Dice el Alfa y la Omega, el principio y el fin, la fuente de la sabiduría, la fuente de la vida: A ustedes les estoy hablando, pueblo mío. Hijos míos, Yo estoy llamando a un pueblo santo, lleno de justicia, sin mancha alguna. Todo aquel que quiera venir a mí, Yo lo estoy esperando.
Mi reino espera a los justos. Mis ojos quieren ver a los que están blancos. Mis oídos quieren escuchar sus palabras de justicia. Levántense para luchar para mí, colóquense la armadura completa y oren en todo tiempo. Yo voy a venir a buscarlos en el momento dado, y en un abrir y cerrar de ojos ustedes se reunirán conmigo y todo lo que he dicho se cumplirá, y todo lo que anunciaron los profetas se va a consumar.
[1 Corintios 15:52, RVR1865] En un momento, en un abrir de ojos, a sonido de la final trompeta; porque será tocada la trompeta, y los muertos serán levantados incorruptibles y nosotros seremos transformados.
Porque soy un Dios fiel que cumple sus promesas, Yo vendré a buscarlos. Ustedes tan solo no teman y limpien sus vestiduras de cualquier rastro de iniquidad. Yo los estoy observando. Estoy observando sus decisiones y el camino que toman.
Iglesia mía, alístate, porque estoy pronto a buscarte y quiero encontrarte lista y preparada. No temas en nada lo que ha de venir, porque Yo voy a mover todo de su lugar. Voy a quitar algunas cosas de sobre la tierra y voy a poner otras. Ya pronto me manifestaré a ustedes y me verán venir con gran gloria y poder sobre todo lo que existe. Por eso ustedes deben permanecer despiertos, esperando mi regreso, esperándome a mí, que soy el dador de la vida.
[1 Tesalonicenses 1:10, RVR1865] Y para esperar a su hijo de los cielos, al cual él levantó de los muertos, es a saber, Jesús, el cual nos libró de la ira que ha de venir.
Siervos míos, preparen sus casas, limpien la inmundicia de sus hogares, eliminen cualquier actividad pecaminosa de ellos, porque voy a venir con GRAN luz y todo lo que no es de mi reino quedará expuesto bajo esa luz. Hijos míos, despierten ahora del sueño que están soñando y apártense del mundo. Los deseos de la carne son pasajeros y solo llevan a la muerte. Despierten a mí. Conozcan una nueva luz. Lávense con mis aguas. Divulguen el evangelio a quienes no me conocen. Abran sus bocas en favor de mi cruz. Compartan con otros el derecho de ser hijos del reino. Sean generosos. Abunden en fe, porque el que camina en fe camina en el espíritu.
Hijos míos, existe todo un mundo espiritual del cual ustedes no están del todo conscientes. Es un imperio mucho más vasto que el material. Ya todo está listo. La mesa está puesta, los candeleros encendidos y el banquete preparado. Solo faltan los invitados a mis bodas. De un momento a otro moveré todo y lo desestabilizaré, y removeré toda impureza de la tierra.
Ya todo está preparado. Mis ángeles están al lado de cada persona, esperando la orden para llevar a mi reino a los míos. A la final trompeta todo cambiará, y los que tienen mi sello serán levantados en el aire y todos juntos iremos hacia arriba para habitar en lugares celestiales con el que vive para siempre. Un estruendo se oirá y la trompeta sonará, y levantaré a los míos conmigo en el aire, y serán redimidos de toda injusticia. Serán levantados con poder y llevados en gloria hasta lo alto, donde habita el Padre de las luces.
[1 Tesalonicenses 4:16-17, RVR1865] Porque el mismo Señor con algazara, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo y los muertos en Cristo resucitarán los primeros, luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire y así estaremos siempre con el Señor.
Hijos míos, no se distraigan. ¡Velen! Pronto vengo a buscarlos. Vengo a llevarme conmigo a los puros de corazón, a los que se entregaron por completo, a los que dieron todo por mí, a los que sufrieron por mi causa, a los que están cansados de llevar su cruz. Voy a llevar conmigo a los que tienen las manos gastadas de trabajar, pero limpias de corrupción, limpias por no haber tenido ganancias deshonestas.
Ningún impuro entrará en mi reino. Por lo tanto, dice el Señor, arrepiéntete ahora de toda maldad, ponte tus vestiduras blancas y lávate las manos, para que cuando venga a buscarte te encuentre limpio y ordenado, preparado para encontrar mi luz y sin vergüenza. Ciñe tu cinturón y toma tu espada.
Mi Padre y Yo estamos trabajando para levantar a los justos. Los levantaremos en el aire. Vendremos con justicia a juzgar a las naciones, y el que no está listo se quedará. Pero tú sé más inteligente y prepárate para mi llegada, porque Yo estoy pronto a venir, dice el Señor, y me llevaré solamente lo que está blanco, porque los que están limpios brillan y sobresalen y resplandecen como cuando un rayo de sol se refleja contra la nieve blanca. Ustedes deben ser así: justos, buscando hacer justicia en todo momento, buscando hacer lo recto. Ustedes deben permanecer limpios, para ser dignos de entrar en mi casa, porque en mi casa nada sucio hay. Todo es perfecto allí, pulcro y ordenado.
