Hola, ¿cómo están? Soy Noelia. Hoy les voy a entregar un mensaje que me dio Dios para ustedes. Hace unos días, Dios me dio un sueño con su interpretación, y acá estoy para entregárselos. Vamos a orar juntas primero.
Gracias, Señor, por entregarnos este mensaje, por utilizarme para entregar este mensaje. Te pedimos juntas, que nos des humildad para poder entender de qué se trata este mensaje, para poder recibirlo, para poder aceptarlo, para poder edificarnos. No me permitas contaminar tu mensaje. Dame la habilidad de poder comunicarlo limpio, como Tú quieres que lo entregue, y que no sea contaminado con mi mente. Haz que llegue a los corazones que tiene que llegar.
En el sueño, se veía la tierra desde arriba, como si fuera de noche, y por encima de la tierra estaban las nubes. Por encima de las nubes flotaba algo parecido a niebla oscura o tinieblas, y por encima de esas tinieblas flotaban varios espíritus de mujeres. Estos espíritus estaban vestidos con una capa larga hasta los pies, de color gris oscuro, con capucha. Eran varios espíritus dispersos, flotando un poco más arriba de las tinieblas, pero estos espíritus estaban suspendidos. No se movían, no hablaban, tenían los ojos cerrados y estaban oscuros. Estaban como apagados. Como dormidos se veían. La piel de las mujeres se veía oscura, sin vida. Eran sin movimiento los espíritus. Eran como mujeres zombis.
Yo veía en las diferentes partes del mundo varias mujeres de diferentes culturas que hacían su vida normal. Yo veía a mujeres que iban de compras, que iban a la peluquería, mujeres que se juntaban con sus amigas, que tomaban el té, que charlaban, que hacían diferentes actividades normales de una vida normal, y también hasta mujeres que iban a la iglesia los domingos, y se las veía como hablando de Dios.
Estas mujeres estaban tranquilas, disfrutando del mundo, y Dios me mostraba que ellas pensaban que estaban salvas, pero en realidad no se daban cuenta de que llevaban una vida igual a la de los pecadores. Ellas, igualmente, se sentían seguras, como que nada las podía tocar, como que su salvación ya estaba realizada. Después de ver estas imágenes, Dios me dio la interpretación de este sueño.
Cada espíritu que flotaba en las tinieblas como muerto correspondía a cada mujer que yo veía en la tierra, que estaba viva, haciendo todas sus actividades normales. Sus cuerpos en la tierra estaban vivos, funcionando normal, pero sus espíritus estaban muertos.
Ese era el mensaje principal que Dios me dio sobre lo que yo estaba viendo. Ellas iban a la iglesia y pensaban que ya estaban salvas, pero en realidad sus vidas no testificaban que habían nacido de nuevo. Seguían llevando una vida mundana. Eran felices, porque así se les veía, pensando que eso era todo, que ya estaban salvas y que se iban a ir al cielo si se morían, pero en realidad, Dios me estaba diciendo, ellas no sabían que sus espíritus nunca habían cobrado vida, y si se morían en ese momento, no iban a tener vida en el espíritu, porque sus espíritus nunca recibieron la vida.
El mensaje principal era que nunca habían tenido una relación personal con Jesús, nunca lo habían conocido, y en la carne ellas estaban viviendo una vida mundana, una vida normal. Estaban muy metidas en el mundo y pensaban que ya conocían a Jesús, «pero en realidad estas mujeres nunca me conocieron», Jesús me decía. «Estas mujeres piensan que están vivas, pero están muertas y no me conocen. Yo quiero tener una relación personal con ellas, pero su espíritu duerme y no pueden verme, no pueden sentirme, no pueden escucharme, porque ellas están en las tinieblas, y mi Padre y Yo habitamos en la luz. Mientras sus espíritus no tengan vida, ellas no tienen acceso donde estamos mi Padre y Yo, porque nosotros habitamos en la luz, donde moran los espíritus vivos.»
[1 Timoteo 6:16, RVR1960] El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.
