, y estarán más apartados del mundo.
Así como Moisés dividió las aguas, así también Yo voy a hacer dos tipos de obras en este tiempo que viene, dice el Señor.
Por un lado, las aguas de la derecha serán aguas de justicia, aguas de movimiento del Espíritu Santo, aguas de avivamiento, aguas de conversión, aguas de unción, aguas de derramamiento del aceite del Espíritu Santo sobre los siervos que me buscan, aguas de renuncia al mundo y entrega hacia mí, aguas de palabras de poder, aguas de nuevas formas de sanidades, dice el Señor.
Dones de sanidades van a ser desparramados sobre los míos, y estos dones van a operar con mayor rapidez. Cuando mis nuevos siervos toquen a alguien, la sanidad va a ser más rápida y con mayor unción. Doble unción va a ser desparramada sobre mis sanadores, dice el Señor.
Porque, ¿qué creen, que solamente traigo juicios a la tierra? No, dice el Señor. Mientras mi justicia cae sobre la tierra con más fuerza que nunca, mi mano derecha también se va a mover, desparramando más poder sobre mi iglesia, y los que estaban dormidos van a despertar. A los que estaban sentados, ocupando un banco aburrido los domingos en los templos, sin conocerme de verdad, los voy a despertar.
Muchos ojos van a ser abiertos. Ojos que estaban ciegos van a ser sanados en el espíritu. Párpados que estaban cerrados, los voy a abrir. Yo lo voy a hacer, y lo voy a hacer de la manera que ustedes menos pensaban, para glorificar mi nombre. Mi nombre va a ser glorificado en esta época.
Por otro lado, las aguas de la izquierda representan todo lo malo que va a suceder, dice el Señor. Mi ejército de ángeles está listo en el cielo, y los caballos están a punto de bajar, uno a uno.
Las aguas de la izquierda son mis juicios: volcanes que estoy despertando, inundaciones, fuego en las cosechas, fuego en las ciudades, granizo inusual que caerá sobre la tierra, agua escandalosa que hará ruido, lluvia que desarma techos, lluvia que inunda, lluvia que trae hambruna.
Ya te advertí en mi Palabra que iba a ser como una mujer en dolores de parto. Las contracciones se vuelven cada vez más intensas y seguidas. La espada que se mueve suavemente se va a mover más rápido. Estoy haciendo todo así porque la tierra gime, esperando la manifestación de los hijos de Dios.
Ustedes van a ver cómo mi mano se va moviendo. Acuérdense de lo que estoy diciendo. Voy a apretar diferentes puntos rojos alrededor de la tierra.
Noelia: El Señor me muestra botones, y cada vez que Él aprieta uno, sucede algo que despierta al hombre.
Tengo que sacudirlos, dice el Señor, porque no entienden que se acerca la hora en que mi Hijo Jesucristo va a arrebatar a los suyos. Todo ya está preparado, hijos míos. La mesa está servida y las lumbreras encendidas para iluminar las bodas del Cordero.
¿Están preparados? ¿Cuántos se han preparado en mí? Les he estado hablando y tocando, aun cuando pensaban que Yo no estaba ahí, dice el Señor Jesucristo.
Noelia: Veo al Señor al lado de cada uno de ustedes, hablándoles, consolándolos, acariciándolos, tocándoles el hombro y diciéndoles: «Hijo mío, hija mía, aquí estoy. Aquí estoy. Tómate de mi mano.» Veo a muchos que han estado quebrantados, afligidos, llorando, pasando por momentos terribles de soledad, enfermedad y aflicción, y el Señor ha estado ahí, parado a su lado.
Yo estaba ahí cuando pensabas que estabas solo, dice Jesús, consolándote y tocando tu hombro, pero no me reconociste y no entendiste que estuve contigo todo ese tiempo. ¿Por qué no confiaste en mí, si Yo estaba extendiendo mi mano en frente tuyo para que te tomes y camines tomado de mi mano?
Yo te estaba diciendo: «Resiste, resiste, que ya termina la prueba. Resiste, que Yo te voy a sacar victorioso.» Pero algunos tiraron la toalla y abandonaron, porque no entendieron que Yo nunca los abandono. Mientras permanezcan en la vid, Yo nunca los abandono, dice el Señor.
El hombre no me es fiel, pero Yo no soy hombre. Yo soy fiel y estuve ahí. ¿Cuánto más voy a estar ahora, cuando todas estas cosas que ya están aconteciendo van a seguir aumentando? Voy a derramar mi ira sobre la tierra, pero mientras tanto los míos se van a despertar.
