Transcripción editada de las partes más relevantes del video
El Señor me ha estado hablando sobre la limpieza espiritual, sobre la santidad y sobre los pecados de la iglesia. Cuando uno profetiza, el Señor te hace sentir su corazón, y a veces el Señor no está muy contento, no está muy complacido con lo que hacen sus hijos cuando están en pecado. Uno puede sentir el corazón del Señor cuando está triste, cuando llora por su gente, cuando llora por ver cómo el pecado se levanta en la tierra, cómo cada vez la maldad va creciendo.
Como dice la Biblia, en los últimos días a lo malo llamarían bueno y a lo bueno llamarían malo, y estamos viendo tantas cosas en el mundo. Estos días he estado con mi corazón un poquito triste, pero no con la tristeza del mundo, sino con una tristeza que viene del Señor, por poder sentir su corazón, cómo Él se siente respecto a esto. Y el Señor me ha estado diciendo que le hable a ustedes, que les comunique.
Escucho que el Señor dice ahora que se limpien. El Señor me está mostrando una imagen donde Él está sentado en un trono. Es el momento del juicio final. El Señor dice que todos nos vamos a presentar delante de Él y me muestra que uno por uno vamos a pasar ante su trono. El Señor dice que les va a preguntar a muchos de ustedes: «¿Por qué pecaste? ¿Por qué no te limpiaste?» Y algunos van a decir: «Pero Señor, yo no estaba en un pecado permanente. Yo pecaba un poquito. Yo pecaba de vez en cuando.»
El Señor me muestra las vestiduras de personas como esas y veo que no están del todo blancas; tienen una manchita. Algunos van a tener una manchita, otros van a tener varias manchitas, y otros van a tener manchas más grandes en sus vestiduras. Algunos van a estar más manchados que otros en sus vestiduras y van a poner excusas delante del Señor. No seas necio, dice el Señor a través de esta palabra dura que estamos recibiendo hoy, pero necesaria para muchos de ustedes.
Pecados sexuales
A algunos de ustedes el Señor les va a preguntar: «¿Cuántas veces te dije que no estés en fornicación? ¿Cuántas veces te dije que te mantengas en santificación? ¿Cuántas veces te dije que te laves la boca?» Yo (Noelia) veo que en ese momento de presentarnos todos ante el trono blanco, el Señor va a preguntar estas cosas a algunos de ustedes. Algunos se van a presentar con las manos sucias delante del Señor y Él les va a decir: «¿Cuántas veces te dije que dejes de robar? ¿Cuántas veces puse la convicción en tu corazón de que lo estabas haciendo y no me creíste o no lo quisiste aceptar? Por lo tanto, no pude lavar tus manos, porque no me las entregaste.»
Hijos míos, dice el Señor, entréguenme sus corazones ahora. Ya no hay tiempo para perder. Enciendan esa vela en ustedes. Coloquen el candelero arriba de la mesa y sean luz para iluminar este mundo donde la maldad va creciendo y se va levantando. Es un olor horrible que se levanta. El pecado tiene olor, dice Jesús, y mi Padre puede olerlo desde su trono, ese olor horrible que sube del pecado.
Yo (Noelia) veo una imagen ahora en que toda la maldad, todo el pecado del mundo se levanta como un olor y llega a las narices del Padre.
Mi Padre lo detesta, dice Jesús. Ya no puede soportar que aún sus hijos, aquellos que dicen llamarse sus hijos, son algunos de los que levantan este olor, este olor hediondo hacia el cielo. ¿Cómo puede ser que aún no me conozcas? ¿Cómo puede ser que tenés mi Palabra que te he dejado y aún así quiebres las tablas de mis mandamientos?
El Señor me muestra que cuando una persona peca, quiebra algunas de las tablas de los mandamientos, y veo en el Espíritu que cuando una persona está en pecado, las tablas de Moisés son quebradas.
Hijos míos, dice el Señor, lávense, apuesten a mí, entréguenme su carga, confiando en que Yo puedo lavarlos. ¡Arrepiéntanse!, les dice el Señor a los que este mensaje les está llegando y los está tocando. Ustedes saben quiénes son. El Señor Jesús mismo está utilizando mi boca ahora para decirte a vos que estás en pecado, a vos que pecaste, a vos que pecaste tanto y pensás que ya no tenés perdón, que no te lo merecés, o que el Señor no te quiere perdonar.
