Dice Jesús: Benditos míos, apártense de la maldad. Los corazones que están sucios deben ser limpiados. Mi amor limpia y renueva, mi pureza lava y mi poder restaura. Yo soy el elegido. Yo soy el Hijo de Dios. Yo soy el que ha sido crucificado para salvar al mundo. El derramamiento de mi sangre compró a muchos por gracia.
[Isaías 42:1, RVR1960] He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones.
Mis elegidos, ustedes son poderosos. La mano de mi Padre está sobre ustedes. El malo no puede tocarlos, a menos que se alejen de mí. Pero si permanecen en mí, ustedes habitan en un poder mayor que el del reino de las tinieblas. Sean conscientes de esto. Anímense a todo, porque Yo estoy en ustedes. Vayan adelante, porque Yo soy el que los impulsa.
[1 Juan 4:4, RVR1960] Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.
Ámenme con fidelidad, con un fuego que no se apaga con nada. Cuiden de ese fuego. No permitan que disminuya. Ustedes tienen que ser una «vela caminante» que, a donde va, alumbra. Ustedes deben permanecer apasionados por mí, con amor ferviente hacia mí, de modo que cuando se acerquen a alguien, el fuego de amor que habita en ustedes consuma a esa persona, y ella pueda sentirme cerca.
Ustedes deben arder de amor por mí, para que cuando se acerquen a una persona que está en el mundo, el fuego que habita dentro de ustedes consuma las duras paredes del corazón de esa persona, paredes que provocaban una separación entre ella y Yo. Si ustedes aprenden a mantener esa llama encendida y ardiente de amor por su Salvador, a donde quiera que vayan, van a caer las escamas de los corazones de aquellos que no me conocen, debido a este fuego consumidor que habita en ustedes.
[Mateo 13:43, RVR1960] Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.
Sean conscientes de esto que les digo. El poder de los elegidos de Dios es majestuoso. Aprovechen esto. Tomen ventaja para mi reino. Ustedes son una «llama caminante» que lleva el amor a donde quiera que vayan. Ustedes son portadores de mí. Cristo está en ustedes. YO vivo en ustedes.
[Juan 14:23, RVR1960] Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
Ustedes son como una «bomba de luz», y cuando van caminando, van quemando la maldad a su alrededor. Los demonios que están en el aire huyen porque se queman. Las personas que están cerca de ustedes sienten convicción de pecado, arrepentimiento y respeto por causa de mi presencia.
Cuando ustedes se acercan a ciertas personas, Yo, a través de ustedes, comando a los demonios que están adentro de ellas a que salgan. Cuando ustedes están en mí, son como una estrella que va caminando en la tierra. Cuanto más santificados están, más grande es su luz, más influencia tienen a su alrededor.
[Mateo 5:14, RVR1960] Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
Sabiendo esto, ya no se dejen amedrentar por el diablo, pues él sabe que su poder es limitado cuando se trata de mis escogidos y que la mano de Dios está sobre ellos, a menos que mi Dios permita que el diablo los toque para probarlos. Pero nada puede hacer éste (el diablo) si no está aprobado por mi Padre. El diablo no controla nada. Solo sirve, creyendo que no lo hace.
Por eso, ustedes, mis amigos, no deben temer al malo, sino someterse a mí con amor incandescente, estando conscientes de todo lo que les he dado, estando conscientes del poder que habita en ustedes en todo momento; no temiendo nada, sino viviendo en reverencia y con temor al que tiene el poder de destruir el alma, esto es, al que la hizo.
[Mateo 10:28, RVR1960] No temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
Vivan por mí, adquieran sabiduría de la fuente que está en el cielo, beban de mis aguas dulces de gozo y alegría, porque uno más grande que el que está en el mundo habita en ustedes, capaz de destruir todo y de establecer cosas nuevas. Vivan confiando cada día en mi poder y en mi deidad, en la autoridad que tengo por haber renunciado a todo para salvarlos. Mi Padre me entregó todo a mí; todo lo sujetó debajo de mis pies, aunque todavía falta que vengan más hijos a la gloria. No retengan lo que saben; distribúyanlo a los cuatro vientos. Ustedes deben ser como un panadero (la flor «diente de león») que cuando sopla el viento, sus vilanos son dispersados por todos lados, sembrando la tierra a su alrededor.
[Marcos 4:3, RVR1960] Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar.
Utilicen el poder de sus bocas. Cuando ustedes hablan, espíritu de vida o espíritu de muerte sale de sus bocas, dependiendo de las intenciones del corazón. Porque lo que hablan sale del corazón, es un movimiento espiritual generado por la motivación que, cuando llega al receptor, repara o destruye, bendice o maldice, sana o enferma, aclara o confunde, ilumina u oscurece, esclaviza o libera, da convicción de pecado o lo apaña.
[Proverbios 18:21, RVR1960] La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos.
Ustedes, los que han nacido de nuevo, deben saber quiénes son en mí: que son un espíritu vivo, que tienen a su disposición la fuente de la sabiduría, que han sido vivificados, que están siendo restaurados, que son los hijos del reino, del Altísimo: ustedes son de la realeza, son hijos del Rey. Ustedes son los «blancos» de mi Padre, ustedes son las luces que iluminan en medio de la oscuridad de la Tierra, ustedes son los santificados, los que están siendo preparados para la revelación de lo que ha de venir.
[Romanos 8:9-11, RVR1960] Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
Ustedes son mis perfectos, los que heredarán el reino de Dios. Ustedes son los elegidos, los escogidos de entre la multitud. Ustedes son mis llamados y mis escogidos, los que supieron vencer. Ustedes son el remanente, lo que quedó luego del zarandeo (cuando se separa la paja del trigo), ustedes son lo mejor de lo mejor: los seleccionados. Estos son los que han sido probados por fuego y han permanecido. Ustedes son los que han sido refinados. Les hablo a mis escogidos.
[1 Pedro 2:9, RVR1960] Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.
No se dejen intimidar por el enemigo; más bien, conozcan sus artimañas, entiendan su mente, sus estrategias, para que sepan cómo tienen que responder. Colóquense la armadura completa y háganle frente al contrincante. Mediten en la jugada del enemigo, estudien sus movimientos, porque el príncipe de las tinieblas es astuto y muy estratégico, y crea laberintos para llevar a la gente a la perdición, sin que ellos sepan a dónde van. Pero ustedes, mis amigos, cuando se sientan bajo ataque, deben pedir luz en el asunto, inspiración, para entender qué es lo que pasa y saber cómo deben defenderse y atacar.
[Romanos 8:31-33, RVR1960] ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.
El que no sabe que tiene una linterna, no puede usarla. Así son los que no saben el poder que tiene la luz que habita en ellos; viven como hombres y mujeres comunes, sin sacar provecho de esta condición, sin acercarse a mí lo suficiente como para que Yo les enseñe qué tienen que hacer con ese poder. Tú debes buscar hasta encontrar, dice el Señor. Tú debes llamar, hasta que se te abra, haciendo uso de tu derecho celestial de ser llamado «hijo del reino». Reclama tu herencia, sé consciente de tu derecho al ser llamado «hijo de Dios». Amén.
[Efesios 2:19, RVR1960] Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios.
[Romanos 8:17, RVR1960] Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.