Noelia: El Señor sigue mostrándome esa fila de ángeles. Uno a uno, los ángeles bajan a la tierra y derraman sus copas. Veo un ángel que derrama su copa sobre los volcanes. Lo veo acercándose a la entrada de un volcán y derramando su copa adentro, y el volcán comienza a largar lava con mucha fuerza.
Aún no he terminado con los volcanes, dice el Señor.
Indonesia
Noelia: Escucho la palabra «Indonesia» y veo que toda esa zona está en rojo en el mapa.
Muchos de ustedes estuvieron preguntando por qué acontecieron tantas cosas en Indonesia, cosas que Yo avisé a través de esta mi sierva. ¿Saben por qué? Porque estoy realizando una limpieza espiritual sobre esa área. Hay un ángel que está pasando una escoba sobre Indonesia ahora, y todas las cosas que acontecieron en 2018 fueron para sacudir a las personas, dice el Señor.
Noelia: Escucho estas palabras acerca de Indonesia: idolatría, perversión, frialdad, sexualidad inicua, trabajo infantil, tráfico, negocios inicuos. Y veo tráfico por los mares, negocios sucios e intercambio de mercaderías prohibidas.
¿Ustedes creen que Yo soy injusto? ¿Ustedes creen que no sé lo que hago? Yo sé muy bien por qué estoy moviendo mi mano sobre esta área y por qué la estoy limpiando, y así mismo limpiaré todas las cosas.
Noelia: Veo un cartel rojo con la palabra «stop» sobre el mapa en Indonesia.
Cuando el pecado se levanta hasta donde Yo permito que se levante, Yo le pongo un stop al ser humano.
Noelia: Veo un río de agua que comienza a fluir sobre Indonesia.
Después de que uno de mis juicios ha sido derramado sobre la tierra, dice el Señor, Yo paso un arroyo de aguas cristalinas que limpia toda la zona en el espíritu, porque después de que mis juicios son derramados sobre la tierra, el hombre se arrepiente y viene a mí con corazón humillado, sabiendo que de la tierra vino y a la tierra va a volver.
Italia
Noelia: Escucho la palabra «Italia», y veo el feminismo levantarse en Italia. Escucho la palabra «prostitución», y veo mucha prostitución en Italia, declarada o escondida.
Voy a traer juicios sobre las mujeres de Italia, dice el Señor.
Noelia: Escucho el nombre «Jezabel» y veo a la reina Jezabel. Veo que el espíritu de Jezabel está trabajando fuertemente en Italia, levantándose contra la autoridad del hombre italiano. Muchas mujeres en Italia atan a los hombres con una soga en el espíritu y los llevan como uno lleva un asno de carga.
Esto está sucediendo porque el espíritu de Jezabel está entrando en muchas mujeres en este país para tomar dominio sobre el hombre, para esclavizar al hombre, dice el Señor, pero mis ojos están viendo todas estas cosas.
Noelia: Ahora veo a Mikal, la esposa de David que se reía cuando él danzaba.
El mismo espíritu que estaba en la esposa de David está trabajando en Italia para ridiculizar a mis siervos que me alaban, dice el Señor. En Italia hay muchas mujeres que se ríen de mis adoradores que tocan música en las calles.
Yo quiero que mis adoradores se levanten, dice el Señor. Quiero que aquellos que me alaban con música y danza se levanten más que nunca. Por eso el diablo está derramando el espíritu de Mikal sobre estas mujeres, para avergonzar a mis adoradores.
Sepan que a cada obra que Yo hago, el diablo también tiene un plan, dice el Señor, el cual Yo permito para probar a los míos. El espíritu de Mikal está siendo derramado de parte de Satanás para que entre en las mujeres burladoras de mis siervos.
Noelia: Veo lo que Mikal sentía cuando él danzaba con pasión para el Señor. El Señor me muestra ahora que ella quería apagarlo en el espíritu. Quería poner una sombra sobre él para opacarlo y que nadie vea cómo alababa al Señor abiertamente.
David danzaba sin prejuicios ante mí, y eso está escaseando en estos tiempos, dice el Señor.
Noelia: También veo plantaciones de tabaco en Italia.
Les voy a prender fuego, dice el Señor. Voy a poner mi mano sobre las plantaciones de tabaco en Italia, y Italia se va a acordar de mí. Y después de esto voy a derramar agua para limpiar, porque todo tiene un trasfondo espiritual.
