[Ezequiel 8:8-17] Y me dijo: Hijo de hombre, cava ahora en la pared. Y cavé en la pared, y he aquí una puerta. Me dijo luego: Entra, y ve las malvadas abominaciones que estos hacen allí. Entré, pues, y miré; y he aquí toda forma de reptiles y bestias abominables, y todos los ídolos de la casa de Israel, que estaban pintados en la pared por todo alrededor. Y delante de ellos estaban setenta varones de los ancianos de la casa de Israel, y Jaazanías hijo de Safán en medio de ellos, cada uno con su incensario en su mano; y subía una nube espesa de incienso. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿has visto las cosas que los ancianos de la casa de Israel hacen en tinieblas, cada uno en sus cámaras pintadas de imágenes? Porque dicen ellos: No nos ve Jehová; Jehová ha abandonado la tierra. Me dijo después: Vuélvete aún, verás abominaciones mayores que hacen estos. Y me llevó a la entrada de la puerta de la casa de Jehová, que está al norte; y he aquí mujeres que estaban allí sentadas endechando a Tamuz. Luego me dijo: ¿No ves, hijo de hombre? Vuélvete aún, verás abominaciones mayores que estas. Y me llevó al atrio de adentro de la casa de Jehová; y he aquí junto a la entrada del templo de Jehová, entre la entrada y el altar, como veinticinco varones, sus espaldas vueltas al templo de Jehová y sus rostros hacia el oriente, y adoraban al sol, postrándose hacia el oriente. Y me dijo: ¿No has visto, hijo de hombre? ¿Es cosa liviana para la casa de Judá hacer las abominaciones que hacen aquí? Después que han llenado de maldad la tierra, se volvieron a mí para irritarme; he aquí que aplican el ramo a sus narices.
Amados hermanos, hoy voy a compartirles algunas visiones que recibí mientras oraba, a través de las cuales el Señor revela los planes ocultos del Vaticano y del Papa.
Día 1
Debajo del Vaticano vi un lugar secreto, como un sótano, donde el Papa y otros miembros del Vaticano se reunían para adorar al diablo en secreto. Los veía haciendo rituales satánicos en círculo, vestidos de negro y rojo, con la famosa estrella del diablo dibujada en el piso y rodeada por un círculo. Alrededor de esa estrella estaban sacerdotes que viven en el Vaticano.
También vi una mesa para sacrificios, y los veía reunidos, con túnicas negras, sacrificando bebés.
El Señor me mostraba que el Vaticano es la sede mundial del satanismo, la cuna del satanismo. Los que ocupan los puestos más altos en el poder del Vaticano lo saben, pero muchos de los sacerdotes de menor rango no. Están encantados y tienen los ojos cegados ante esta realidad. Son como títeres del Vaticano.
Día 2
Vi al Papa en una reunión ecuménica secreta con varios líderes mundiales —presidentes de países, líderes de grupos y representantes de diferentes iglesias del mundo, no solo católicas—, planeando cómo seguir manipulando a la gente.
Primero hicieron una alianza secreta entre ellos, y esa nueva unión estaba por hacerse pública. Pronto sacarán a la luz una nueva coalición ecuménica, algo como un nuevo gobierno mundial que tiene que ver con la religión.
Día 3
El Señor me mostraba que el Papa estaba a punto de anunciar una reforma legal en la Iglesia Católica. Vi al Papa en el Vaticano, firmando un documento muy importante, y después ese documento era duplicado y enviado a todas las iglesias católicas del mundo, así como a iglesias de otras denominaciones, de todas las naciones que forman parte del plan ecuménico que se está desarrollando a nivel mundial.
Luego vi que ese documento era una reforma religiosa. El Señor me mostraba que estas nuevas leyes afectarán a los más débiles. Son leyes engañosas dentro de la iglesia, que harán que la gente peque con mayor libertad. Esta reforma es parte del plan de Satanás.
Vi que estas leyes afectaban a los más ignorantes, inocentes y vulnerables de los que concurren a estas iglesias. Ancianas y ancianos que pasan mucho tiempo en la iglesia quedaban desprotegidos y abandonados. Estas nuevas leyes promoverán el pecado de forma oculta, dándole al hombre más libertad para pecar. Van a crear reglas engañosas que llevarán al pecado de manera encubierta a los que formen parte de estas iglesias.
