El 18 de Febrero de 2018 el Señor me despierta y me habla de madrugada temprano y me muestra varias visiones de acontecimientos que están por ocurrir en el futuro. No podía dormir; las visiones venían y el Señor hablaba y hablaba y me decía: «Profetiza, hija de hombre. Habla. Escribe. ¡Sacudiré el universo! El universo será conmovido. Habrá CAOS en el universo.» Tuve varias visiones y vi que Dios tocaba con el dedo índice al universo y se generaba un caos terrible, desorden. Ya no había más armonía en él, como si dejara de funcionar bien. Y escuché: «¡Las Pléyades! ¡Orión!»
Y vi un dragón rojo en el universo que agarraba las estrellas con su cola y las tiraba a la tierra. Luego durante el día el Señor me siguió hablando y mientras me hablaba me daba más visiones de eventos que están próximos a suceder, especialmente en el cielo. A continuación, los dejo con el mensaje, el cual aconsejo compararlo a la luz de las escrituras y llevarlo en oración para confirmación del Espíritu Santo. ¡Dios los bendiga!, Toda la alabanza, la gloria y la honra al Rey de Reyes y Señor de señores, JESUCRISTO, nuestro Señor. Amén.
Mensaje: Voy a sacudir todo hija mía. No va a quedar nada como era antes. Lo voy a hacer Yo, el que lo posee TODO. Los habitantes de la tierra van a desfallecer, se van a sentir pequeños como una hormiga, se van a sentir impotentes por no poder hacer nada. Todos éstos juicios vienen y nadie los detendrá. Solo mi mano podría detenerlos, pero no lo voy a hacer porque el hombre no se arrepiente, no escarmienta, no cambia su corazón.
Siguen en idolatría. Siguen en brujería, se siguen metiendo en cosas ocultas y escondidas y siguen intentando entrar por una puerta prohibida. Quieren saberlo todo, hasta lo que no les conviene. Prefieren el conocimiento en vez de amarme. Prefieren la ciencia en vez del amor. Siguen y siguen atreviéndose a tocar lo que les mandé que no tocasen. Siguen apostatando de la fe y abrazando el error. Siguen adorando ídolos que los maldicen y los llevan a la destrucción y a cometer pecados de adicción.
Mañana voy a venir y voy a vaciar la tierra. Todo quedará desolado. Lo que estaba plantado será arrancado. Los frutos que estaban creciendo serán arrancados y sus árboles destruidos.
[Isaías 24:3, RVR1960] La tierra será enteramente vaciada, y completamente saqueada; porque Jehová ha pronunciado esta palabra.
Yo Soy el que lo digo, el Dios Eterno. Nadie quiere escuchar mi voz diciendo éstas cosas. Nadie quiere saber quien Soy. Pero me van a conocer. Pronto, me van a conocer y demostraré mi poder y gran gloria, mi impero y majestad. Estoy enojado con los hombres. Son desfachatados e insolentes. No respetan nada. Son hedonistas, amadores del placer. Viven para la carne y sus deseos. Aman la maldad, la destrucción. Aman destruir mi creación. No aman a sus hermanos ni les desean el bien.
Son envidiosos de las bendiciones de los demás. Detractores. Traidores. Engañadores. No me respetan. Lejos están de amarme y de conocerme. Se la pasan diciendo en sus corazones: «Jehová no ve lo que hago. Dios no me reprenderá. El está manso en Su Trono, es ajeno a lo que pasa en la tierra. El no se da cuenta de nada». Ignorando que Yo estoy al tanto de cada detalle. Ignorando que mi indignación va creciendo como un vaso que se va llenando hasta rebalsarse. Ya no voy a esperar más.
Voy a posar mi mano sobre las naciones y van a saber quien Soy. No solo voy a sacudir la tierra y el mar. Voy a sacudir las estrellas y los planetas. Voy a sacudir las galaxias. Voy a sacudir las constelaciones. Voy a desordenar todo. Va a ser un desastre. Voy a generar caos y destrucción.
[Hageo 2:6-7, RVR1960] Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos.
Voy a hacer que el Sol arda con furia. Lo voy a encender como cuando Nabucodonosor mandó a calentar siete veces más el horno de fuego. Para que los hombres se quemen y recuerden que Yo Soy Dios.