Abrí tu boca ahora, te dice el Señor. Yo te estoy esperando. Yo estuve golpeando tu puerta. Para mí sos un alma preciosa que quiero recuperar. Quiero que pertenezcas a mi reino, que seas mi hijo, mi hija. Pero renunciá a ese pecado que te tiene atado. Elegí por mí, porque este mundo no vale nada, dice el Señor. Es pasajero, efímero, y se va a desvanecer como en un abrir y cerrar de ojos. Lo que verdaderamente vale es lo que es invisible a los ojos. Así que no te dejes engañar por los deseos carnales.
Yo (Noelia) veo muchos hombres que están en pecado carnal, que tienen lujuria, que miran a una mujer y ya la imaginan en su mente.
No, hijo mío, dice el Señor, mirá para abajo cuando el diablo te quiera tentar. No le hagas caso, no respondas a los deseos de tus ojos. No te dejes llevar por la maldad que hay en tu corazón si tenés lujuria. Lavate de cualquier pecado sexual. Más que nada, el Señor les habla a los hombres en este momento. Muchos de ustedes utilizan sus manos para tocar su cuerpo, dice el Señor, pero quiero santificación. Tienen que resistir hasta que Yo los haga libres de estas cosas. Resistan al diablo y él huirá de ustedes. Obedézcanme. Sean fieles a mí.
El Señor me está mostrando ahora que algunos de ustedes piensan que pueden pecar un momentito ahora y que después el Señor los va a perdonar, como manipulando al Señor, diciéndole: «Bueno, voy a pecar un poquito, pero después me vas a perdonar», porque el Señor es bueno.
¡Necio! ¡Necio! Esta noche podrían venir a buscar tu alma, dice el Señor. No te das cuenta de que mis ojos están en todos lados. No te das cuenta de que mis ángeles ven todo lo que hacés.
El Señor habla en este momento de hombres que están en pecado de masturbación.
Santifíquense, dice el Señor. Vengan a mí con manos limpias. Yo quiero que utilices tus manos para mi reino. Quiero que utilices tus manos para cosas sabias, para cosas que edifican, para sanar a mis ovejas, para levantar al caído, para darle una caricia al que está necesitado. Pero, ¿cómo puedo usar tus manos, hijo mío, si las usás para estas abominaciones?
El Señor también me muestra que hay varias mujeres que se sienten tocadas por este mensaje, que no esperaban recibirlo en esta magnitud. Tengo que obedecer y transmitir lo que escucho, sin juzgarlas directamente a ustedes.
Hijas mías, les dice el Señor a aquellas que están en este pecado, muchas veces les hablé al oído y les dije: «Hija, ¡no! Hija, ¡no!» Pero no quieren obedecerme. Quieren escuchar a los predicadores «light» que predican que estas cosas están bien, cuando son abominación ante mis ojos: inmundicia, suciedad espiritual.
Hijas mías, en vez de utilizar sus manos para esto, lávense y utilícenlas para acariciar las mejillas de sus hijos, para servir a sus esposos con humildad, para escribir para mi reino, para lavarle la ropa a los que necesitan, para colocar las manos sobre los enfermos y que se levanten. Porque Yo voy a preguntarte: «¿Qué hiciste con tus manos?», y no va a haber excusa, porque te hablé de muchas maneras.
Así que no me tomes a la ligera, dice el Señor, porque hoy te alerté de nuevo. Te hablé y te hice conocer más profundamente las cosas de mi reino y el punto de santidad a donde te quiero llevar. Así que no hagas oídos sordos a lo que te estoy hablando, porque, aunque no te guste, esta palabra ya ha entrado por tus oídos espirituales y Yo voy a juzgar qué hiciste con ella: si te dirigiste a la derecha o te dirigiste a la izquierda después de haberla escuchado, dice el Señor.
El Señor me está mostrando que, inclusive dentro de las congregaciones, muchos de sus hijos e hijas están en este pecado de masturbación. El Señor me muestra ahora una visión donde veo a una mujer que va a la iglesia, se congrega, hace todo lo que se dice, pero después vuelve a su casa y empieza a cometer este pecado, que me da vergüenza nombrar.