De esta manera se van a aprovechar de los más frágiles e ignorantes, que no conocen bien a Dios, que no leen la Escritura y que siguen a la Iglesia Católica y a los grupos ecuménicos que se unan a la estrategia del Papa y del Vaticano.
Vi que los ancianos, los enfermos, los solitarios y los desesperados eran los que más se verían afectados por esta reforma.
Los sacerdotes y dirigentes de estas iglesias falsas les dirán lo que tienen que hacer de acuerdo con los problemas espirituales que tengan, ofreciéndoles dirección y supuestas soluciones. Pero el plan secreto y el verdadero resultado será que estas personas terminarán más oprimidas, más atadas por el enemigo, más aisladas y solas.
Esta reforma no solo se aplicará en la Iglesia Católica, sino también en todas las iglesias que se unan a este grupo ecuménico mundial.
El Señor me mostraba que los religiosos católicos con alta autoridad están al tanto de todo lo que se está gestando. Ellos saben que este es el plan de Satanás y forman parte voluntariamente.
Muchas personas con autoridad dentro de esta iglesia también conocen la realidad de lo que pasa, pero están encantadas y no pueden salir de esto, por causa de la hechicería que se ha hecho contra ellos y de las maldiciones que están en sus vidas.
El Señor me mostraba un martillo enorme y me decía que oremos por aquellos sacerdotes que están encantados por la hechicería del Vaticano, para que despierten y puedan enterarse y ver la verdad, porque nuestras oraciones son como martillos que destruyen esas mentiras, y estos hechizos se rompen en algunos curas católicos que no se dan cuenta de lo que está pasando en la alta alcurnia del Vaticano.
Día 4
El Señor me mostraba otra vez en visión una reunión secreta entre el Papa y la gente que trabaja con él en el Vaticano.
En público se colocan los gorros en la cabeza, se visten de negro y rojo y aparentan ser santos, pero ni bien están solos en esas reuniones secretas se los quitan, como símbolo de desprecio hacia Dios. Ahí se muestran tal como son: muy mundanos y arrogantes. Los veía comportándose de una manera despreciable.
El Señor me mostraba que ellos planean cuáles pueden ser las nuevas leyes de la Iglesia Católica, que hacen reuniones donde presentan ideas sobre cómo pueden llevar a la gente al pecado de la forma más rápida pero encubierta, y que esas ideas están inspiradas por Satanás.
El Señor también me mostraba que el Papa y su gente en el Vaticano trabajan junto con brujos y brujas, y mantienen comunicación con ellos para unirse y llevar a cabo los planes del diablo. Hablan con ellos, los ponen al tanto de los planes del enemigo, y luego los brujos y las brujas salen a atacar a los que concurren a las iglesias católicas y ecuménicas, para volverlos más vulnerables y prepararlos para aceptar esta nueva reforma religiosa.
El reino del diablo trabaja de la mano con el Vaticano, y estos brujos y brujas tienen la tarea de ir preparando a la gente espiritualmente, especialmente cuando están durmiendo, para que cuando reciban la noticia de estas nuevas leyes en la iglesia, no se sorprendan y las acepten como algo normal. Los veía metiéndoles ideas en el subconsciente, usando distintos métodos.
El Señor me mostraba que cuando los miembros de estas iglesias reciban la nueva reforma religiosa, que les permitirá pecar con más libertad y con la autorización de sus propias iglesias, muchos van a quedarse confundidos, pensando y meditando para decidir si tienen que aceptarla o no. Vi personas en sus casas preguntándose qué hacer con eso.
Dios dice que a los que de verdad lo buscan dentro de estas iglesias, Él los va a guiar a la verdad. Él los va a inspirar y les va a dar claridad para que vean que lo que promueven estas nuevas leyes no está bien.
Pero aquellos que dicen seguir a Dios, pero en realidad no es así porque están perdidos en el corazón, cuando reciban estas nuevas leyes se van a poner contentos, porque esas leyes les darán la libertad de pecar con la aprobación de su iglesia.
Estas leyes serán como leyes de libertinaje, que darán vía libre a los pecadores dentro de las iglesias. Ya pecaban antes, aunque encubrían sus pecados porque la iglesia los condenaba, pero ahora podrán pecar abiertamente, sin que nadie los reprenda, y se alegrarán, porque ya estaban torcidos en su corazón.