Hijos míos, velen por mi llegada. Yo voy a venir como ladrón en la noche a buscar lo que me pertenece, a buscar a aquellos que están cansados de sufrir por mí, a buscar a aquellos que me sirvieron noche y día. Prepárense ahora, dice el Señor, y no permitan que nada que no esté limpio entre en sus casas. Ordenen sus familias. No permitan que haya ningún pecado en sus casas. Sujeten a sus hijos con toda sujeción. Preparen a sus mujeres. Eleven sacrificios de oración para mí.
[1 Tesalonicenses 5:2, RVR1865] Porque vosotros sabéis perfectamente, que el día del Señor, como ladrón en la noche, así vendrá.
Yo los estoy llamando a que se limpien una y otra vez. Yo soy el Señor de las oportunidades, pero mi Padre está cansado y pronto su ira se va a derramar sobre la tierra, sobre aquellos que no quisieron escucharme, sobre aquellos que tomaron mi gracia como una garantía de salvación, sobre aquellos que despreciaron mis advertencias. Pero Yo le hablo a mi pueblo incesablemente a través de mis profetas, les hablo a su corazón, les hablo en su mente, y muchos aun así no quieren escucharme. No quieren escuchar mi voz, porque cuando me escuchan no les gusta lo que escuchan. «No es fácil», dicen.
Hijos míos, prepárense. Los estoy llamando a que se preparen. Conviértanse a mí de todo corazón y no a medias, porque Yo soy un Señor TOTAL. Yo soy un Señor verdadero y no hay medias tintas en mí. Todo lo que hago es absoluto y total y verdadero, y mis hijos son iguales a mí. Despierta ese deseo en ti, dice el Señor, de amarme con todo tu corazón. Ruega a mí que Yo te toque con mi dedo en tu pecho para que ya nunca más seas el mismo.
Limpia tus pensamientos. Estate atento a lo que piensas y elimina los pensamientos que no sirven. Prepárate en mí para que cuando Yo venga a buscarte te encuentre listo y esperándome, y encuentre que ya has lavado tu casa, y te encuentre con dominio propio, con autocontrol, y te encuentre dominando lo que piensas, te encuentre dominando la carne, porque para poder llevarte necesito que estés preparado, dice el Señor.
[1 Tesalonicenses 5:23, RVR1865] Y el mismo Dios de paz os santifique cabalmente; y que todo vuestro espíritu, y alma y cuerpo sean guardados irreprensibles para la venida de nuestro Señor Jesu Cristo.
Vamos ahora, hijos míos. Levántense a luchar como un verdadero guerrero espiritual. Prepárense y estén listos para mí, porque cuando Yo venga, voy a llevar a pocos, y muchos se quedarán por haber sido tibios, por no haber querido escuchar mi corrección, por haberse engañado a ellos mismos en el corazón, diciendo que podían ser mitad del mundo y mitad míos. Pero esto no es cierto, hijos, porque para poder pertenecerme ustedes deben darse por completo a mí y no seguir las modas del mundo, porque el mundo le pertenece al diablo.
Ahora escuchen mi voz, dice el Señor, y respondan a mi llamado. Yo estoy pronto a venir y quiero encontrarlos preparados. No quiero perder a ninguno de ustedes, pero ustedes tienen libre albedrío, libre albedrío que Yo no puedo tocar. Ustedes deben decidir si entregarse a mí por completo o no, porque en eso está mi gloria, dice el Señor: en que decidan a favor de mí.
Así que ahora no menosprecien las profecías, no menosprecien las señales, y prepárense, porque el tiempo se acaba y ya no queda nada, y pronto vendré con toda mi gloria desplegada y mis ejércitos, con mi caballo blanco y mi espada de doble filo, y mi solo respirar va a destruir a todos los inicuos y nada va a quedar en la tierra.
[1 Tesalonicenses 3:13, RVR1865] Para que sean confirmados vuestros corazones en la santidad irreprensibles delante del Dios y Padre nuestro, en la venida del Señor nuestro Jesu Cristo con todos sus santos.
[2 Tesalonicenses 1:7, RVR1865] Y a vosotros, que sois atribulados, daros reposo juntamente con nosotros, cuando se manifestará el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder.
Aquí estoy Yo, esperándolos, esperando que se laven, esperando que me escuchen, esperando que respondan. Contesten mi llamado y prepárense para que cuando venga los encuentre limpios y meditando en mí. Yo soy un Dios justo y no voy a permitir que nadie sucio entre a mi reino junto con los justos. Porque mi justicia es perfecta y todos los de humilde corazón saben esto: que Yo no permitiré que entre ningún inmundo a mi reino.
Estoy pronto a venir a buscarlos. Lean las Escrituras, investiguen acerca de los tiempos, pregunten a mí todo lo que quieran saber y Yo les responderé. Amigos míos, tengo ansias de que el tiempo se cumpla y estemos juntos celebrando. Quiero a todos y a cada uno de ustedes en mi regazo. Entréguense a mí y límpiense, y Yo no los voy a dejar. Amén.
[Juan 14:3, RVR1865] Y si me fuere, y os aparejare el lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.