Hija mía, dice el Señor, levantate y negáte cuando el enemigo te ataque con estos impulsos carnales. Luchá y negáte, porque mis ángeles anotan todo, y si no te arrepentís, este pecado no será borrado del libro. Hijos míos, estoy hablando por misericordia. Estoy hablando porque los amo. Les estoy llamando la atención a través de esta sierva mía, porque nadie quiere hacerlo. He intentado hablar sobre estos temas a través de otros siervos y no se han animado, no han querido servirme. Es más importante quedar bien delante de los hombres que delante de mí, dice Jesús.
Yo (Noelia) lo veo ahora en una visión al Señor Jesús, vestido completamente de blanco. Sus vestiduras llegan hasta el piso, le cubren los pies casi y le cubren todos los brazos, y son completamente blancas. Lo veo al Señor con los brazos abiertos, mostrándome su santidad.
Ustedes tienen que asemejarse a mí, dice el Señor. Ustedes tienen que perseguir la santidad. No se dejen engañar, porque se están levantando muchos lobos vestidos de oveja que los van a engañar y les van a querer hacer creer que muchas de las cosas que se practican hoy en día están bien, que no es posible mantenerse santo. Eso les van a hacer creer estos falsos profetas, lobos rapaces, que lo único que buscan es su dinero, dice el Señor.
No les crean, dice el Señor. Lean mi Palabra una y mil veces. Estúdienla. Mediten en ella. Recapaciten. Piensen. Busquen respuestas. Pregunten al Espíritu Santo cuando tengan una duda, dice el Señor.
Yo (Noelia) veo una Biblia en visión, y en algunas partes de esta Biblia hay candados. Es como si ciertas partes de las Escrituras estuvieran cerradas. Muchos de ustedes no pueden entender algunas partes de las Escrituras, dice el Señor, pero Yo puedo darles las llaves de aquellas partes que ustedes todavía no pudieron desbloquear. Sin embargo, Yo quiero que mis hijos me pidan, que me llamen para que Yo les explique, y Yo mandaré al Espíritu Santo, que es la llave para desbloquear estos candados en las partes de las Escrituras que ustedes todavía no pueden entender, dice el Señor.
A aquel que me pide, a aquel que insiste, a aquel que busca y no se quiere dejar engañar, Yo mismo le entrego la llave de los candados de las partes de la Biblia que están bloqueadas a su entendimiento, a través del Espíritu Santo. Y cuando el Espíritu Santo le da la revelación sobre estas partes de la Biblia que aún no pueden entender, se abre una nueva etapa para ustedes. Pueden entender misterios escondidos y tener revelación de la Palabra que antes no tenían, y esto les cambia la vida, dice el Señor.
Pero mis hijos no me piden, dice el Señor. Mis hijos solamente confían en el hombre. Sí, Yo utilizo a muchos de mis siervos para darles entendimiento de las Escrituras, porque para eso tengo a mis maestros, pero también me gusta revelar por mí mismo, también me gusta contestar tus peticiones personalmente. Para aquellos que tienen los oídos cerrados, Yo puedo abrirlos, pero quiero que me pidas, quiero que me insistas. Estoy esperando a que me ruegues por estos regalos, dice el Señor.
Gracias, Señor. Necesitamos entender tu Palabra, Señor. Necesitamos tu entendimiento, necesitamos tu sabiduría, sabiduría que viene de lo alto, Señor. Necesitamos comer este pan diario que es la Biblia, tu Palabra. Necesitamos que nos hables a todos tus hijos, Señor. Necesitamos que el Espíritu Santo nos revele las cosas que nosotros no podemos ver, que nos quite las escamas espirituales que tenemos en los ojos. Señor, ayúdanos.
Intercedo hoy por tus hijos, Señor. Quitales esas escamas de los ojos, abriles los oídos espirituales, en el nombre de Jesús, para poder reconocer cualquier maldad que tengan en sus corazones que no les permita entender la verdad, que no les permita reconocer que muchas cosas que creen que no son pecado, lo son, Señor. Ayudalos a renunciar a estas maldades en los corazones para que podamos ser limpiados, para que nuestro corazón se vuelva puro y claro, para que tu agua corra como en un vaso limpio, Señor.