Argentina
Noelia: Escucho la palabra «Argentina», y el Señor me muestra que hay muchas personas de Argentina que miran mis profecías porque soy argentina. El Señor me muestra que mi corazón y los de los argentinos que miran mis profecías están encendidos en fuego por este país. Hay muchos que están orando por Argentina. Muchos corazones ardientes de la iglesia en Argentina están clamando por esta nación.
Yo también estoy derramando mis corrientes de agua cristalina sobre este país, por todo el territorio argentino, dice el Señor, y voy a limpiar los altares en Argentina. Voy a llamar a los falsos pastores, a los lobos disfrazados de ovejas, al arrepentimiento, y sobre aquellos que no quieran arrepentirse por quitarle el dinero a mis ovejas y por llevarlas ciegas a los barrancos voy a derramar mis juicios.
Noelia: Veo que la copa de uno de esos ángeles de la fila se derrama en Argentina sobre los altares de los falsos predicadores que predican prosperidad y que hacen falsos milagros.
Voy a derramar mi copa sobre ellos si no se arrepienten, dice el Señor.
Noelia: Veo la mano del Señor pasar sobre Argentina, desde Tierra del Fuego hasta Jujuy. Dios Padre mismo pasa su mano sobre el territorio argentino completo, y nuevas luces se encienden.
Estoy levantando servidores verdaderos en Argentina, personas que me amen de verdad y que no se comprometan con el hombre.
Noelia: Veo que, a medida que el Señor pasa su mano, el fuego también se levanta en Argentina, quemando los altares de los falsos predicadores y destruyendo iglesias falsas.
Iglesias van a caer, dice el Señor. A partir de ahora, mientras paso mi mano sobre el territorio argentino, muchos se van a preguntar: «¿Qué pasa? ¿Qué pasa que estos templos ya no están?» Algunos templos que parecían tan firmes van a empezar a caer. Muchos de ustedes van a ver que esto acontece y se van a acordar de esta palabra profética que Yo doy hoy.
¿Y saben qué más voy a hacer en Argentina? Voy a derrocar doctrinas falsas. Voy a llamar a Jezabeles a que se arrepientan, dice el Señor, hablando de mujeres dentro de la iglesia en Argentina que se creen profetisas, que dicen ser pastoras, que hablan en mi nombre y están llevando a la mujer al feminismo aún adentro de la iglesia, que toman anticonceptivos y en su corazón están a favor del aborto.
Creen que Yo no las veo, dice el Señor, pero mis ojos están en todos lados y los ángeles están al lado de estas falsas predicadoras vestidas de diva, con tacos altos, mostrando los senos y provocando a mis siervos a caer en adulterio. Yo traigo mi juicio sobre ellas.
Noelia: Veo uno de esos ángeles de la fila derramando su copa sobre estas mujeres que tienen el espíritu de Jezabel.
¿Saben cuál es el plan del diablo? El diablo está colocando espíritus de Jezabel sobre aquellas mujeres que buscan glorificarse a sí mismas, dice el Señor, levantando un ejército de Jezabeles dentro de la iglesia para ensuciar a los míos, para que este movimiento feminista que se está levantando en el mundo también se levante adentro de mi propia iglesia.
¿Y saben por qué Yo abro las puertas para que esto acontezca? Porque sus corazones no están rectos delante de mí, dice el Señor. Prostitutas escondidas que provocan a los míos con escotes profundos, con las curvas marcadas bajo la ropa ajustada, con labios rojos, cabellos teñidos de rubio, extensiones falsas, uñas postizas, rostros desfigurados de tanto maquillaje; se paran en los altares desfachatadamente, mostrando sus rostros y diciendo que hablan de parte mía.
¡Las voy a bajar! Voy a derramar mi copa sobre estas falsas pastoras, dice el Señor, sobre estas predicadoras del evangelio de la prosperidad y del libertinaje feminista. Mis ojos están sobre ellas.
Ustedes, hijas mías, no se dejen engañar, dice el Señor. ¿Cómo no leen en mi Palabra cuando dice que Yo busco un espíritu afable y apacible dentro de ustedes? ¿Cómo no leen que Yo quiero castidad? ¿Por qué aún buscan figurar?