Y estos espíritus de las mujeres que yo (Noelia) estaba viendo estaban muertos, apagados, dormidos, sin luz, sin vida. Mujeres zombis eran. El mensaje principal que Jesús me decía era: «Diles a estas mujeres que me busquen, que se despierten, que busquen tener una relación personal conmigo, que me conozcan, que oren a mí en soledad, en la intimidad, que busquen primero una relación personal cara a cara conmigo para que puedan conocerme, conocer a mi Padre, y tener una comunión con nosotros donde habitamos en la luz.»
Entonces, ¿cómo puede pasar esto? Esto pasa porque muchas de ustedes creen en Dios y en su Hijo, pero no lo conocen, no tienen una relación cercana y personal con ellos. ¿Por qué? Porque si tu espíritu está muerto, está separado de Dios, no tienes acceso a donde están ellos, porque ellos, el Padre y el Hijo, habitan en la luz. Ellos son vida, son luz, y tu espíritu está en las tinieblas. Aún no recibió la vida.
Entonces podemos decir: «Bueno, pero ¿cómo puedo conocer verdaderamente a Jesús y tener una relación personal con Él?» La Biblia dice:
[Juan 14:21, RVR1960] El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
[Juan 14:23, RVR1960] El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
Tú tienes que odiar el pecado, rechazar el pecado, vivir santa, guardar los mandamientos de Dios. Si crees que estás guardando los mandamientos de Dios, pero igualmente sentís que no conociste a Jesús, que no tienes una relación personal con Él, que no tienes lo mismo que cuentan las otras personas que sintieron su presencia, que día a día hablan con Él, oran a Él y Él les responde, y tienen la guía del Espíritu Santo, entonces tú puedes orar a Él; orar sin cesar y pedirle el Espíritu y decirle: «Señor, por favor, te necesito. Si estoy haciendo algo que está mal, si no estoy obedeciendo tus mandamientos, si hay algo que está escondido de mi conciencia, que yo estoy haciendo mal, que no me permite conocerte, por favor, dímelo, Señor, muéstramelo, muéstrame el camino. ¿Qué puedo hacer para conocerte?»
[Lucas 11:13, RVR1960] Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
Tú tienes que orar y orar sin cesar. Orar tiene que ser lo primero en tu vida, porque tu espíritu está muerto, y si mueres ahora, tu espíritu no va a ir arriba, porque no podrias entrar en la luz con un espíritu que está desconectado de la vida y que está desconectado de Dios. Debes entregarle tu vida a Jesús completamente, no los domingos solo una parte de tu vida, y después la otra parte de la vida. No, sino completamente, diariamente, día a día, seguir sus mandamientos, leer la Palabra, hacer todo lo posible para que Dios se manifieste realmente en tu vida, para que puedas sentirlo y para que puedas conocer a Jesús.
Si te entregas a medias, si eres una mujer tibia, si te parece que alcanza solamente con orar una vez al día, o con ir a la iglesia los domingos o dos veces a la semana, pero después vas a tu casa y eres la misma mujer mundana, materialista, superficial, como el resto del mundo, ¿qué mérito tiene? Jesús pide que nosotras nos entreguemos 100%, que seamos su esposa blanca como la nieve, que no tengamos pecados, que obedezcamos a su palabra, que hagamos todo lo posible para servirle día a día. Eso es lo que hace la diferencia.
[Apocalipsis 3:16, RVR1960] Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
El que ama a Dios va a ser obediente, como dice en Juan 14:23: «El que me ama, mi palabra guardará.» Si amas a Dios, vas a ser obediente a Él en todo, no en lo que te conviene, no en la parte de la Biblia que te gusta, sino en todo lo que Él dice. Si haces eso, es una promesa que dice Jesús: «Mi Padre le amará.» Dios te va a amar si le obedeces a Él 100% de corazón, y dice: «Y vendremos a él, y haremos morada en él.»
Si aun no conociste a Jesús y quieres tener vida en el espíritu, ora a Él y dile: «Jesús, yo no sé si existes, yo no sé si eres real, pero quisiera conocerte, quisiera tener vida en el espíritu. Por favor, muestrame el camino, decime lo que tengo que hacer, y revelate a mí. Por favor, te pido de corazón para que yo pueda seguirte, conocerte, entenderte y también arrepentirme de todos mis pecados, para que puedas limpiarme y volverme una persona nueva.»