El Señor me decía que la verdadera iglesia de Cristo tiene que orar e interceder por esto que está pasando y está a punto de salir a la luz. Tenemos que avisar a nuestros hermanos sobre los planes del enemigo para que oren e intercedan.
El Señor me mostraba en visión que cuando un cristiano ora, esa oración es como un dardo contra los planes del enemigo. Cada oración dirigida a este tema funciona como una flecha en el espíritu, destruyendo lo que el enemigo hizo en la persona que recibe la oración. Nuestras oraciones destruyen los planes del diablo de hacer caer a una persona en esta reforma y aceptarla.
Vi también que, cuando estas nuevas reglamentaciones lleguen a las iglesias, ellas van a organizar misas especiales para darles la bienvenida y van a festejar que este documento fue decretado, firmado por el Papa y distribuido por el Vaticano al mundo.
Algunas personas se darán cuenta de que algo está mal y se levantarán de la misa para abandonar la iglesia. Pero otras van a estar contentas y se llevarán una copia de este documento a sus casas para difundirlo, igual que nosotros difundimos el evangelio.
Los homosexuales van a festejar, porque esta reforma les permitirá ser miembros activos y aceptados en la iglesia. Van a poder participar de las misas y de los demás rituales católicos.
Vi que ancianas que pasan mucho tiempo en la iglesia porque están muy solas se amargaban al ver que la iglesia se llenaba de homosexuales, y muchas se ponían tristes y se sentían impotentes por no poder hacer nada para revertir la situación.
Vi casamientos de gays y lesbianas autorizados por la Iglesia Católica. Los curas bendecían estas uniones y, luego de casarse legalmente en la iglesia, estas parejas adoptaban niños. Los curas bautizaban a esos niños y recibían con aceptación estos nuevos tipos de familias.
Las nuevas leyes van a permitir el recasamiento. Vi a un hombre de unos 45 años que se había divorciado de su mujer y que iba a preguntarle a un sacerdote si podía casarlo de nuevo con otra, y el sacerdote le respondía que sí, porque la nueva reforma lo permitía.
También vi que los sacerdotes colocaban el rosario en el cuello de los niños pequeños y les pedían que vayan a sus casas a rezar por esta reforma. Y los niños iban a sus casas y rezaban el rosario por los homosexuales y las lesbianas, por los niños adoptados por ellos, por los que quieren recasarse y por todas estas nuevas leyes que había sacado el Papa. Esto era para ir preparándolos, para que cuando sean más grandes, todo esto les parezca normal y sigan el mismo camino.
Vi que estas nuevas leyes dejarán al descubierto, sin protección, a las viudas y a las señoras mayores que forman parte de estas iglesias. El Señor me insistía mucho con esto. Antes de esta reforma, ellas tenían cierta cobertura por parte de la iglesia, pero ahora, con estas nuevas leyes, van a quedar «en el aire», expuestas, sin ayuda y más vulnerables que nunca.
Vi cómo el Papa se reía en el Vaticano por este documento que está a punto de sacar a la luz. Se reía de la gente que es ignorante de los planes secretos del Vaticano. Se engrandecía por dentro y pensaba: «Yo voy a hacer lo que quiero», y se burlaba de la gente que va a ser afectada por este nuevo edicto del Vaticano.
Luego vi en el Vaticano a un grupo de niños varones que los curas estaban preparando para ser sacerdotes. Estos niños iban hacia donde estaba el Papa, y el Papa les hablaba sobre esta nueva reforma y les entregaba copias. Ellos las estudiaban y después empezaban a mirarse entre ellos con lascivia, porque al estudiar y aceptar esta reforma les entraban espíritus de homosexualidad, y estos niños se volvían homosexuales desde temprana edad.
Dios también me mostraba que en la Iglesia Católica se promueve el lesbianismo entre las monjas, y vi monjas haciendo orgías entre ellas en conventos. Eran todas mujeres. El Señor me mostraba que en las instituciones católicas se promueve más la homosexualidad que las relaciones heterosexuales, aunque lo hacen a escondidas. Hay más monjas lesbianas y curas gays que heterosexuales.