¿Aun ustedes buscan levantarse sobre sus esposos? ¿Cómo puede ser que no entiendan que Yo quiero un espíritu humillado y obediente, un espíritu que se coloque bajo la autoridad del marido, bajo la autoridad del pastor, bajo la autoridad del maestro, bajo la autoridad del hombre en general?
Noelia: El Señor les habla principalmente a las mujeres de Argentina, pero también a las mujeres de todo el mundo.
Tengan cuidado, porque el Señor me muestra que algunas de ustedes tienen deseos escondidos de vanagloria en su corazón.
Quieren subirse a los altares, dice el Señor, quieren figurar, sin entender que el llamado no se busca. El llamado lo doy Yo, y Yo levanto a quien quiero levantar.
Tengan cuidado, dice el Señor, porque el orgullo se está levantando en ustedes. El leviatán se mueve sobre las aguas de su conciencia. El dragón orgulloso se levanta sobre sus columnas para que ustedes se levanten de la mano de Leviatán y de Jezabel, unidos para su ruina y para la ruina de mis siervos y siervas dentro de la iglesia.
La mujer calle en la congregación, dice el Señor. Entiendan el orden.
Noelia: Veo mujeres profetizando dentro de la iglesia.
Hablen, hijas mías, hablen, dice el Señor. También compartan mi evangelio. Evangelicen, sirvan, ministren, sanen enfermos, oren, intercedan. Yo estoy levantando un ejército de mujeres poderosas, pero todo háganlo bajo el orden de mis siervos, dice el Señor. Todo sea hecho bajo la guía de mi Espíritu Santo.
Y los hombres, dice el Señor, amen a sus mujeres. Traten a mis hijas con suavidad, como a vasos frágiles. No crean que porque doy esta palabra sobre las mujeres, ustedes están libres de condenación si las maltratan, porque mis ángeles están mirando lo que hacen, observando cuál es el trato de ustedes hacia mis hijas amadas, hacia mis flores delicadas.
Noelia: El Señor me sigue mostrando que pasa su mano sobre Argentina, de sur a norte, y muchas cosas empiezan a moverse y van a seguir moviéndose.
Muchas cosas van a ser erradicadas, dice el Señor. Muchas cosas van a cambiar. El fuego va a quemar lo que no me agrada. Pero al mismo tiempo el agua va a limpiar, preparando el camino para la nueva obra que estoy haciendo.
Noelia: Veo cómo esos ángeles de la fila siguen bajando a la tierra en sus caballos, derramando uno a uno los juicios del Señor. Escucho la palabra «terremotos» y el Señor me sigue mostrando el número 7.9.
México
México, te voy a mover varias veces, dice el Señor. No quieres entender sobre la idolatría. No quieres entender sobre la brujería. No quieres entender que tu territorio está infectado de veneno por la brujería. Tu tierra está maldita por la sangre que derramaron los mayas.
Pueblo mexicano mío, levanten sus oraciones a mí para que Yo limpie el territorio infestado y maldito por tanta brujería, dice el Señor.
Noelia: Veo espíritu de muerte.
¿Por qué te empeñas en adorar a la muerte en vez de adorarme a mí, al autor de la vida? México, dice el Señor, ¿por qué tengo ahora que posar mi mano sobre tus tierras para moverte, para sacudirte, para sacudir tu rebelión?
Noelia: Al mismo tiempo, veo una luz de profecía levantándose en México.
Estoy levantando una luz en los jóvenes de México, dice el Señor, que van a profetizar porque me aman y que se van a alejar de estas cosas. Estoy levantando jóvenes de México en profecía. ¿Saben por qué? Para humillar a los ancianos, que se han olvidado del primer amor. Estoy levantando una generación de jóvenes adoradores en espíritu y en verdad.
Noelia: Veo un volcán en México que empieza a largar cenizas. Es un volcán que se va a despertar.
Este volcán es uno de los botones rojos que tengo preparados para ser presionados. Este volcán está en México y lo voy a despertar. México, aún te queda mucho por sufrir.
Noelia: Veo muchos rituales que se hacen en México: brujos que bailan alrededor de fuegos y ese tipo de cosas. Demonios cada vez más poderosos están trabajando en México porque las brujerías son cada vez más fuertes y los brujos y brujas son cada vez más dedicados en ese país. Veo sacrificios de niños y puñales siendo clavados en bebés en esos rituales.
El poder de Satanás está siendo desparramado con más fuerza en ese país por causa de cuántos lo sirven, dice el Señor. ¿Saben por qué? Porque el diablo les está dando más conocimiento para hacer sus sacrificios con más precisión, y porque la sangre está desparramada cada vez en mayor cantidad en estos sacrificios.
