Traducciónes: inglés
Hace unos días, Dios me dio un sueño junto con su interpretación.
Veía la tierra desde arriba, como si fuera de noche. Sobre la tierra había nubes, por encima de las nubes flotaba una especie de tinieblas, y por encima de esas tinieblas flotaban espíritus de mujeres.
Estos espíritus llevaban una capa larga hasta los pies, de color gris oscuro, con capucha. No se movían, no hablaban y tenían los ojos cerrados. Eran apagados, sin vida, y su piel se veía oscura. Estas mujeres eran como zombis.
Luego veía mujeres en diferentes partes del mundo, haciendo su vida normal: iban de compras, a la peluquería, se juntaban con amigas, tomaban el té o charlaban.
Algunas de ellas iban a la iglesia los domingos y hablaban de Dios. Vivían tranquilas, disfrutando del mundo, y Dios me mostraba que pensaban que estaban salvas. Se sentían seguras, convencidas de que su salvación ya estaba asegurada y nada podía tocarlas, pero vivían igual que los pecadores y no se daban cuenta.
Después, Dios me dio la interpretación del sueño.
Cada espíritu que flotaba por encima de las tinieblas corresponde a una mujer que está viva en la tierra, cumpliendo con sus actividades normales. Sus cuerpos están vivos, pero sus espíritus están muertos.
Esas mujeres van a la iglesia y piensan que ya están salvas, pero sus vidas no muestran que han nacido de nuevo. Siguen viviendo una vida mundana.
Son felices, pensando que eso es todo, que ya están salvas y que si mueren van a ir al cielo. Pero sus espíritus nunca han cobrado vida. Si murieran en este momento, no tendrían vida en el espíritu, porque nunca la recibieron.
Ellas nunca han tenido una relación personal con Jesús. No lo han conocido realmente. Viven una vida mundana. Están muy metidas en el mundo, pero piensan que conocen a Jesús.
Jesús me decía: En realidad, estas mujeres nunca me conocieron. Piensan que están vivas, pero están muertas y no me conocen. Yo quiero tener una relación personal con ellas, pero su espíritu duerme. No pueden verme, no pueden escucharme, no pueden sentirme, porque están en tinieblas, y mi Padre y Yo habitamos en la luz. Mientras sus espíritus no tengan vida, no pueden acceder a donde estamos mi Padre y Yo, porque nosotros habitamos en la luz, donde moran los espíritus vivos.
[1 Timoteo 6:16] El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.
Jesús me decía: Diles a estas mujeres que me busquen. Diles que se despierten, que busquen una relación personal conmigo, que me conozcan, que oren a mí en soledad, en la intimidad, que primero busquen una relación cara a cara conmigo para que puedan conocerme a mí y a mi Padre y tener comunión con nosotros en la luz donde habitamos.
¿Cómo puede pasar esto? Esto pasa porque muchas de ustedes creen en Dios y en su Hijo, pero no los conocen. No tienen una relación cercana y personal con ellos, porque si tu espíritu está muerto, está separado de Dios. No tienes acceso a donde están ellos, porque el Padre y el Hijo habitan en la luz. Ellos son vida, son luz, y tu espíritu está en tinieblas. Todavía no ha recibido la vida.
Quizás te preguntas: «Bueno, pero ¿cómo puedo conocer verdaderamente a Jesús y tener una relación personal con Él?» La Biblia dice:
[Juan 14:21] El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
[Juan 14:23] El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
Tienes que odiar y rechazar el pecado, vivir en santidad y guardar los mandamientos de Dios.
Si crees que estás guardando los mandamientos de Dios, pero igual sentís que no conociste a Jesús, que no tienes una relación personal con Él, que no tienes lo mismo que cuentan otras personas que sienten su presencia, que hablan con Él cada día, que oran y Él les responde, que tienen la guía del Espíritu Santo, entonces puedes orar a Él.
Dile: «Señor, te necesito. Si estoy haciendo algo que está mal, si no estoy obedeciendo tus mandamientos, si hay algo escondido de mi conciencia que estoy haciendo mal y no me permite conocerte, por favor, muéstramelo. Muéstrame el camino. ¿Qué puedo hacer para conocerte?»
[Lucas 11:13] Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
Tienes que orar sin cesar. Orar debe ser lo primero en tu vida, porque tu espíritu está muerto. Si mueres ahora, tu espíritu no va a ir arriba, porque que no puedes entrar en la luz con un espíritu desconectado de la vida y de Dios.
Tienes que entregarle tu vida a Jesús por completo, no solo una parte, no solo los domingos, sino cada día: siguiendo sus mandamientos, leyendo la Palabra y haciendo todo lo posible para que Dios realmente se manifieste en tu vida y puedas sentirlo y conocer a Jesús.