[Isaías 30:26, RVR1960] Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que vendare Jehová la herida de su pueblo, y curare la llaga que él causó.
Voy a colocar mi mano sobre el Sol y lo voy a calentar, y voy a mandar llamaradas de fuego a la tierra, y los hombres van a sufrir por ésta plaga que traigo, y les van a aparecer quemaduras en la piel, por el Sol. Ya nadie se va a burlar de mí. Soy un Dios misericordioso que espera a que el hombre se arrepienta. Pero mi paciencia llega a su límite y estoy cansado de ver como los fuertes se abusan de los débiles.
Estoy cansado de ver la maldad dispersarse por todos lados. El hombre no tiene freno. Yo voy a venir y voy a traer destrucción al hombre que no quiera escuchar corrección, para que sepa que él no tiene el poder, sino que el poder me pertenece. Todas éstas cosas van a acontecer el día planeado para tal fin. Todo esto es parte de mi plan perfecto. No teman los de corazón sincero, porque Yo tengo mi mano sobre ustedes. La vida en la tierra ya no será la misma.
Quedará el resultado de la destrucción y el caos y ya nada será como antes. La voy a cambiar, la voy a destruir, la voy a desmenuzar, la voy a romper en pedazos. Mi mano la tomará y la estrujará como se estruja un trapo mojado en la mano para que se seque. Mis hijos verán todo esto que voy a hacer y se asombrarán, y pensarán: «Verdaderamente Dios es Rey, verdaderamente Él está al mando y no ha perdido el control. Finalmente Él hace justicia al agraviado y se venga de los malos. ¡Alabemos al Dios del universo!». Mi mano está por concretar todas éstas cosas, ya lo he dicho desde la antigüedad. Voy a dar vuelta la tierra, la voy a girar con mi mano poderosa. Y en éste giro voy a hacer que se caigan los inicuos y perversos como los frutos se caen de los árboles sacudidos por el viento.
[Isaías 13:13, RVR1960] Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en el día del ardor de su ira.
Y las estrellas caerán a la tierra como lluvia de fuegos artificiales, nadie lo va a poder creer. Yo tengo poder para hacer lo que quiero porque mi mano es justa, y no vacila en cumplir sus promesas. Mediten en esto, en mi poder, y verán que mi mano ha hecho maravillas indecibles para el hombre. Ya todo está planeado. Cuando Yo mande las estrellas a la tierra el hombre intentará esconderse de mi furia, intentarán taparse los oídos por el estruendo horroroso de los impactos, pero nada van a poder hacer, no van a poder escaparse de tener que escuchar el sonido de los objetos cayendo desde el cielo.
[Mateo 24:29, RVR1960] E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.
Tú, no te espantes. Solo tiembla ante mi poder, pero no temas por lo que ha de venir. Debes estar preparado esperando que todo esto acontezca con tu armadura colocada y GRAN fe. Tu corazón no desfallezca, no se turbe tu entendimiento. Solo confía en mí y límpiate de cualquier mancha de tus vestiduras. No sigas al mundo. No te modernices al mal. Todo esto es una trampa para hacerte caer en la tentación de querer envanecerte con las cosas materiales. Busca caminar en el espíritu. No te envanezcas. Lava tus manos. Lava tu boca. ¡No me esquives!
No te duermas. Levántate a orar. Búscame de madrugada. A mi me gusta ser encontrado de temprano. Ahora escribe, Noelia: Viene una era donde el hombre ya no va a ser como antes. Todas las cosas que hacía ya no le van a interesar. Tendrá nuevos intereses. Se cansará de lo viejo, de lo podrido, de lo sucio. Buscará mi rostro. Indagará en mis cosas. Pedirá mi guía. Se lavará del pecado. Rehusará hacer injusticia. Sentirá rechazo por la injusticia.
Esta era aún no llegó. Todavía falta un poco de tiempo para redimir todas las cosas. Pero esto será así como lo estoy diciendo, la perfección vendrá y todo será nuevo. Un nuevo renacer. Una nueva esperanza. Una nueva forma de vivir en el orden. Pero para esto falta; falta que se cumplan algunas cosas, falta que se cumplan algunos plazos, que se cierren círculos, que se complete el reloj de arena. Y cuando eso pase, la hora de la redención llegará.