Noelia: Veo sangre de animales y de humanos, incluso de bebés. El diablo les dice más específicamente a los que le sirven cómo tienen que hacer los sacrificios: en cuánta cantidad, cómo y dónde debe ser derramada la sangre, y más. El diablo les está dando conocimiento a los suyos.
Veo el espíritu de brujería levantándose sobre México y rondando sobre un volcán. El espíritu de brujería se está moviendo en México, agitando los aires donde está este volcán. El derramamiento de sangre en la tierra de México va a hacer que la temperatura del volcán se levante.
Oren, hijos míos mexicanos. Yo tengo mi pueblo en México. Yo amo a los mexicanos. Levanten sus oraciones fervientemente, porque el diablo no descansa en este tiempo, sino que está preparando a sus hijos para que sean cada vez más poderosos bajo los efectos de la brujería.
Noelia: El Señor me muestra que al mismo tiempo que estas cosas pasan, Él enciende muchas lucecitas en México, que representan intercesores.
Oren por los profetas de México, dice el Señor. Oren por ellos, porque el enemigo va tras ellos para que no hablen mi palabra santa. La brujería y la maldición son demasiadas en México. Hay tinieblas que se levantan en México por causa de tantos sacrificios, y el diablo va a querer envolver a mis profetas mexicanos.
Así que levántense, intercesores en México, porque cuando ustedes oran por los profetas, esto provoca que un escudo espiritual se levante alrededor del profeta y lo protege de los ataques de las brujas y de los brujos.
Suiza
Noelia: Escucho la palabra «Suiza» ahora, y veo mucho flujo de dinero, como ríos de dinero que circulan en ese país. Veo al diablo bloqueando algunos de ellos, y los caudales de dinero empiezan a fluir hacia otros lados, repartiéndose en diferentes partes del mundo. Varios países se ven afectados y bancos empiezan a temblar alrededor del mundo. Y escucho: «Problema mundial».
Veo que el Señor utiliza su balanza para pesar los negocios que se realizan alrededor del mundo y los movimientos de dinero.
Veo una balanza que se inclina a un lado, y este lado está lleno de billetes de dinero. De repente el Señor hace desequilibrar la balanza y todos estos billetes salen volando. Esto significa que Él va a sacudir el dinero que está estacionado y lo va a mover alrededor del mundo.
Veo a uno de los ángeles de la fila en el cielo que baja a la tierra y derrama su copa sobre los bancos.
Veo un billete de dólares al que le brotan alas y empieza a volar alrededor del mundo. Y cuando este billete se posa sobre un país, la economía de ese país empieza a temblar. Esto significa que varios países van a tener problemas relacionados con el dólar.
Catástrofes
El Señor cambia la visión y escucho la palabra «catástrofes».
Diferentes tipos de catástrofes traigo sobre la tierra, dice el Señor, no solamente las que he nombrado hoy. Catástrofes de distintos tipos van a venir sobre la tierra, y habrá que rescatar a personas.
Cada uno de estos ángeles tiene una copa preparada y está a punto de bajar a la tierra en su caballo para derramar estos juicios, porque Yo estoy pesando todo en mi balanza, dice el Señor.
Noelia: El Señor me muestra que va a mover el mar de un lado al otro, levantándolo sobre las costas. Veo inundaciones causadas por lluvias, lluvias de granizo, fuertes granizadas que van a traer destrucción sobre cosechas, autos, casas y personas.
Estoy retorciendo el clima de la tierra, dice el Señor, y esto va a provocar catástrofes. Voy a retorcer el cielo para mandar granizo a la tierra, granizo que movilice al hombre. Voy a torcer mi mano en el cielo para mandar lluvias de inundación. Voy a retorcer mi mano sobre los ríos para provocar desbordes e inundaciones. Voy a mover mi mano sobre las costas para llevar las aguas sobre la tierra, provocando tsunamis e inundaciones. Voy a provocar remolinos en los mares. Voy a sacudir el fondo de los océanos, provocando movimientos de tierra debajo del mar.
Ustedes, hijos míos, pónganse los cinturones, dice el Señor, como alguien que está a punto de emprender un viaje en un avión. Abróchense los cinturones y agárrense del borde del asiento, porque voy a provocar turbulencias en la tierra. Pero ustedes, mientras estén afirmados en mí, no teman, aun cuando vean todas estas cosas que derramo sobre la tierra, aun cuando se sientan como que están dentro de un avión que pasa por una turbulencia.