El Señor me mostraba visiones sobre lo que hacen las monjas y los curas, y eran imágenes asquerosas: orgías, depravación, abuso de niños. Vi que las monjas tienen escondidos objetos sexuales que utilizan en estas fiestas ocultas, y que ellas van pasando y enseñando costumbres homosexuales a las niñas y a las adolescentes que viven en los conventos e internados, transfiriéndoles espíritus de lesbianismo y contagiándolas con sus costumbres homosexuales desde temprana edad.
Luego de cometer algún pecado de inmoralidad sexual, las monjas les dicen a las internas: «No importa si pecaste por haber tocado a tu compañerita, porque ahora solo tienes que arrodillarte en la capilla y rezar para pedirle perdón a Dios por lo que hiciste, y con eso basta». Les enseñan a pecar y las vuelven homosexuales, y después les dicen que si confiesan lo que hicieron, Dios las perdona, como si nada pasara.
El Señor me decía que cuando el Papa publique esta reforma, este documento se va a esparcir por el mundo. Va a ser como una semilla que crece y se convierte en planta, y esa planta echa nuevas semillas que hacen crecer más plantas, y así sucesivamente se va a ir dispersando por todo el mundo. Las oraciones de los santos van a cortar algunas de estas plantas, pero no todas, porque es algo que tiene que pasar.
El Señor revela los planes secretos que los malos traman en la oscuridad, para que los que recibimos estas revelaciones llamemos a los santos a interceder por esto.
El Señor me mostraba que, para que una persona sea protegida y no crea, caiga ni participe de este engaño, debe permanecer limpia en su espíritu. Sus vestiduras deben permanecer blancas. Solo los que permanezcan lavados en el espíritu serán inmunes a caer en estas mentiras y doctrinas de demonios. Nosotros tenemos que permanecer santificados para que todo esto que va a pasar no nos afecte de ninguna manera.
El Señor me decía que la iglesia tiene que permanecer unida, como un solo cuerpo, para que el diablo no nos despedace con estas nuevas reglas religiosas que se van a esparcir por todo el mundo católico y ecuménico.
El Señor también me decía que la iglesia tiene que orar especialmente por los niños, porque el diablo está detrás de esta generación, levantando niños para sí mismo.
El Señor me mostraba que viene una generación de niños que serán más fuertes que los adultos. Vi niños escribiéndole una carta a Dios, y Él me decía: «Yo quiero que los niños me escriban y me hablen», y que nosotros debemos enseñarles a nuestros niños a no aceptar estas nuevas reglas, que se van a volver algo normal y aceptado por la sociedad.
Dios me decía que los padres deben enseñarles a sus hijos las cosas de Dios para que todas estas cosas no los afecten ni los lleven por el mal camino, y para que no sean partidarios de estas cosas. Las madres cristianas deben ser firmes y decir un NO rotundo a estas cosas en sus casas, porque va a ser normal entre los niños los casamientos entre homosexuales, los recasamientos, los hijos adoptados en parejas de gays y otras aberraciones.
Esta reforma es un insulto hacia Dios y se va a levantar contra Él, promulgando todo lo contrario a las leyes de Dios que encontramos en la Biblia, incluyendo lo que tiene que ver con el aborto y la posición de la mujer en la iglesia, porque el Vaticano busca exaltar a la mujer y colocarla en posiciones de autoridad que el Señor nunca permitió.
La reforma buscará con éxito que todo lo que Dios dijo que no hagamos esté permitido dentro de la religión católica y ecuménica, dando vía libre de parte de las autoridades del catolicismo al pecado, a la perversión, a la depravación y al degeneramiento total de la naturaleza del hombre.
Palabras de cierre
Así que, amados hermanos, lleven esta revelación en oración ante Dios para pedir discernimiento y dirección sobre qué hacer con esto, para pedir unción e interceder por todas las personas que deben ser rescatadas de estas falsas doctrinas, de estas cosas que Dios nunca mandó que hagamos.
Yo amo a las personas que son católicas o de otras religiones y deseo que se salven, y por eso comparto esta revelación en amor. Pero también hay que hablar la verdad, y nosotros, los que somos parte del cuerpo de Cristo y realmente tenemos el amor de Dios, tenemos que levantarnos y abrir nuestras bocas para que otros despierten. Tenemos que trabajar y ser la luz y la sal del mundo, para que más personas vengan a Cristo, entiendan los planes del diablo y puedan salir de esas mentiras y ser salvos y lavados en Jesús.