Hijos míos, dice el Señor, los amo con un fuego que nunca se apaga. Prepárense para lo que viene, mis amados, porque voy a requerir que estén alertas, que estén atentos a mi llamado, porque voy a utilizar a varios de ustedes para mi reino. Voy a colocar muchos obreros en la mies, pero quiero que cuando los llamen, estén puros y santificados.
El Señor repite que hoy nos habla de santidad, que no quiere llamarnos y encontrar nuestras manos sucias, que no quiere llamarnos y encontrar nuestras bocas sucias por murmuración, por malas palabras, por maldiciones, por mentir, por comer, y más. El Señor insiste en la limpieza.
Hijas mías, cúbranse el cuerpo, dice el Señor, porque mis ojos recorren las calles y casi no encuentro santidad en estos días. La carne descubierta se ve por todos lados. Mis hijas degradan sus cuerpos, dejándose llevar por la corriente del mundo, cuando mi Espíritu Santo muchas veces les habla y les da convicción de que se cubran. Pero no quieren hacer caso por el espíritu de vanidad, que el diablo utiliza para traerlas de nuevo al mundo. Hijas mías, tengan en cuenta que ustedes son preciadas, bellas, hermosas. Yo las amo, dice el Señor.
El Señor me muestra ahora una imagen donde Él está parado y una mujer se para enfrente de Él en el espíritu y tiene ropa mundana. Tiene ropa que deja al descubierto sus partes privadas. Veo que lleva como un topsito y un shortcito, y parte de sus pechos están expuestos. ¿Cómo te sentirías si te pararas enfrente mío ahora en este momento con esa ropa? ¿Te sentirías expuesta? ¿Te sentirías desnuda? Por eso, cubrite, amada mía, porque tu cuerpo es muy preciado ante mis ojos, dice el Señor con mucho amor, porque ustedes son mi novia.
Así que, hijas mías, dice el Señor, no les crean a estas falsas profetas que vienen hablando y se hacen llamar maestras, y vienen descubiertas, mostrando su cuerpo sin ninguna impunidad. ¡Mi alma detesta estos acontecimientos! No se permitan a ustedes mismas ser de tropiezo para mis hijos, dice el Señor.
El Señor llama a nosotras a cubrirnos el cuerpo, a cuidar nuestro cuerpo, el templo del Espíritu Santo. Amén.
Interceder por lo que viene
El Señor me muestra el mar en una visión, como lo hizo hace un tiempo en otra visión, donde veía que el mar, el océano, se movía de un lado para otro. El Señor dice que esto está pronto a acontecer, que el mar se va a levantar sobre las costas, y el Señor me lo muestra ahora para que nosotros intercedamos por esto.
Estoy llamando a que se levanten más intercesores y que intercedan por las cosas que Yo les estoy mostrando a mis profetas, dice el Señor, porque ciertamente el mar se va a levantar sobre las costas, provocando tsunamis e inundaciones. Ya lo he dicho antes, y mi palabra se cumple y se está cumpliendo. Muchas casas de las costas van a ser inundadas, pero Yo quiero que oren. Faltan intercesores que se coloquen en la brecha e intercedan por estas cosas más regularmente y en mayor cantidad. Quiero que más oraciones lleguen al cielo.
Yo (Noelia) también veo derrumbes. El Señor me muestra, como ya me lo ha mostrado antes, que la tierra se va a desmoronar, que pedazos de tierra se van a hundir de repente, formando agujeros y socavones. Porque hay ángeles destructores que están colocando sus dedos sobre algunas partes de la tierra, y la tierra se desarma, se hunde y se abre.
Pero ustedes no se preocupen, dice el Señor, porque Yo tengo mi mano sobre ustedes; sobre los fieles, sobre los que se mantienen blancos, puros y santificados. No hay excusas, porque aquel que tenga una mancha diminuta no va a entrar en mi reino, repite Jesús ahora.
El Señor me muestra que antes de que acontezcan estas cosas, Él va a llamarlos a algunos de ustedes a que se alejen de estas zonas para que no los afecte, porque estos derrumbes y socavones se van a tragar casas completas y se van a tragar gente.