Yo te cuidaré en medio de la prueba, dice el Señor. Yo te cuidaré cuando seas refinado por el fuego. Voy a estar contigo, como estuve con mis siervos en el horno de fuego de Nabucodonosor, cuando mi ángel estaba allí con ellos.
De la misma manera voy a refinar a mi iglesia, dice el Señor. De la misma manera voy a hacerlos pasar por mi prueba, por la prueba de fuego que los va a refinar. Pero de la misma forma, mi ángel va a estar con ustedes cuando pasen por ese fuego purificador.
¿Acaso no saben que, cuando mis siervos salieron del horno de fuego, ya no eran los mismos? Porque el que pasa por esa prueba de fuego y siente mi presencia en medio del fuego del refinamiento jamás vuelve a ser el mismo.
Yo los voy a refinar como se refina la plata, iglesia mía, dice el Señor. Siete veces los voy a pasar por el fuego para refinarlos y dejarlos limpios, resplandecientes y plateados.
Es necesario que estas cosas acontezcan. Crean en mi Palabra. Busquen en mi Palabra dónde hablo de refinamiento y dónde digo que los cuidaré cuando pasen por mi prueba.
[Apocalipsis 3:10] Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.
Pero aun así, hay predicadores que suben al altar y dicen: «Nada de esto va a acontecer a sus hijos», que dicen que sus hijos pueden permanecer tibios.
Noelia: El Señor me muestra que hay falsos predicadores que quieren comprarlos con mentiras, con palabras suaves, de tranquilidad.
Mentirosos, dice el Señor, porque Yo voy a sacudir ciertamente la iglesia, y mis juicios van a empezar por mi casa. ¿O acaso no recuerdan mi Palabra, donde digo que el juicio va a empezar por mi casa? Mentirosos que quieren convencerlos de que pueden dormirse cada noche estando en pecado, cuando Yo demando santidad de mi pueblo.
Así que limpien cualquier mancha que puedan tener y mantengan sus vestiduras blancas, para presentarse ante mí relucientes, dice el Señor, para que cuando llegue la prueba en el lugar donde están, sean protegidos por mis ángeles. Van a pasar por ese vuelo con turbulencias, pero mantengan el cinturón ajustado, para que atraviesen con tranquilidad, aun cuando todo a su alrededor empiece a sacudirse.
Santidad demando de mi iglesia, dice el Señor, pero la serpiente quiere mentirles. La serpiente quiere hacerles creer que aun estando en fornicación pueden permanecer en mí, que aun estando en fornicación mis ángeles los van a cuidar cuando venga un juicio al área donde están.
¡Mentiras! ¡Falsedades! Tienen que mantenerse limpios, dice el Señor. Deben ser como las vírgenes que tenían las lámparas llenas de aceite. Les he dejado muchas advertencias en mi Palabra de que llegará el momento en que mi iglesia será probada y pasada por el fuego del refinamiento, y de cómo tienen que prepararse.
¿Cuántos de ustedes no tienen el Santo Espíritu?, dice el Señor. ¿Cuántos de ustedes jamás sintieron la presencia de mi Espíritu Santo? ¿Cómo puede ser que tantos años hayan ido a un templo sin nunca haber sentido mi presencia? ¿Se lo preguntaron? ¿Cómo puede ser que se dejen apagar de semejante manera?
Esos son los que tienen la lámpara vacía de aceite, y cuando Yo derrame los juicios sobre la tierra uno a uno, esos van a querer salir corriendo a buscar aceite, pero ya va a ser tarde.
Hoy es tu momento, dice el Señor. Ahora ponte a cuentas conmigo. Ahora limpia tus vestiduras. Ahora mismo apártate del pecado.
Y aquellos que ahora están adorando imágenes falsas, quiten todas esas imágenes de sus casas, dice el Señor. Dejen de adorar esas cosas y estos falsos dioses. Despójense de todo esto, pónganse a cuentas conmigo y pídanme que me presente a ustedes y los bautice con el Espíritu Santo, porque ciertamente, aquellos que me siguen van a necesitar de mi Espíritu Santo como nunca antes, y aquellos que no tengan la guía de mi Espíritu Santo no van a poder seguir su guía. No sabrán escuchar cuando mi Espíritu les diga que tienen que mudarse de país o de ciudad porque voy a mandar un juicio a ese lugar.