Si te entregas a medias, si eres una mujer tibia, si piensas que basta con orar una vez al día o ir a la iglesia los domingos o dos veces a la semana, pero después vuelves a tu casa y sigues siendo la misma mujer mundana, materialista y superficial como el resto del mundo, ¿qué mérito tienes?
Jesús pide que nosotras nos entreguemos por completo, que seamos su esposa blanca como la nieve, que no tengamos pecados, que obedezcamos su Palabra y que hagamos todo lo posible para servirle cada día. Eso es lo que hace la diferencia.
[Apocalipsis 3:16] Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
El que ama a Dios va a ser obediente, como dice en Juan 14:23: «El que me ama, mi palabra guardará.»
Si amas a Dios, vas a ser obediente a Él en todo, no solo en lo que te conviene. Vas a obedecer no solo las partes de la Biblia que te gustan, sino todo lo que Él dice. Y si haces eso, si le obedeces de todo corazón, la Biblia dice:
[Juan 14:21] El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
[Juan 14:23] El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
Si aún no conociste a Jesús y quieres tener vida en el espíritu, ora a Él y dile: «Jesús, no sé si existes, no sé si eres real, pero quisiera conocerte y tener vida en el espíritu. Por favor, te pido de corazón, muéstrame el camino, dime lo que tengo que hacer y revélate a mí, para que yo pueda seguirte, conocerte, entenderte y también arrepentirme de todos mis pecados, para que puedas limpiarme y volverme una persona nueva.»
[Deuteronomio 4:29] Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma.
Todo el mundo puede recibir este regalo. Solo hace falta estar totalmente dispuesto en el corazón a buscarlo de verdad, y Él se va a manifestar en tu vida.
Si te consideras una mujer cristiana, si te bautizaste en agua y estás haciendo todo lo posible, pero sientes que no tienes esa relación personal con Él de la que hablan otras personas, entonces te falta el bautismo del Espíritu Santo.
Sin el Espíritu Santo, tu espíritu sigue suspendido en esas tinieblas y no tiene vida, porque no ha recibido la luz. Tienes que ser obediente en absolutamente todo lo que dice la Palabra. Tienes que orar sin cesar y buscar una relación personal con Él, encerrándote en la intimidad. No alcanza con ir a un templo si tu vida sigue siendo la misma.
Cuando realmente conozcas a Jesús de verdad y Él se presente en tu vida, no vas a ser la misma. No vas a tener ninguna duda de que Él se presentó en tu vida, de que el Espíritu mora en ti, y eso solo es posible cuando el Espíritu toma morada en ti.
[Juan 3:5] Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
El mensaje principal que me dio Jesús para las mujeres que todavía no lo conocen, que no tienen una relación personal con Él, es: orar, ayunar y buscarlo desesperadamente. Debes despertarte. No te duermas. Despierta de ese sueño. La Biblia dice: «Ya es hora de que nos despertemos de este sueño.»
Si sientes que adentro tuyo eres una zombi espiritual, hasta que no te mueras no todo está perdido. Tal vez tu espíritu hoy no tiene vida. Estás en las tinieblas, sin luz, sin contacto con Dios. Pero hay una posibilidad. La Biblia dice:
[Efesios 5:14] Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo.
[Mateo 6:6] Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Nosotras tenemos que poner de nuestra parte. Tenemos que hacer todo lo que Dios nos dice, ser obedientes, bautizarnos en agua y buscar con entrega y desesperación el bautismo del Espíritu Santo. Solamente cuando Él se manifiesta en ti, tu espíritu cobra vida. Si tu espíritu no tiene vida, no puedes ir hacia donde está el Padre y el Hijo. No puedes ir a la presencia de Él, porque tu espíritu está muerto. No tiene luz, no tiene vida.
[Efesios 5:8] Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz.
Hasta que tu espíritu no tenga vida, no eres una verdadera hija de Dios. Esto lo debes saber. Dios es un Dios de vivos, no de muertos, y para poder llamarlo Abba, Padre, solo podemos hacerlo cuando nuestro espíritu está vivo. Solo cuando tu espíritu cobra vida vas a sentir de verdad que Él es un Padre celestial, y Ellos (el Padre y el Hijo) se van a manifestar a ti.
[Romanos 8:15] Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
Espero que el mensaje haya sido lo más claro posible. Lo comparto con todo mi amor y agradezco nuevamente al Padre y a Jesús por manifestármelo. Quiero decirles que las quiero mucho, que deseo que Dios las bendiga y que reciban la vida en el espíritu y no se duerman.
Queda poco tiempo, y podría ser hoy mismo que termine tu vida en este mundo y no tengas la vida necesaria en el espíritu para poder encontrarte con Dios Padre y con Jesús.
Sean benditas en el nombre de Jesús.