Yo voy a afectar cielo, mar y tierra, dice el Señor. La tierra va a ser afectada por estos juicios que estoy mandando. Muchos de ustedes piensan que Yo estoy ignorante de los juicios que vienen. Muchos de ustedes dicen que es casualidad. Muchos de ustedes dicen que es por la naturaleza. Eso lo dicen los hijos que no me conocen, los hijos que no saben que Yo estoy en todas las cosas, los hijos que no leen mi Palabra, que dice que todas estas cosas vendrían en los últimos tiempos: que van a caer las estrellas, que el mar se va a levantar y se va a sacudir de un lado para otro, que el granizo va a caer como nunca, que los rayos van a ser más regulares, que las inundaciones van a ser más abundantes, que el fuego va a invadir las ciudades y los campos.
¿Cómo quieren que se comporte la tierra? ¿O piensan que es casualidad que, mientras más maldad se levanta en la tierra, más la tierra va a reflejar la maldad del hombre? Aún mi Palabra dice y les enseña que la tierra responde a la maldad. Pero ustedes tienen que seguir manteniéndose firmes en mí, dice el Señor.
Yo (Noelia) veo una persona en este momento que está parada sobre la tierra, y la tierra empieza a desmoronarse todo alrededor de donde está parada la persona.
Para el cristiano verdadero que está en la fe, que está parado firmemente sobre la roca que soy Yo, dice Jesús, lo único que va a permanecer es una puntita de tierra donde él está parado. Eso va a permanecer. Pero aunque se caiga todo a tu alrededor, aunque sientas que toda la tierra a tu alrededor, ya sea real o simbólico, se empieza a desmoronar en tu vida, nunca jamás dejes de confiar en mí, dice el Señor, porque Yo soy el amigo fiel que nunca te abandona. A pesar de que todo se desmorone en tu vida alrededor tuyo, siempre voy a mantenerme Yo, que soy el fundamento, debajo de tus pies, sosteniéndote, y voy a seguir tomando tu mano, aun cuando pienses que absolutamente todo está perdido.
El Señor me muestra que hay gente que lo ha perdido todo, incluyendo personas. Veo que se han quedado solos por amor del nombre de Jesús, que han perdido tierras, que se han ido, que sus familiares los han maltratado por causa del nombre del Señor. Veo que aun hasta sus esposos y esposas los han abandonado por el nombre del Señor.
Todo esto te será recompensado, dice el Señor para consolar a muchos de ustedes. Hijo mío, hija mía, nunca, nunca dejes de confiar en mí, dice el Señor, porque aun cuando tu mente no lo entienda, aun cuando tu corazón no lo crea, Yo aun estoy ahí, sosteniéndote firme de mi mano.
Yo (Noelia) veo a una persona rodeada por tierra desmoronada, quedando solo un pequeño pedazo de tierra donde esa persona está parada.
Aun a veces ese pedazo de tierra tiembla debajo de tus pies, dice el Señor, aun lo poco o nada que te queda empieza a temblar debajo de tus pies, pero si te tomás de mi mano, Yo te voy a sostener, Yo te voy a ayudar mientras pasás por esa turbulencia, por ese temblor.
Cómo limpiarnos
Hijos míos, dice el Señor, Yo aún sigo hablando a mi iglesia, pero muchos no me creen, porque no es que no les crean a mis vasos, sino que no me creen a mí. No es que están en contra de mis vasos, sino que están en contra mío, dice el Señor Jesús. Muchas personas dentro de la iglesia tienen los oídos espirituales tapados. No pueden escuchar a los profetas porque tienen maldad en su corazón. Prefieren creer en cosas que no son ciertas. Prefieren creer en cosas que les conviene creer.
Entonces, sus oídos espirituales no van a ser abiertos hasta que limpien su corazón. Porque si Yo dejara ingresar mis palabras por los oídos de estas personas que no creen en ellas, estas palabras deberían pasar por el filtro de su corazón, y al encontrar tanta maldad en su corazón, estas palabras pasarían sucias y el mensaje llegaría sucio, manchado por la maldad que hay en el corazón de estas personas incrédulas. Por eso Yo estoy llamando a que se limpien. Por eso estoy llamando a que se santifiquen. Por eso estoy llamando a que limpien sus corazones de la maldad.