Tienen que pedirme el Espíritu Santo, dice el Señor. Tienen que ser como perros desesperados que le piden comida a su dueño, que lloran y aúllan porque quieren que su amo les dé de comer. De la misma manera, pídanme que los bautice con mi Santo Espíritu, porque necesitan el fuego de mi Espíritu para ser capaces de atravesar estas pruebas victoriosos.
Entiendan que necesitan mi poder, el poder del bautismo del Espíritu Santo. Entiendan que lo van a necesitar, dice el Señor. Si los hijos del diablo caminan en el poder del diablo, ¿cuánto más aquellos que se llaman mis hijos necesitan el bautismo del Espíritu Santo para que caminen encendidos en el fuego del Espíritu, con mi poder adentro de ustedes?
Recapacita y escucha una y otra vez esta palabra que te he dado hoy, para que entre en tus entrañas y remueva todo lo muerto adentro tuyo, dice el Señor.
Noelia: Veo una piedra preciosa, que significa que el Señor les ha dado hoy un regalo a través de esta palabra profética, para que se preparen, estén al día con Él y entiendan que la iglesia va a pasar por tribulación y pruebas, y que va a ser refinada.
Pero también tienen que entender que esto no se compara con lo que viene después del arrebatamiento. Primero vamos a pasar por tribulación, después viene el arrebatamiento y después, el infierno terrenal.
Yo no estoy hablando de eso, dice el Señor. No estoy hablando de lo que va a acontecer después de que mis hijos sean arrebatados. Estoy hablando de la tribulación anterior, por la que ustedes ciertamente van a pasar, si no es que la muerte los encuentra primero.
La roca encendida
Noelia: El Señor vuelve a mostrarme esta roca encendida en fuego que viene desde el espacio.
Esta roca sigue viajando, hijos míos, dice el Señor. No la he mandado de regreso. Ciertamente sigue su camino hacia la tierra y va a provocar desastres impensables. Es inimaginable lo que trae esta roca del cielo. Solo quedará hambre, destrucción, desolación.
Algunos dentro de la iglesia creen, pero otros no creen en esta roca que viene del cielo, dice el Señor. Algunos de mis hijos no creen que Yo soy capaz de hacer estas cosas.
Noelia: He profetizado antes que viene una roca del cielo y cae sobre el mar de las Antillas, y como confirmación, la veo caer ahora en el mismo lugar. Veo que cuando cae, el agua del océano se levanta de forma descomunal y las olas viajan con una velocidad nunca antes vista en la tierra.
Veo que una ola va a entrar como una pared en Estados Unidos, a una velocidad impresionante, arrasando la costa este, y el Señor me muestra que Él está anunciando esto a través de muchas bocas proféticas.
Hay muchas bocas, de diferentes naciones, que están avisando esto desde hace tiempo, dice el Señor. No es que me tarde en traer este juicio, sino que Yo preparo al hombre para que venga el arrepentimiento antes de que estas cosas acontezcan. Es por mi misericordia que lo hago.
Noelia: Ahora veo un ángel enorme que derrama una vasija gigantesca de aceite sobre la tierra después del juicio de la roca encendida, especialmente sobre las Américas. Es una cantidad impresionante de aceite.
Después de este juicio que traigo, dice el Señor, aceite va a ser derramado sobre el área de destrucción, y esto va a provocar que el hombre se humille ante mí.
Noelia: Esta roca encendida que viene del cielo es uno de los juicios que el Señor tiene preparados para la tierra. Y sigo viendo este aceite siendo derramado por las Américas en una cantidad impresionante.
Después de este juicio del asteroide, dice el Señor, el aceite va a desparramarse sobre las Américas en abundancia y va a trabajar sobre la tierra.
Después de esto, el hombre va a reaccionar de otra manera, y muchos que no creían en esta palabra finalmente van a entender que era Yo el que hablaba. Pero otros, la mayoría de los que no creían en esta palabra, lamentablemente van a quedar flotando cuando el agua llegue a las costas.
Noelia: Veo una innumerable cantidad de cuerpos muertos flotando en el agua cuando lleguen estos tsunamis.
Muchos de ellos van a ser los incrédulos, dice el Señor, los que escucharon las profecías de advertencia y las rechazaron, los que se rieron y blasfemaron contra mi Espíritu al escucharlas. Muchos de estos incrédulos van a ser alcanzados por este juicio que traigo.