Mis hijos, ¡créanme lo que les digo! Vienen muchos juicios, cosas inesperadas e inentendibles. Voy a posar mi mano sobre el sol, y éste brillará con un ardor insoportable para el hombre de iniquidad. El sol se enfurecerá y atacará a la tierra como un perro que lo han desatado de sus cadenas y se va corriendo a buscar a su víctima. Así será, porque así lo he decretado Yo, el Rey del Universo. Mi nombre está escrito en todas las estrellas y cuando Yo les hablo ellas me obedecen, y si les digo «¡caigan!», ellas caen.
[Apocalipsis 6:12-13, RVR1960] Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento.
Yo hago lo que quiero y dejo de hacer lo que no quiero. Nadie puede decirme lo que tengo que hacer. Menos el hombre que carece de amor. Mi mano se va a posar sobre el sol y lanzará llamaradas al espacio cocinando todo a su camino. La temperatura se va a elevar, los veranos van a quemar. El agua de los glaciares se va a derretir. La piel del hombre va a sufrir. Los hospitales se van a llenar con los que habrán recibido ésta plaga que envío desde el Sol. «La plaga del Sol», la llamarán.
Visión: (Noelia) Y El Señor me mostraba en una visión, personas en los hospitales con llagas, especialmente en los brazos, quemaduras bastantes profundas adonde se les llega a ver la carne.
[Apocalipsis 16:8-9, RVR1960] El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual fue dado quemar a los hombres con fuego. Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.
Mi nombre estará escrito en el Sol. Yo anunciaré quien Soy a través de lo que estoy por hacer. El hombre se arrodillará ante mi poder, se les doblarán las rodillas y confesarán que son solo polvo; carne y hueso y respiración; la cual Yo les doy. Pronto estoy a venir a traer éstos juicios a la tierra, y todo aquél que no crea será alcanzado por el mar, por las piedras, por el Sol y por las otras plagas que traigo.
Tú, ¿Estás en mí? Tú, ¿Me has amado como Yo a ti? Tú, ¿Has preparado tu casa en mis caminos? Tú, ¿has sido fiel con la mujer de tu juventud? Tú mujer, ¿Has educado a tus hijos en mi amor? Tú joven, ¿Has elegido sabiamente servirme desde temprana edad? Tú viejo, ¿Has enderezado tus sendas para estar listo para encontrarte conmigo? Tú jovencita, ¿Has sabido guardarte para estar lista para mí? Tú hombre, ¿Has mantenido tu casa pulcra y limpia en orden y sujeción como Yo te lo pedí?
Porque Yo seré justo, y le daré a cada uno su paga y nadie podrá engañarme, porque todo está escrito; todos los libros serán abiertos y las pruebas serán expuestas y colocadas arriba de la mesa para la vergüenza de ustedes o para el orgullo del Rey. Así que, ¡Ven!, ven hacia mí sin reservas, y Yo te haré crecer como un árbol grande y floreciente, lleno de vida y de color. Yo te haré reposar cerca de arroyos de aguas que calmen tu sed. Pero si no me sigues todo esto vendrá sobre ti y sobre tu casa, y sufrirás la pérdida de tus mujeres y niños, y quedarás pobre, descalzo, desnudo y solo. La destrucción repentina vendrá a tu casa.
Y luego dirás: Esto no puede ser, ¿No entiendo que pasó?, cuando Yo ya te lo había advertido de muchas maneras y te esperé con los brazos abiertos, y te abrí la puerta de mi casa y te invité a entrar. Pero todavía te queda un poco de tiempo para acomodar las cosas y salvarte de mi ira que se avecina al mundo entero. Arrepiéntete de tu maldad y pídeme que te lave y Yo honraré siempre un corazón arrepentido que se humille delante de mí. Y esto no es nada. Yo ya lo he dicho: QUe moveré cielo, mar y tierra. No es nada nuevo.
[Hebreos 12:26, RVR1960] La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo.