Para muchos de ustedes que están preguntando ahora cómo se pueden limpiar, el Señor dice: Cuando ustedes leen mi Palabra, la Biblia, esto espiritualmente tiene un efecto. Cuando ustedes leen, estas palabras, que son vivas y son espíritu, entran y ustedes las comen. No es que están escritas acá y ahí termina todo. Estas palabras espiritualmente tienen vida, son espíritu. Cuando ustedes leen esas palabras, entran por su boca y ustedes comen vida, y eso de lo que ustedes se van alimentando entra y empieza a limpiar sus espíritus, porque la palabra del Señor tiene vida. Cuando ustedes leen o escuchan la Biblia, lo comen y vida entra en sus espíritus, y esa vida empieza a circular por sus espíritus y va limpiando las partes que están sucias. Estas palabras entran en sus corazones y empiezan a limpiar la maldad que hay en sus corazones. Los espíritus malos que viven dentro de sus corazones no lo soportan, porque esta Palabra es vida. Esta Palabra de vida entra en sus corazones y en sus espíritus y empieza a batallar con la maldad que hay adentro de ustedes hasta que se va, si es que siguen limpiándose y lavándose con esta agua de vida.
Ahí tienen una palabra clave para muchos de ustedes que están preguntando: «¿Cómo puedo hacer para limpiarme? ¿Cómo puedo hacer para batallar contra las cosas malas que tengo en mi corazón?»
Anticonceptivos
El Señor me está mostrando también que algunas de ustedes tienen problemas en el aparato reproductor por causa de usar anticonceptivos, ya sea pastillas u otro tipo. El Señor me muestra ahora, y ya me lo ha mostrado muchas veces antes cuando oramos por personas, que esto genera una maldición y por eso también vienen varias enfermedades y problemas en el aparato reproductor, como abortos espontáneos o no poder quedar embarazada.
Todas estas son maldiciones que vienen por utilizar anticonceptivos, por querer nosotros controlar el tema de los hijos y no el Señor. Les estoy hablando por experiencia. Cuando oraba con mi esposo por varias mujeres que tenían problemas de este tipo, muchas veces el Señor me ha revelado que esto ha sido por causa de usar métodos anticonceptivos.
Entonces, la persona primero tiene que entender y creer esto, estudiando la Palabra para entender cómo el Señor habla de los hijos. Y cuando la persona finalmente entiende y se arrepiente de este pecado, es entonces cuando uno puede quebrar estas maldiciones y los problemas de estas mujeres desaparecen.
Así que, si ese es tu caso, si utilizás o utilizaste métodos anticonceptivos, lleva esta palabra profética en oración con el Señor para buscar confirmación, arrepentite y entregá tu cuerpo como sacrificio vivo al Señor. El Señor es fiel para perdonar y para sanarte.
Problemas matrimoniales
El Señor me muestra que algunos de ustedes tienen maldiciones de divorcio. Hay personas que no tienen éxito en lo matrimonial, que han sido abandonadas por su esposo o esposa o han querido divorciarse. Algunos de ustedes, me muestra el Señor, están bajo la influencia de una maldición de divorcio.
Entonces, corto ahora toda maldición de divorcio sobre todas las personas que están leyendo esta palabra, en el nombre de Jesús. Toda maldición de divorcio y también de adulterio sea cortada en esta hora, en el nombre de Jesús.
El Señor me muestra un matrimonio que está separado en el espíritu. En vez de estar mirándose de frente, las dos personas están mirando para el otro lado. Eso es simbólico y significa que hay algunos matrimonios que no están unidos en el espíritu. Cada uno está mirando por separado para otro lado. El Señor me está pidiendo que ore por estos matrimonios que están teniendo problemas y divisiones, que se quieren divorciar y más…
El Señor me muestra que algunos hombres dentro de los matrimonios están mirando a otras mujeres también, que el diablo los está tentando para que miren a otras mujeres en vez de a su esposa. Hay muchos hombres que piensan que no pasa nada solamente por mirar a otras mujeres, y el Señor les dice ahora que no es cierto. No te dejes engañar por el enemigo. Ya estás pecando en tu corazón, así que arrepentite y pedile perdón al Señor.