El juicio del asteroide va a traer limpieza y sanidad. El hombre finalmente va a entender que Yo soy Dios y va a bajar su mentón. Va a bajar la cabeza y se va a humillar ante mí.
Ahora los míos no entienden que estamos en los últimos días. No reaccionan y no hacen lo que tienen que hacer. Pero después de este juicio, mi iglesia finalmente se va a poner a orar. Los míos finalmente van a tener compasión y misericordia unos con otros, y van a empezar a ayudarse verdaderamente entre sí.
El hombre no entiende que tengo que mandar mis juicios para que reaccione y despierte, y para que después venga el avivamiento porque reaccione.
Mantengan esta palabra viva en sus corazones, dice el Señor. No la guarden en el cajón. Pónganla por obra y prepárense para lo que viene.
Noelia: El Señor insiste en que esta roca ya está viajando en el espacio hacia la tierra. Se mueve a una velocidad exorbitante, y la veo encendida en fuego cuando esté cerca de la Tierra.
El Señor dice que tiene preparado el martillo en su mano para el año, el mes, el día y la hora en que este juicio venga a la tierra; y cuando Él lo golpee, ese juicio finalmente va a caer.
Veo a muchas personas que están preparándose materialmente, almacenando provisiones, y el Señor me muestra tres ejemplos en la Biblia: a José, cuando guardaba alimentos para los siete años de escasez; a Noé, cuando preparaba el arca; y a Lot, cuando salía de Sodoma y Gomorra.
Yo dejé estos ejemplos en mi Palabra para que hoy, cuando digo que viene un asteroide del cielo, mi iglesia se prepare, dice el Señor. ¿Quién es el hombre para cuestionarme si tiene que prepararse o no? Es por mi misericordia. Es por mi justicia.
Noelia: El Señor dice que activemos más nuestra oración, que oremos más, que nos levantemos más a orar de madrugada, que abramos más nuestra boca para orar.
Hijos míos, dice el Señor, abran más su boca, como lo hacía Daniel. Si Daniel oraba tres veces al día, ¿cuánto más tienen que orar mis hijos, que están llenos del Espíritu Santo todo el día? ¿Cuánto más tienen que leer las Escrituras y impregnarse de ellas?
Ustedes hoy tienen que mantenerse llenos todo el tiempo de las Escrituras y del Espíritu, dice el Señor. Coman todo el tiempo de mi Palabra. Manténganse llenos de la Palabra y del Espíritu Santo, encendidos en el fuego de mi Espíritu y llenos de las Escrituras.
Nuevas formas de alabar
Noelia: El Señor dice que está llamando a muchos adoradores y alabadores a que toquen instrumentos.
Mientras los juicios acontecen, dice el Señor, una de las cosas que estoy haciendo y que voy a hacer es levantar mucha gente que me alabe. Estoy tocando a muchos adoradores y les voy a dar don de alabanza. Les voy a enseñar nuevas formas de alabarme, formas creativas inspiradas por mi Espíritu y no por el hombre.
Voy a levantar gente que me alabe de formas inusuales, y muchos religiosos van a decir: «Eso no es Dios. Eso no está inspirado por Dios. Eso no es usual hacerlo en las iglesias». Pero voy a ser Yo el que levante a estos nuevos alabadores y adoradores, que van a utilizar nuevas formas de alabarme. Creatividad voy a desparramar sobre los míos para que me alaben de nuevas maneras santas, no mundanas. No se dejen engañar.
Mi Espíritu se va a mover sobre la tierra para despertar la creatividad y hacer que entre en muchos de mis siervos, para que me alaben de formas nuevas: con nuevos instrumentos, con nuevas formas de danzar, con expresiones creativas, porque a mí me gusta renovarme y hacer cosas nuevas.
Yo soy el mismo, discípulos míos, dice el Señor. Yo siempre soy el mismo, pero mi creatividad sigue en movimiento, levantando nuevas formas de glorificarme.
No teman por lo que he hablado hoy, dice el Señor. No teman por todos estos ángeles que están preparados con las copas en sus manos. Ustedes no deben temer, porque el que teme no ha sido perfeccionado en el amor.
No tema, iglesia mía, no tema. Yo los tengo en mis manos como un Padre que cuida a su bebé. Pero a partir de ahora, observen lo que voy a hacer. Observen cómo voy a sacudir todas las cosas: cielo, mar y tierra. Y al mismo tiempo, levantaré una iglesia poderosa.