Pero lo estoy anunciando HOY, para que el hombre despierte del sueño profundo en el que está y vuelva a escuchar mi voz. Le sigo hablando al hombre para decirle lo que está por pasar, pero muchos continúan tapándose los oídos, siendo negligentes a mí, negando mi voz, y usando mis propios escritos para tener como excusa el no querer escucharme a mí, al Dios Puro. ¡Mi ira se avecina gente! Preparen sus maletas para emprender éste viaje sin retorno hacia mi reino eterno.
Se avecina la hora de levantar mi nombre ante los reyes de la tierra que se regocijan pensando que Yo no existo y que Yo no Soy lo que Soy. ¡Farsantes! ¡Idólatras! ¡Asesinos de ilusiones! ¡Controladores de las masas y de los débiles! Cuánta ira me provoca ver la injusticia derramada sobre la tierra por causa de estos gobernantes y hombres de negocios que solo buscan su provecho a costa de los pobres y descarriados, de los débiles y necesitados. Mi alma está cansada de soportar la injusticia y la iniquidad del hombre de pecado.
Así que señores, vengan a mí antes de que sea tarde y la puerta se cierre en sus narices. Porque un tiempo he dado, un tiempo que tiene final. El tiempo que tienen para decidirse por mí es limitado; tiene un final, pero está lleno de oportunidades. Una y otra y otra vez los llamo y les aviso que están caminando un camino de perdición, e intento rescatarlos antes de que caigan en el pozo del engaño, pero ellos eligen una y otra y otra vez lo malo, lo que les da placer. Eligen el camino de la rebelión, hacer su voluntad es mejor que obedecerme a mí.
Y mi alma sufre porque Yo los veo caminar derecho a su destrucción, sin querer escuchar. Como cuando una madre ve a su hijo elegir mal pero no puede obligarlo a tomar otra decisión, porque ya le ha tocado decidir a él. Mi alma sufre, de verlos caer en frente de mis ojos por causa de sus decisiones y rebeldías. Yo estoy cansado de que esto sea así. Ya no quiero más. No hay paciencia que alcance porque el hombre no tiene corrección; la maldad ha entrado en él. Lo que es malo debe crecer hasta no quedar nada del bien, y lo que es bueno debe crecer hasta no quedar nada de lo malo. Todo debe irse a los extremos hasta no quedar más grises; solo lo blanco y lo negro. Desaparecerá lo intermedio. Amén.
Visión: (Noelia): Después de recibir esta palabra escrita hermanos, Dios me dio más visiones acerca de esto a través de interpretación de lenguas, el cual les comparto a continuación: Vi el universo. Y ví un dragón rojo enorme que está en él. El dragón tiene una cola enorme y con esa cola envolvía o enlazaba una parte de las estrellas y mientras rugía como un león, las lanzaba con furia a la tierra. Estos pedazos de rocas caían en la tierra, encendidos en fuego dejando cráteres en ella, agujeros que lanzaban humo.
[Apocalipsis 12:3-4, RVR1960] También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.
También veía que los planetas comenzaban a temblar y a quebrarse. Veía como Dios les pega «una cachetada» y el caos se desata en ellos. Veía los objetos que volaban por el espacio, chocando entre ellos, pero Dios controlaba cuales eran los objetos que golpearían la tierra y cuáles no. Después en otra visión el Señor me mostraba que la tierra era envuelta con una tela, como si Dios la pusiera adentro de una bolsa de tela, y luego Él tomaba esa bolsa y la empezaba a sacudir, y mientras la sacudía empezaban a caer muchas personas de ella. Luego de esto Dios soltaba esa bolsa y volvía a Su trono con Su Hijo. Y le decía «El tiempo ha llegado, ahora ve Tú y levanta a los míos, a los que han resistido y se han lavado. Tráelos conmigo».
Entonces, Jesucristo bajaba con un caballo blanco, con una corona de oro, un cinto dorado, y tenía cetro en la mano derecha y se queda como suspendido en el aire, en el cielo. Y con el cetro hacía un gesto a los ángeles que estaban con Él, para que bajen a la tierra a levantar a los santos. Entonces los santos iban hacia arriba, adonde está el trono del Padre, y eran lavados. Yo veía cómo eran lavados y se les daba vestiduras limpias sin manchas, y se les ponían coronas y se les entregaban cetros y tronos y se sentaban a juzgar a las naciones, y alababan al Padre para siempre. Amén.
[Lucas 21:25-28, RVR1960] Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria. Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.