[Deuteronomio 4:29, RVR1960] Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma.
Todo el mundo puede tener este regalo. Solamente tiene que estar totalmente dispuesto en el corazón de buscarlo verdaderamente, y Él se va a manifestar en tu vida. Si eres una mujer que ya te consideras cristiana, ya hiciste todo lo que te pareció que tenías que hacer, ya te bautizaste en el agua, vas a la iglesia o no, pero crees que ya tienes una relación con Él, que ya hiciste todo, si estás leyendo la Biblia, si te parece que estás haciendo todo lo posible, pero sientes que no tienes esa relación personal con Él que cuentan otras personas, entonces te falta el bautismo del Espíritu Santo.
Sin el Espíritu Santo, tu espíritu sigue estando suspendido en esas tinieblas que me mostró Dios, y no tiene vida, no recibió la luz. Tienes que ser obediente al 100% en todo lo que dice la Palabra, absolutamente todo, y orar sin cesar y pedirle el Espíritu, buscar una relación personal con Él, encerrarte en la intimidad. No alcanza con ir a un templo y estar junto a un pastor y escuchar la Palabra y reunirte con otras personas y salir de ahí y tu vida sigue siendo la misma. Cuando realmente conozcas a Jesús de verdad, cuando Él se presente en tu vida, tu vida nunca más va a ser la misma. No serás la misma. No vas a tener ninguna duda de que Él se presentó en tu vida, de que el Espíritu mora en ti, y eso solamente es posible cuando el Espíritu toma morada en ti.
[Juan 3:5, RVR1960] Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
El mensaje principal que me dio Jesús para las mujeres que todavía no lo conocen, que no tienen una relación personal con Él, es orar, ayunar y buscarlo desesperadamente. Debes despertarte, no te duermas, despierta de ese sueño. La Biblia dice: «Ya es hora de que nos despertemos de este sueño.» Si vos sentís que adentro tuyo eres una zombi espiritual, hasta que no te mueras no todo está perdido. Capaz tu espíritu hoy no tiene vida. Estás en las tinieblas, sin luz, sin contacto con Dios, pero hay una posibilidad. La Biblia dice: «Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo.»
[Efesios 5:14, RVR1960] Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo.
[Mateo 6:6, RVR1960] Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Nosotras tenemos que poner nuestra parte, hacer todo lo que Dios nos dice, ser obedientes, bautizarnos en el agua y buscar con solicitud, con desesperación al Espíritu Santo, el bautismo del Espíritu Santo. Solamente cuando Él se manifieste en ti, tu espíritu cobra vida. Si tu espíritu no tiene vida, no puedes ir hacia donde está el Padre y el Hijo, no puedes ir a la presencia de Él, porque tu espíritu está muerto, no tiene luz, no tiene vida. También dice la Biblia:
[Efesios 5:8, RVR1960] Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz.
Hasta que tu espíritu no tenga vida, no eres una verdadera hija de Dios. Esto lo debes saber. Dios es un Dios de vivos, no de muertos, y para poder llamarlo Abba Padre, solamente lo podemos hacer cuando nuestro espíritu está vivo. Solamente cuando tu espíritu cobra vida vas a sentir de verdad que es un Padre celestial, y Ellos (el Padre y el Hijo) se van a manifestar a ti.
[Romanos 8:15, RVR1960] Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
Este es el mensaje. Espero que haya sido lo más claro posible. Lo entrego con todo mi amor y agradezco nuevamente al Padre y a Jesús por manifestármelo, y quiero decirles que las quiero mucho, que les deseo que Dios las bendiga, que reciban la vida en el espíritu y no se duerman. Queda poco tiempo y podría ser hoy mismo que se termine tu vida en este mundo, y vos no estás con la luz necesaria, con la vida necesaria en el espíritu para poder encontrarte con Dios y para poder encontrarte con Jesús cuando mueras en el cuerpo. Sean benditas en el nombre de Jesús.