Hola, hermanos. Bendiciones en el nombre de Jesús. Hoy les voy a estar compartiendo una revelación que me dio el Señor un día que estábamos orando en familia, con mi esposo y con mi hija de 10 años. Estábamos hablando por la noche, antes de irnos a dormir juntos los tres, y cuando estábamos orando, sentí que el Señor quería hablar, quería darnos un mensaje. Entonces, comencé a profetizar, y el Señor empezó a hablar sobre la familia, sobre la importancia de estar unidos, de estar preparados para todo lo que viene en la vida de una familia cristiana. Mientras el Señor hablaba, me mostró que Él va a permitir que Satanás le pegue a puño cerrado a cada familia cristiana para probarla. Esto no va a ser como un castigo.
El Señor dice: Yo quiero ver quiénes son realmente los que son míos, los que están fundados sobre la roca, los que están preparados esperándome, los que confían en mí, los que están juntos, los que están educando a sus familias, los que tienen a sus esposas (en el caso de los hombres) bajo un santo sometimiento en el orden divino en el cual Dios creó a la familia. Yo quiero ver cuál es la familia cristiana que realmente les está enseñando a sus hijos cómo conocer a Jesús, cómo seguirlo, cómo ser un hijo o una hija de Dios.
El Señor me mostró una imagen donde yo (Noelia) veía en el espíritu el puño del diablo pegándole a cada casa. Yo veía casas que supuestamente eran familias cristianas, pero cuando Satanás les pegaba, esa casa se caía. Y veía otras casas donde Satanás les pegaba con el puño y la casa solamente se movía un poquitito, pero no se caía. Y veía casas que cuando Satanás les pegaba no se inmutaban ni se les movía ni un pedacito de ladrillo.
[Mateo 7:24-27, RVR1960] Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
Todos nosotros sabemos, los que seguimos a Jesús, que la Roca, el fundamento nuestro, de nuestra vida, es Jesucristo. Por lo tanto, el Señor dice: Ustedes, como familia, deben estar alertas a las trampas del diablo. Deben dejar a un lado las discusiones, las peleas, la ira. Deben permanecer unidos, orando cada día, bendiciendo la comida, fundando su vida, la vida de sus hijos, la vida de su pareja en mí, dice Jesús.
Así que yo te pregunto hoy, hermano, hermana: ¿Está tu casa fundada sobre la Roca, para cuando el Señor permita que el diablo le pegue a puño cerrado, esté preparada? Esto es serio, hermanos, y los insto a prepararse en Jesús. Habiten en Jesús, pongan su foco en Él, antes que en los hombres. Escuchen lo que Él quiere de ustedes. Cumplan lo que Él nos ordenó. Lean la Palabra por sobre todas las cosas, para entenderlo, para conocerlo mejor, para saber qué le gusta, qué no le gusta, qué quiere.
Oren cada día en familia, fortaleciendo los lazos y las uniones. Gasten tiempo en comunión con Él, en soledad, tratando de escucharlo; no solamente de orar, sino de estar en comunión, arrodillados en el piso de la habitación; solos, sin ningún ruido externo que les interrumpa su comunicación con Él; o solamente gastando tiempo para estar con Él, en soledad, en comunión, en silencio; porque este mundo está terrible, hermanos, y necesitamos esos momentos diarios de comunión y de soledad con nuestro amado Señor Jesús.
Así que este fue mi mensaje por hoy, hermanos. Dios los bendiga grandemente, y oro en el nombre de Jesús para que el Espíritu Santo vaya fuertemente sobre sus casas y los ayude a reconectarse con su familia, a fortalecer los lazos familiares como Jesús quiere, como nuestro Dios y Padre lo pensó. Amén.